Cambios en la monarquía británica a un año de la muerte de Isabel II
Con la muerte de la soberana el 8 de septiembre de 2022, el Reino Unido dijo adiós a toda una época, marcada por el estoicismo
Un año después de la muerte de Isabel II, que se cumple este viernes, la monarquía británica disfruta del apoyo popular, pero la polémica en torno a los duques de Sussex y el avance de las voces republicanas suponen un claro desafío para el reinado de Carlos III.
Con la muerte de Isabel II el 8 de septiembre de 2022, el Reino Unido dijo adiós a toda una época, marcada por el estoicismo de una jefa de Estado que se negaba a opinar de nada, mucho menos de política, pero que supo navegar entre ese mar de escándalos y controversias de algunos miembros de la familia real.
Tras ascender al trono a la muerte de su madre, Carlos III se apresuró a marcar su estilo para darse un baño de multitudes durante los días del duelo nacional, al bajarse de su vehículo con la reina Camila para saludar a la gente congregada ante el palacio de Buckingham, en Londres, o en la residencia de Holyroodhouse, en Escocia.
Al igual que Isabel II, el rey afronta problemas familiares por las continuas críticas de su hijo menor, el príncipe Harry, contra la Casa Real, después de que éste y su mujer, Meghan, dejasen de trabajar para la monarquía y fijaran su residencia en Estados Unidos.
"La monarquía representa estabilidad y continuidad, y eso es lo que hemos visto hasta ahora en el reinado de Carlos", dijo a EFE Robert Hazell, prestigioso experto en derecho constitucional del Departamento de Ciencias Políticas del University College London (UCL).
Lo que ha cambiado
Para adaptar la monarquía a los nuevos tiempos de austeridad, Carlos III ha seguido los pasos de su madre al querer reducir el número de miembros de su familia que trabajan para la institución.
"En los próximos años veremos una gradual reducción en el tamaño de la familia real, de los 'royals' que ejercen, porque varios de ellos son ancianos y pronto se retirarán. Carlos siempre ha dicho que quería reducir la familia real", afirmó Hazell.
El nuevo rey también ha abierto las puertas de los palacios reales para dar paso a las transmisiones en vivo, a modo de romper con el secretismo que ha rodeado a esta institución durante siglos. Durante su coronación, en mayo pasado, solo un acto estuvo vedado para las cámaras: el momento de la unción.
La decisión de hacer parte a la población de este tipo de eventos la habría tomado con el propósito de ganarse la aceptación de las nuevas generaciones.
Desde muy joven, el monarca muestra preocupación por la conservación del medio ambiente. Ahora, en el trono, propuso un proyecto de remodelación del Palacio de Buckingham a 10 años, para que sea funcional dentro de los próximos 50. Por el momento ya se han adoptado varias acciones eco-amigables en su residencia como apagar la calefacción de la piscina cubierta y sustituir por modelos eléctricos menos contaminantes las históricas lámparas del palacio.
Aunque el príncipe Harry se niega a ver a su padre y a su hermano, el príncipe heredero William, por el mal trato que dice que recibió su esposa, Meghan, Hazell cree que el duque no podrá perjudicar a la monarquía.
"El duque de Sussex -dijo- cuenta con poco apoyo en el Reino Unido, según las encuestas, y ha dejado la familia real, así que es poco probable que cualquier cosa que haga cause más daño".
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