La escritora nicaragüense Gioconda Belli se desencanta de la revolución cubana
La también autora también criticó a la extrema derecha de Europa que se pronuncia en contra de la migración, así como al expresidente estadounidense Donald Trump, y al mandatario de Argentina, Javier Milei.
La escritora nicaragüense exiliada en España Gioconda Belli declaró este jueves en Costa Rica su desamor con la revolución cubana, de la que, dijo, es un "intento fracasado" que se ha convertido en "una camisa de fuerza ideológica estancada sostenida por un sistema represivo".
Tras recibir el doctorado honoris causa de la estatal Universidad de Costa Rica (UCR) por sus aportes a la cultura, la educación y la lucha por la democracia y los derechos humanos, Belli reflexionó en que las victorias pueden ser tan engañosas e ilusorias como las derrotas, y puso como ejemplo la revolución cubana de 1959.
"Recuerdo cuando los barbudos guerrilleros cubanos de Fidel Castro obtuvieron el triunfo en Cuba, la revista que leían mi papá y mi mamá y la fotografía y la excitación de los mayores a mi alrededor por esa revolución", comentó en su discurso la autora de la novela 'El país de las mujeres', ganadora del Premio Latinoamericano de Literatura La otra orilla 2010.
"Yo misma, años más tarde, admiré y me deslumbré con esa hazaña romántica que, a estas alturas, me parece un intento fracasado, una camisa de fuerza ideológica estancada sostenida por un sistema represivo que ha obligado al pueblo cubano a pasar por miserias, separaciones familiares, humillaciones y tristezas", argumentó.
¿Cuba asesora en espionaje y propaganda a Nicaragua y Venezuela?
Belli, de 76 años y que según sus críticos perteneció al Departamento de Agitación y Propaganda (DAP) durante el primer Gobierno sandinista (1979-1990), calificó de "lamentable que Cuba sea ahora la asesora para Nicaragua y Venezuela de la organización del espionaje, de la propaganda y de métodos con los cuales se asegura que el poder aplaste a cualquier intento democrático o libertario de estos pueblos".
La poetisa y escritora observó que también "hubo entusiasmo en América Latina con el socialismo del siglo 21" que promovía el fallecido presidente venezolano, Hugo Chávez, "que también resultó un fracaso".
"Y no menciona a Nicaragua -gobernada por Daniel Ortega desde 2007, tras coordinar una Junta de Gobierno de 1979 a 1985, y presidir por primera vez el país de 1985 a 1990- porque todos sabemos lo que pasó con esa ilusión", zanjó.
Criticas a Trump, Meile y a la extrema derecha de Europa
La también autora de "El infinito en la palma de la mano", galardonado con el Premio Biblioteca Breve de Seix Barral 2008, también criticó a la extrema derecha de Europa que se pronuncia en contra de la migración, así como al expresidente estadounidense Donald Trump, y al mandatario de Argentina, Javier Milei.
Belli ha sido atacada por un sector de la oposición nicaragüense por su pasado en el gobernante Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), al que perteneció durante el primer régimen (1979-1990), y por su simpatía con la revolución cubana y su principal líder, el fallecido Fidel Castro.
'¿La golondrina hizo el verano?'
Entonces, en un escrito titulado '¿La golondrina hizo el verano?', explicó que ha "rectificado y hecho críticas", en el que además revela: "he escrito libros y dado entrevistas sobre la problemática y los errores de la revolución sandinista y el producto que quedó de ella por desgracia, y que es la dictadura Ortega Murillo que sufrimos hoy".
En ese escrito admitió que formó parte de una generación que falló en conducir a Nicaragua "a la libertad que se había ganado a sangre y fuego después de la dictadura somocista (1937-1979)".
Gioconda Belli se exilió por razones de seguridad desde mayo de 2021 en el marco de una crisis en Nicaragua en la que el Gobierno de Daniel Ortega ha sido acusado por organismos internacionales y diversos países de cometer violaciones a los derechos humanos y perseguir a sus críticos y opositores.
El 15 de febrero de 2023, las autoridades nicaragüenses privaron a Belli de la nacionalidad y de sus bienes, junto a otros 93 nicaragüenses, a los que declararon traidores a la patria y prófugos de la justicia.
Al momento de su desnacionalización, Belli residía en España, país que le ha concedido la nacionalidad y donde continúa viviendo.