¿Puede la nutrición de precisión realmente superar las dietas tradicionales?

La nutrición de precisión es un enfoque emergente que busca personalizar las recomendaciones dietéticas basándose en las características individuales de cada persona, como su genoma, microbioma, metabolismo y estilo de vida.

Este concepto se está convirtiendo en una herramienta poderosa para la medicina moderna, prometiendo mejorar la salud y prevenir enfermedades a través de intervenciones dietéticas personalizadas. Revisemos los fundamentos científicos de la nutrición de precisión y sus potenciales beneficios para la salud.

La base de la nutrición de precisión radica en la comprensión de cómo los factores genéticos y ambientales interactúan para influir en la respuesta del individuo a los alimentos.

Las investigaciones

Estudios como los realizados por Zeevi et al. (2015) han demostrado que las respuestas glucémicas postprandiales varían significativamente entre individuos, incluso cuando consumen las mismas comidas. Estos hallazgos sugieren que las recomendaciones dietéticas basadas en promedios poblacionales pueden no ser efectivas para todos.

Uno de los pilares de la nutrición de precisión es la nutrigenómica, que estudia cómo los genes afectan la respuesta a los nutrientes.

Por ejemplo, ciertas variaciones genéticas pueden influir en la capacidad de metabolizar grasas o azúcares, lo que puede predisponer a enfermedades metabólicas como la diabetes tipo 2. Al identificar estas variaciones, los profesionales de la salud pueden diseñar dietas personalizadas que mitiguen estos riesgos.

Otro componente crucial es el microbioma intestinal, el conjunto de microorganismos que habitan en el tracto digestivo.

Investigaciones recientes han mostrado que la composición del microbioma puede influir en la salud metabólica, inmunológica y mental. Así, la modulación del microbioma a través de la dieta, como el uso de probióticos y prebióticos, se está explorando como una estrategia para mejorar la salud individual (Lachnit et al., 2019).

La nutrición de precisión ofrece múltiples beneficios potenciales, entre ellos la prevención y el manejo de enfermedades crónicas.

Por ejemplo, en el manejo de la diabetes tipo 2, la personalización de la dieta puede ayudar a controlar mejor los niveles de glucosa en sangre y reducir la dependencia de medicamentos.

Un estudio realizado por Latosinska et al. (2019) destacó cómo las dietas personalizadas basadas en perfiles metabolómicos pueden mejorar significativamente los resultados clínicos en pacientes diabéticos.

En el ámbito de la oncología, la nutrición de precisión puede jugar un papel importante en el soporte nutricional de los pacientes con cáncer.

La desnutrición es común en estos pacientes y puede afectar negativamente la respuesta al tratamiento y la calidad de vida. Intervenciones dietéticas personalizadas pueden ayudar a mantener el estado nutricional adecuado y mejorar la tolerancia al tratamiento (Argilés et al., 2018).

Además, la nutrición de precisión puede contribuir a la salud mental. Estudios han mostrado que ciertos patrones dietéticos pueden influir en la salud mental a través del eje intestino-cerebro.

Por ejemplo, dietas ricas en ácidos grasos omega-3, antioxidantes y fibra pueden tener efectos positivos en el estado de ánimo y la cognición (Lach et al., 2018).

A pesar de sus promesas, la implementación de la nutrición de precisión enfrenta varios desafíos. La recopilación y el análisis de datos genómicos, metabolómicos y del microbioma son costosos y requieren infraestructura avanzada. Además, la interpretación de estos datos y la traducción en recomendaciones dietéticas efectivas requiere de más investigación y desarrollo de guías prácticas.

Sin embargo, con el avance de la tecnología y la creciente accesibilidad a pruebas genéticas y de microbioma, la nutrición de precisión tiene el potencial de convertirse en una práctica estándar en la atención médica.

Su enfoque individualizado puede revolucionar la forma en que prevenimos y tratamos las enfermedades, mejorando significativamente la salud y el bienestar de las personas, estamos ansiosos de aprovechar estas estrategias para ofrecer la verdadera personalización a nuestros pacientes.

Erika Pérez Lara

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Dra. Erika Pérez-Lara Doctora en Medicina. Especialidad en Nutriología Clínica en INTEC. Master en Nutrición y Alimentación en Universidad de Barcelona (UB).