Las vicisitudes de un no vidente en Santo Domingo
El joven José Beltrán transformó en humor su condición y recibió la aprobación de los jueces y el público en Dominicana’s Got Talent
Santo Domingo es una ciudad poco amigable para las personas con discapacidad. El sistema de transporte, las aceras, las calles y hasta las mismas personas no están orientadas para estos ciudadanos. Ese fue el argumento del joven José Beltrán durante su participación en Dominicana’s Got Talent.
Él es un humorista que vive en carne propia la experiencia de vivir en una ciudad excluyente, sin embargo, decidió narrar con humor sus vicisitudes, y de paso, enviar un mensaje que los límites sólo existen en las mentes de quienes le dan cabida.
“A mi me trajo a Got Talent la recomendación de algunos amigos de participar, y por la posibilidad de mostrarle al país un modo de humor un tanto sarcástico, y sobre todo mostrar que la discapacidad visual no es una excusa para dejar de hacer las cosas”, narró a Diario Libre el joven humorista.
Sobre porqué ha elegido el humor como medio de expresión artística confesó: “El humor es una válvula realmente, no sé si es terapéutico, pero es un modo de tú no tomarte las cosas en serio. Yo creo que cuando tú te tomas las cosas demasiado en serio, como que se te crean nudos a dentro y tu no fluyes, y aunque fluir está sobre valorado el hecho de que tú tengas una válvula para reírte de ti mismo es liberador”.
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Su historia
“Yo vengo de un campo de Monte Plata que se llama Don Juan, crecí con mis padres y mis dos hermanos menores, mis padres eran maestros, digamos que yo era un tipo normal de campo, que aspiraba un día estudiar medicina o ser biólogo”, así inicia su relato.
Continuó: “Tenía miopía muy aguda, y después quedé ciego por un desprendimiento de retina. Más adelante cuando me rehabilité estudié Comunicación Social, y luego me mudé a Santo Domingo”, señaló sobre el momento que perdió la visión.
“Yo quedé ciego a los 13 años más o menos, fue un proceso paulatino, no fue inmediato. Hubo varias cirugías, me toco como dos años quedarme ciego totalmente. Fue entre 2001 y 2002, a finales del 2002, yo ya no veía nada.
Ahí inició su travesía y su paso al humor. “En santo Domingo fue donde aprendí a identificar cosas para reírme de la gente y de mí, y de las cosas que me pasaban”, detalló.
“Mi historia es simple -sigue relatando- , es la de un sujeto que salió del campo a buscar su propia historia que contar, yo soy muy ambicioso, yo quería hacer cosas, estar en espacios y abrirme mis propias oportunidades, y chin a chin ( poco a poco) he ido haciéndolo, me falta mucho por hacerlo pero se está logrando”, reiteró.
¿Qué es lo más difícil para un no vidente en república Dominicana?
“Para un ciego lo más difícil en República Dominicana son los prejuicios de la gente, por los obstáculos que hay, hay muchas barreras. La gente cree que una persona con discapacidad no puede hacer muchas cosas, cuando es todo lo contrario, uno tiene todas las herramientas para hacerlo todo. La dificultad mayor es la barrera mental de la gente, tan pronto tú supera la barrera mental de las personas ya se acabó la dificultad”, así contestó el joven.
Sobre qué haría con el premio si gana contestó: “Pagar el apartamento de mi mamá y posiblemente pagarme un doctorado. Además seguir trabajando para promover que la inclusión de las personas con discapacidad es más un tema de actitud y un tema mental que la misma capacidad. Me veo llevando el mensaje a escenarios tan grandes como este de Dominicana’s Got Talent, en las grandes ligas del humor de este país. Creo que hay mucho que decir y que hacer reír y yo tengo las condiciones para lograrlo”, enfatizó