Gabriel García Márquez, 40 años del Nobel de Literatura
A cuatro décadas de la distinción, su obra “Cien años de soledad” sigue siendo considerada una de las más influyentes de la literatura en español
Este 20 de octubre se cumplieron 40 años de que la Academia Sueca anunciara el Premio Nobel a Gabriel García Márquez. A cuatro décadas de la distinción, su obra “Cien años de soledad” sigue siendo considerada una de las más influyentes de la literatura en español.
García Márquez estaba "obsesionado" con "Cien años de soledad" mucho "tiempo antes de saber que iba a llamarse así", refiere el escritor colombiano Daniel Samper, quien cuenta varias de las "epifanías" que tuvo el también periodista para escribir la famosa novela.
Una de ellas fue regresar a Aracataca, su pueblo natal que, según Samper "fue ya medio Nobel" al dar pie a la creación de "Macondo", una pequeña localidad de la costa colombiana en la que se desarrolla la historia y el "nuevo mundo" que "abre" García Márquez.
Samper recuerda también los años de García Márquez en el exilio, tras huir del gobierno "cívico-militar" de Julio César Turbay en 1981, que "veía a Gabo como parte de una conjunta comunista".
"El exilio de Gabo es absolutamente injusto, él nunca fue comunista, era muy de izquierda, fue amigo de Cuba, le encantaba el poder en general y se sentía muy atraído por él, le llegó la onda de que lo iban a detener al menos para interrogarlo y se fue", refiere.
La alargada sombra de Gabo
Por su parte, Alexandra Saavedra, profesora de la Facultad de Filología de la Universidad Complutense de Madrid, alude al momento que atravesaba la literatura latinoamericana cuando la Academia Sueca decidió en 1982 otorgar el Nobel a García Márquez.
"Venía la corriente del boom, pero ese auge de la literatura latinoamericana estaba ya empezando a medio opacarse, a bajar la intensidad", explica para luego estimar que el premio dio un nuevo impulso a los títulos de la región.
En esa línea, sostiene que el boom latinoamericano, formado también por el peruano Mario Vargas Llosa o el mexicano Carlos Fuentes, "permitió que los ojos del mundo editorial europeo y anglosajón descubriera voces y técnicas" de la región.
A pesar de ello también "hizo sombra a otros escritores latinoamericanos que estaban llevando a cuenta propuestas interesantes" con otros estilos distintos a los de este grupo.
"La sombra de García Márquez permite que se visibilice lo que está pasando en América Latina, pero ensombrece a los que no coincidían con lo que editorialmente se asociaba con la escritura de Gabo", añade.