Manuel Mora Serrano: “Para mí, el mayor premio es llenar con algún sentido una página en blanco”
El veterano autor ha obtenido el Premio Nacional de Literatura 2021, concedido por el Ministerio de Cultura y la Fundación Corripio
Pese a la perturbación que le ha causado la noticia, don Manuel Mora Serrano, un roble de la escritura de dilatado y apasionado ejercicio, alegra sus días con el Premio Nacional de Literatura 2021, y asume el reto de “alcanzar la calidad” que un galardón de esta categoría “debe darle a un emborronador de cuartillas” como él se califica.
Pero indudablemente este narrador, ensayista, poeta e investigador aplaudido es un dominicano modesto, que ha encontrado en la escritura una fuente de felicidad y la búsqueda de la perfección.
Horas después de que el empresario y mecenas Luis José (Pepín) Corripio, presidente de la Fundación Corripio, le comunicara que es el ganador del premio, respondió varias preguntas de Diario Libre con la cordialidad de siempre.
¿Cómo recibió la noticia sobre su obtención del Premio Nacional de Literatura 2021?
Para mí era una tradición que no me lo dieran, por eso me enteraban los periódicos los nombres de los ganadores. Sin embargo, extrañamente, ayer (25 de enero) me asaltó la idea de que podía ser ganador, pero quería y no quería porque sabía que los planes que había hecho de rehacer algunos libros, de corregir otros y terminar sobre todo una Historia de la Literatura Dominicana, una nueva edición de otros libros, pero la rechacé pensando que era mejor que no me lo dieran porque me iban a interrumpir mi aislamiento y soledad. De cualquier modo, cuando me llamó Pepín Corripio, mi viejo y querido amigo, pensé que no era para hablar de gallos, y me dio la noticia y por eso la recibí como una descarga al mismo tiempo que como una perturbación, porque me interesa más la obra que todo lo demás.
Su nombre era mencionado desde hace años como un seguro ganador del importante galardón. ¿Cómo fue la espera?
No la esperaba ya. Me comparaba con monstruos ganadores como Juan Bosch, por no decir los demás, y me dije que no lo merecía y eso me conformó.
¿Ya se siente completamente realizado como hombre de letras?
No. Creo que a pesar de mi vejez, puedo mejorar, corregir algunos textos y hacer arreglos aumentando a veces por haber encontrado nuevos elementos. A mi edad, muchos duermen en sus laureles. Yo pienso que puedo dar mucho todavía, sobre todo por mis investigaciones históricas que he podido hacer por la virtualidad y por haber renunciado a mi profesión y dedicarme a tiempo completo a la literatura.
A partir de ahora, ¿qué desea que ocurra con sus obras a nivel general?
Me han hecho un compromiso que complementan mis planes de modificar o corregir mis libros, porque ahora tienen otra jerarquía literaria, un premio así, compromete presente, pasado y futuro de cualquier escritor.
¿Hacia donde se dirige en lo adelante su carrera literaria? ¿Lo aguardan nuevos retos?
En primer lugar el vicio de la literatura fue poético en principio, me sorprende cuando me llaman poeta, apenas he publicado dos libritos. Mi obra está dispersa, inédita en parte y a lo mejor en espera, como tengo un poema con el primer verso rondándome y no me siento a escribirlo desde hace una semana.
Como te dije, aunque últimamente me he preocupado más con el rigor, en tomar más en serio la misión de escritor, los retos son alcanzar la calidad que un premio de esta categoría debe darle a un emborronador de cuartillas como yo.
¿Debe el Ministerio de Cultura promover las obras de autores galardonados con el Premio Nacional de Literatura?
En todas partes, y aquí lo hace la Fundación Corripio con los ganadores de los premios que ella creó, y lo hizo Siboney en su momento y lo hace ese Ministerio con los ganadores de premios, editar las obras completas es imposible en monstruos como Bosch, o Balaguer, etc., pero sí, me parecería bien una colección con las obras emblemáticas de esos autores, impresas. Pero no solo en esas obras, sino en muchas valiosas deben, no solo esa institución, Educación en sus dos niveles, algunas universidades, para que todos aquí y fuera de aquí la puedan disfrutar digitalizadas.
¿Ha perdido peso social la figura del escritor en nuestra sociedad y por qué?
Buena pregunta. Lo suplementos literarios, salvo uno o dos, han perdido vigencia. El escritor (está) en medio de la sociedad ágrafa en el sentido literario, saben leer y escribir pero no ejercen, incluyendo profesionales, maestros y políticos. Antes era la contrario. Yo he recordado lo que me pasó en 1947 en Santiago, estaba en el parquecito de La Altagracia y apareció un señor bien trajeado que había usado al limpiabotas, y este me dijo cuando fui a que me limpiara a mí, me dijo con orgullo: “Ese señor es un Poeta”. Luego supe que era Benjamín Guzmán, un sonetero que nadie recuerda ahora. Eso no se vería ahora, poeta, poeta, ese debe ser un arrancao.
De modo que cuál peso puede tener un vago que pierde su tiempo escribiendo pendejadas que nadie lee. Mientras más libros se publican, menos lectores aparecen...
A lo largo de su dilatada carrera ha cultivado varios géneros literarios. ¿Con cuál de ellos se ha sentido más identificado?
Mira, qué buena pregunta. Tú misma has vivido a pesar de tu juventud esa experiencia. Uno a veces no escoge el género. Por ejemplo me sentía bien escribiendo poesía y relatos y hasta las novelas, pero un día un amigo me dijo que escribiera una historia de la literatura dominicana y americana y me metí en ese lío sin tener las armas, como ahora, que buscas y encuentras, sobre todo viviendo en el interior y ahí hubo ese mamotreto Español 6 de Disesa, que a muchos sirvió, pero para mí ha sido el horror de los horrores, pero me sirvió para enamorarme de la investigación y con tantas obra digitalizadas, ahí ando metido hasta el gollete, feliz y apasionado. De ahí que no solo tengo más cosas inéditas sino que me dije que tenía una deuda con el país haciendo una historia decente y bien documentada, y por eso ahora ando en eso y me siento, creo que como tú, repito, en ese territorio, a veces mal tratado y casi desierto a veces...
¿Lo ha hecho un hombre feliz dedicar tanto tiempo a la literatura?
Después de realizar el amor, creo que ha sido lo que más. Nunca pensé que podría recibir dineros, porque para mí, el mayor premio es llenar con algún sentido una página en blanco.
Si para Borges el paraíso es una biblioteca, para mí es un lugar donde solo se escribe y se lee.
¿Tiene algún consejo para los escritores jóvenes y experimentados que aspiren a la consagración literaria?
Has usado una mala palabra: consagración, tomarla como cosa sagrada, algo que no se hace ahora y no se le puede proponer a ningún joven avanzado en tecnologías de hoy, ese saber que escribir es un sacerdocio y no esperar recompensas de ese maravilloso ejercicio del espíritu. Mi consejo si aparece uno o una que realmente tenga vocación literaria, que llegue a amar la literatura sobre todas las cosas, que se consagre a ese ministerio y a lo mejor un día produce una página una sola notable. Algo que tanto falta en las cosas que me atrevo leer de los actuales.
Eso, densidad, como decía el poeta maeño Juan de Jesús Reyes, densidad, es lo que falta. Que traten de buscarla y la encontraran a lo mejor después de años de ejercicio y de sacrificio, y que valga la rima.
Gracias, querida amiga, por tus preocupaciones, yo sé que has tomado la literatura en serio siempre.