Cincuenta años después de su muerte, el minotauro Picasso sigue convocando multitudes
Picasso falleció el 8 de abril de 1973 en Mougins, en la Costa Azul francesa, a los 91 años.
Medio siglo después de su muerte, Pablo Picasso (1881-1973) sigue fascinando al público y vendiendo arte a precios millonarios, a pesar de las polémicas en torno a su relación con las mujeres.
"La potencia devastadora de la obra de Picasso, su invención permanente, la manera cómo atravesó todas las grandes corrientes de la modernidad, la experimentación durante más de 80 años, su voluntad de atraer y provocar... todo eso no tiene parangón", resume Bernard Blistène, exdirector del Centro Pompidou de París.
Picasso falleció el 8 de abril de 1973 en Mougins, en la Costa Azul francesa, a los 91 años.
A su muerte, el primer catálogo de obras, completado en 1978, arrojaba nada menos que 33 volúmenes y más de 16.000 imágenes. Pero la cifra real de obras, desde las pinturas a la escultura, pasando por los grabados o la cerámica, podría ser mucho más elevada.
Picasso sigue siendo un artista que vende mucho, y caro.
El número uno del mercado
En 2021 fue el número uno del mercado del arte, con casi 3.500 lotes vendidos por 671 millones de dólares, mientras que el año pasado bajó a "sólo" 494 millones de dólares, según el último informe anual sobre el mercado de la firma francesa Artprice.
Museos del mundo entero, y particularmente en Francia y España, han programado unas 50 exposiciones sobre el artista nacido en Málaga.
El Museo Picasso de Barcelona registró casi 120.000 visitantes para su más reciente muestra, sobre la relación de Picasso y el galerista Daniel-Henry Kahnweiler, y la actual gran retrospectiva sobre el artista del museo parisino, organizada bajo la dirección artística del diseñador británico Paul Smith, está teniendo también un gran éxito.
Los años pasan, pero el público no se cansa, admite el director del Museo Picasso de Barcelona, Emmanuel Guigon.
"Si 'yerras el tiro' con una exposición Picasso, sabes que puedes organizar otra al día siguiente, con una nueva mirada y nuevas perspectivas", explica a la AFP. Algo que no sucede con muchos otros artistas, admite.
El gran engullidor
"Estoy fascinado por la cantidad de comisarios de museos, de historiadores e investigadores que continúan hallando ángulos de estudio con una curiosidad insaciable. Picaso lo engulle todo, y al parecer ¡aún tenemos hambre!", añade Olivier Widmaier-Picasso, nieto del artista.
Los expertos no temen ni siquiera la polémica desatada por el movimiento "#Metoo" acerca de la agitada relación del artista con las mujeres que conquistó, las que le inspiraron o a las que abandonó.
"Hay que cesar de hablar de las mujeres que atravesaron su vida como si fueran 'musas'; algunas se suicidaron, otras cayeron en la locura. La única que salió bien librada fue Françoise Gilot, la única que lo abandonó", explica Emilie Bouvard, ex conservadora del museo Picasso de París.
Esa relación de Picasso con las mujeres, que provocó fuertes debates en Francia el año pasado, será objeto de una exposición en el museo Brooklyn de Nueva York a partir del verano.
"Más allá de su machismo, Picasso era alguien que se apropiaba de las cosas, de los seres, los poseía con sentimientos de paroxismo, de sufrimiento, de dolor", estima Bouvard.
El pintor no dejó escritos sobre lo que pensaba en relación a las mujeres, de la misma manera que su afiliación política, vinculada al comunismo, es menos drástica de que lo pueda parecer, explica Hugh Eakin, autor del reciente libro "Picasso's war".
Una obra como el "Guernica", que se convirtió en la gran pintura pacifista del siglo XX, fue una "innovación radical a muchos niveles, incluso para Picasso", explica en entrevista con la AFP.
Picasso transgresor, pero Picasso cauto a la hora de dar explicaciones. Un artista total, dispuesto a poner patas arriba la historia del arte, pero amante también del dinero y la celebridad.
Este aniversario debería marcar "el inicio de un proceso saludable" para reexaminar a este artista que "encarnó un compromiso [artístico] aún debatido", cree Emilie Bouvard.