Don Quijote y los amores de Quiteria y Basilio
Don Quijote de la Mancha, de Miguel de Cervantes, sale de las páginas en forma de danza clásica y llega a la Sala Carlos Piantini del Teatro Nacional
El arte escénico traduce las palabras en gestos y el movimiento en emoción. En esta ocasión, Don Quijote de la Mancha, de Miguel de Cervantes, sale de las páginas en forma de danza clásica y llega a la Sala Carlos Piantini del Teatro Nacional, los días 7, 8 y 9 de junio. Estará a cargo de la Fundación y Compañía de Danza Ballet Concierto Dominicano y de destacadas figuras de la danza nacional e internacional. La dirección coreográfica es del veterano maestro y coreógrafo Carlos Veitía, inspirada en la original de Marius Petipa, con música de Léon Minkus.
El ballet Don Quijote se creó en 1869 a solicitud de los Teatros Imperiales de Rusia y, junto a El lago de los cisnes, fue uno de los ballets más populares. Fue la primera danza clásica en poner en escena a la gente del pueblo, donde antes solo figuraban criaturas etéreas. La adaptación se centra en un episodio de la segunda parte del libro, descrito en los capítulos XIX, XX y XXI, sobre los turbulentos amores entre Quiteria (Kitri, en la versión de ballet) y Basilio, más que en las propias aventuras de don Quijote y Sancho.
La historia va como sigue: Basilio se enamora de la hermosa Quiteria desde sus tiernos y primeros años, y ella fue correspondiendo a su deseo con mil honestos favores, tanto, que se contaban por entretenimiento en el pueblo los amores de los dos niños Basilio y Quiteria. Fueron creciendo y el padre de Quiteria prohibió a Basilio la entrada a su casa, ordenando a su hija casarse con el rico Camacho. Basilio no tiene tantos bienes de fortuna. No obstante, es el más ágil mancebo de la comarca, gran tirador de barra, luchador extremado y gran jugador de pelota, canta como una calandria y toca una guitarra que la hace hablar, y, sobre todo, juega una espada como el más pintado. Don Quijote dice que por todas esas gracias no solo debía casarse con Quiteria, sino con la misma reina Ginebra.
Miguel de Cervantes, a través de Don Quijote de la Mancha, hace una severa crítica a la sociedad de la época. El propio autor vivió una vida marcada por adversidades, las que traduce en su literatura con genialidad y humor, siempre en miras de denunciar lo que está mal y alcanzar un ideal social.
Esta imperdible puesta en escena, muestra un ballet universal, provisto de técnica y rigor, que nos paseará a través de las peripecias de estos personajes; y en lo que respecta a nuestro querido don Quijote, lo veremos luchando por las causas justas, estarán los molinos de viento y su adorada Dulcinea.