Cinco datos para ver “Poco ortodoxa", la miniserie que arrasa en Netflix
Los cuatro episodios de la primera temporada narra la historia de una joven criada en el jasidismo que huye en busca de sus sueños
En estos días de confinamiento las plataformas streaming han cobrado mayor protagonismo y para suerte del espectador llueven las opciones para elegir.
Una serie de Netflix se ha mantenido entre las más populares desde su lanzamiento a finales de marzo del 2020. Se trata de la miniserie de cuatro capítulos “Poco ortodoxa”, que narra la historia de Esty, encarnada magistralmente por la actriz Shira Haas, una joven criada en el jasidismo que huye de la comunidad judía ultra-ortodoxa de Brooklyn, Estados Unidos, en busca de sus sueños, ser una artista en Berlín, Alemania.
La serie de producción alemana y estadounidense creada por Anna Winger y Alexa Karolinski es protagonizada, además de Shira Haas, por Amit Rahav en el papel de su esposo Yanky Shapiro y Jeff Wilbusch como Mishe Lefkovitch.
Está basada en la historia de Deborah Feldman y en su libro 'Poco ortodoxa: el escandaloso rechazo de mis raíces jasídicas'. Deborah, que participó en el guion y supervisó el rodaje, fue criada por sus abuelos debido a que su madre había renunciado al grupo y su padre era mentalmente incapaz de hacerse cargo de ella, algo que queda reflejado en la serie.
A continuación te presentamos cinco datos para comprender “Poco ortodoxa” (advertencia de spoilers).
1. El barrio judío en Williamsburg y el Idish
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La protagonista forma parte de una comunidad ortodoxa, que se llama Satmer, un grupo jasídico, antisionista, muy cerrado y residente en el barrio en Williamsburg, en Brooklyn, Estados Unidos.
La producción de Netflix fue grabada allí. El resto de las escenas fue en Berlín.
Enmanuel Taud, especialista en pensamiento judío, detalla que este grupo fue casi totalmente aniquilado durante la Segunda Guerra Mundial en el denominado Holocausto, siendo esta la explicación de su encierro, para preservar la comunidad. De hecho, mantienen el idish, el idioma que hablaban en Europa del este.
Tal cual en la realidad, retrataron en la serie como se vive en Williamsburg, un contraste total con el resto de los habitantes de la ciudad de Nueva York. Tienen su propia red de comercios, escuelas, hospitales, transportes e instituciones religiosas.
Y para muestra de que son diferentes los hombres visten con túnicas negras, camisas blancas, sombrero, largas barbas y tirabuzones; las mujeres visten con modestia, falda larga, medias oscuras y peluca.
2. Matrimonio, hijos y camas separadas
Una de las escenas mejor recreadas es el matrimonio entre Esty y Yanky. Esta ceremonia puede durar casi un día, ya que se mezclan varios rituales y oraciones. En los salones donde se celebran las bodas las mujeres y los hombres están divididos, es decir, la novia permanece junto a las mujeres y el novio junto a los hombres, hasta la parte culminante donde el rabino los une.
Detalla Taud que una de las costumbres de las parejas es tener relaciones sexuales los viernes en la noche, ya que es el comienzo del Shabat, el día sagrado de los judíos.
La explicación de las camas separadas, según comenta el especialista en cultura judía es que durante la semana de la menstruación de la mujer y la semana siguiente ella debe dormir separada de su esposo como una manera de limpiar su cuerpo en el ritual del mikve. Una vez finalizada, vuelven a dormir juntos.
Sobre los hijos, la serie relata la dificultad de Esty de quedar embarazada. “Esto explica porqué la familia de Yanky está metida en el hogar de ellos. No es un tabú el sexo, el sexo es lo que permite la reproducción, que es el objetivo”, indica Enmanuel Taud.
El promedio de hijos por familias va entre cinco, ocho y en mayores casos 10.
3. Corte de cabello y pelucas en las mujeres
Una secuencia que dejó atónitos a muchos espectadores es cuando a Esty, luego de casarse, le rapan la cabeza y pasa a usar pelucas. Esto tiene una explicación en la comunidad satmer.
Según indica Enmanuel Taud, el pelo es sinónimo de erotismo. “Cuando una mujer se casa el cabello solo lo puede ver el esposo, por eso es el uso de las pelucas frente a otras personas. Otras usan pañuelos. Una vez la mujer está casada, ningún hombre que no sea el marido la puede tocar, ni siquiera para saludar”, explica el experto en un video.
4. Rechazo de Internet y medios de comunicación
En la serie pone de manifiesto las limitaciones con el uso de la tecnología. ¿Por qué se cierran al uso del internet? La razón, detalla Enmanuel Taud, es la comunidad cerrada en sí misma. “El encierro ocurre porque vincularse con el mundo no judío lleva a la posibilidad de caer en la tentación y por consiguiente impurificarse. Esta es la misma explicación por la cual no usan un celular que tenga Internet. Los medios de comunicación pueden motivar a violar los preceptos”, declara.
5. Empoderamiento
Si bien la serie muestra el nivel rígido de esta comunidad, otra lectura del drama es la búsqueda de una mujer de su libertad y perseguir sus sueños tras casarse por medio de un matrimonio arreglado. En el caso de la protagonista, su sueño es convertirse en pianista, aunque más tarde se da cuenta del poder de su voz.
De hecho, “Poco ortodoxa” es vista con un trasfondo feminista. “No es una historia sobre el pensamiento de Dios ni nada parecido, es más sobre el derecho a tener una voz propia”, declaró la actriz Shira Haas, nacida en Israel, sobre su personaje.
Aún no se ha confirmado si “Unorthodox” o “Poco ortodoxa” tendrá segunda temporada, pero si quedas con ganas de más puedes ver el resumen o ‘detrás de cámaras’ de la producción de Netflix, así como la serie “Shtisel” y el documental “One of us”.