¿Cuál es el mejor tipo de agua para la salud: realidad o marketing?

La hidratación es fundamental para la salud y el bienestar general. El agua constituye aproximadamente el 60% del cuerpo humano y es esencial para funciones vitales como la regulación de la temperatura corporal, la eliminación de desechos y la lubricación de las articulaciones.

En los últimos años, han surgido diversas opciones de agua en el mercado, como el agua hidrogenada, el agua embotellada, el agua mineral, el agua alcalina, el agua con gas, y otras formas de presentación del agua.

• Agua hidrogenada: El agua hidrogenada es agua infundida con hidrógeno molecular. Se ha sugerido que tiene propiedades antioxidantes y puede reducir el estrés oxidativo en el cuerpo. Algunos estudios preliminares indican que podría tener beneficios para personas con condiciones inflamatorias y metabólicas. Sin embargo, la evidencia aún es limitada y se necesitan más investigaciones para confirmar estos beneficios. Actualmente, el agua hidrogenada no es ampliamente recomendada por la comunidad médica debido a la falta de pruebas concluyentes.
• Agua embotellada: El agua embotellada es una opción conveniente y popular, especialmente en lugares donde el agua del grifo no es potable. En la República Dominicana, por ejemplo, el agua del grifo no es segura para el consumo, lo que obliga a la población a depender del agua embotellada. Sin embargo, es importante destacar que el agua embotellada puede estar contaminada y no contiene minerales adicionales, lo que podría limitar sus beneficios nutricionales. Además, el uso excesivo de agua embotellada plantea preocupaciones ambientales debido a los residuos plásticos.
• Agua mineral: El agua mineral contiene minerales naturales como calcio, magnesio y potasio, pero generalmente en cantidades pequeñas que pueden no ser significativas para la ingesta diaria recomendada. Además, el agua mineral suele tener un mayor coste comparado con otras formas de agua. Los minerales que contiene el agua mineral se pueden obtener fácilmente a través de una dieta equilibrada, lo que hace que sus beneficios adicionales sean limitados. Desde una perspectiva de sostenibilidad, el impacto ambiental del agua mineral es una preocupación debido a la extracción y embotellado, que generan residuos plásticos y uso intensivo de recursos.
• Agua alcalina: El agua alcalina tiene un pH más alto que el agua normal, generalmente entre 8 y 9. Se ha promocionado por sus supuestos beneficios para neutralizar la acidez en el cuerpo y mejorar la salud general. Sin embargo, la evidencia científica que respalda estos beneficios es escasa. El cuerpo humano mantiene un equilibrio de pH muy estricto, y el consumo de agua alcalina no tiene un impacto significativo en este equilibrio. En términos de eficiencia, no hay pruebas suficientes para recomendar el agua alcalina sobre el agua normal.
• Agua con gas: El agua con gas es simplemente agua a la que se ha añadido dióxido de carbono para crear burbujas. Es una alternativa refrescante al agua plana y puede ser una opción atractiva para quienes prefieren bebidas con gas. No obstante, algunas personas pueden experimentar molestias digestivas, como hinchazón y gases, al consumir agua con gas. Desde una perspectiva nutricional, es comparable al agua normal, siempre que no contenga azúcares añadidos o edulcorantes.

Otras formas de presentación del agua

1. Agua saborizada: El agua saborizada puede ser una alternativa atractiva para quienes tienen dificultad para consumir suficiente agua. Sin embargo, es importante elegir opciones sin azúcares añadidos ni edulcorantes artificiales, que pueden tener efectos negativos sobre la salud.
2. Agua electrolítica: Esta agua contiene electrolitos añadidos, como sodio, potasio y magnesio, y está diseñada para ayudar a la rehidratación, especialmente después del ejercicio intenso o en condiciones de calor extremo. Aunque puede ser beneficiosa en estas situaciones, para la mayoría de las personas, el agua regular y una dieta equilibrada proporcionan suficientes electrolitos.

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1. Agua de coco: Naturalmente rica en electrolitos, el agua de coco es una opción popular para la rehidratación. Es baja en calorías y ofrece una fuente natural de potasio y magnesio. Sin embargo, debe consumirse con moderación debido a su contenido de azúcar natural. Además, es importante tener en cuenta que el agua de coco tiene un efecto laxante en algunas personas, lo que puede ser útil para quienes sufren de estreñimiento, pero puede causar molestias digestivas en otros.

Sistemas de filtrado de agua

Los sistemas de filtrado de agua son una opción eficiente y económica para garantizar el acceso a agua potable segura. Estos sistemas eliminan contaminantes, bacterias y químicos del agua del grifo, mejorando su sabor y calidad.

Los filtros de carbón activado, por ejemplo, pueden eliminar cloro, sedimentos y compuestos orgánicos, mientras que los sistemas de ósmosis inversa pueden eliminar minerales disueltos y metales pesados.

Además, los sistemas de filtrado de agua son una opción más sostenible en comparación con el uso de agua embotellada, ya que reducen el consumo de plásticos y la huella ambiental.

Desde una perspectiva médico-científica y nutricional, el agua más eficiente para la hidratación es el agua pura, ya sea filtrada o embotellada de buena calidad.

El agua mineral puede ofrecer algunos beneficios adicionales debido a su contenido de minerales, pero estos son generalmente mínimos y pueden obtenerse fácilmente a través de una dieta equilibrada. Además, el mayor coste y las preocupaciones ambientales relacionadas con el agua mineral la hacen menos atractiva.

El agua hidrogenada, alcalina y con gas no presenta ventajas claras respaldadas por la evidencia científica actual y, en algunos casos, puede tener desventajas o ser innecesaria.

Lo más importante es asegurar una ingesta adecuada de agua diaria para mantener la hidratación y el funcionamiento óptimo del cuerpo. Siempre es recomendable consultar con un profesional de la salud para elegir la mejor opción de hidratación según las necesidades individuales.

Erika Pérez Lara

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Dra. Erika Pérez-Lara Doctora en Medicina. Especialidad en Nutriología Clínica en INTEC. Master en Nutrición y Alimentación en Universidad de Barcelona (UB).