¿Es realmente necesaria la suplementación con glutamina en pacientes y atletas?
La glutamina, un aminoácido no esencial, se vuelve crucial en situaciones de estrés o enfermedad
La glutamina es un aminoácido no esencial que juega un papel crucial en numerosas funciones fisiológicas. Aunque el cuerpo humano puede producirla, en situaciones de estrés o enfermedad, la demanda puede superar la producción endógena, convirtiéndola en un aminoácido condicionalmente esencial.
Su importancia en la medicina y la nutrición ha llevado a su estudio exhaustivo, revelando aplicaciones beneficiosas y consideraciones de seguridad.
El interés por la glutamina comenzó a mediados del siglo XX cuando los científicos descubrieron su papel en el metabolismo celular y la función inmunológica.
En la década de 1970, se identificó su importancia en la síntesis de proteínas y como fuente de energía para las células del intestino y el sistema inmunológico. En las últimas décadas, la glutamina se ha utilizado ampliamente en entornos clínicos, especialmente en pacientes críticos y con enfermedades crónicas.
La glutamina desempeña varios roles esenciales en el cuerpo:
1. Salud intestinal: La glutamina es una fuente de energía clave para los enterocitos (células del intestino). Ayuda a mantener la integridad de la mucosa intestinal, lo que es crucial para prevenir la permeabilidad intestinal y las infecciones.
2. Función inmunológica: Este aminoácido es vital para la proliferación de linfocitos y la producción de citocinas, fortaleciendo el sistema inmunológico, especialmente en situaciones de estrés físico o trauma.
3. Recuperación postquirúrgica: Se ha demostrado que la suplementación con glutamina mejora la recuperación en pacientes postquirúrgicos y reduce el riesgo de infecciones hospitalarias.
4. Ejercicio: En el ámbito del deporte, la glutamina es popular entre los atletas por su capacidad para reducir el catabolismo muscular, acelerar la recuperación y mejorar la resistencia.
¿Cuáles poblaciones pueden beneficiarse?
- Pacientes críticos: Aquellos en unidades de cuidados intensivos, especialmente con trauma severo, quemaduras o sepsis, pueden beneficiarse de la suplementación con glutamina para mejorar la función inmunológica y la recuperación.
- Pacientes oncológicos: La glutamina puede ayudar a reducir la mucositis inducida por la quimioterapia, mejorando la calidad de vida de los pacientes con cáncer.
- Atletas: Los deportistas que realizan entrenamientos intensivos pueden utilizar glutamina para disminuir el daño muscular y mejorar la recuperación.
- Enfermedades Gastrointestinales: pacientes con enfermedad inflamatoria intestinal (EII), como la enfermedad de Crohn o la colitis ulcerosa, pueden encontrar alivio en los síntomas con la suplementación de glutamina, ya que ayuda a restaurar la barrera intestinal.
En general, la glutamina es segura cuando se toma en dosis recomendadas. Las dosis altas, que superan los 30 gramos por día, pueden causar efectos secundarios como malestar gastrointestinal y, en casos raros, toxicidad cerebral.
Sin embargo, para la mayoría de los individuos, la suplementación con glutamina en dosis de hasta 10 gramos por día es bien tolerada.