Más pronto que tarde
Despedida a Inés Aizpún
Amanecimos la semana pasada con una despedida. Nos tocó decir adiós en estas páginas a la profesionalidad periodística y a las palabras precisas de Inés Aizpún. Recuerdo hoy con mucho cariño esa propuesta suya para embarcarme en la tarea, que aún me ocupa, de escribir esta Eñe, a la que ella puso el título. Nada más y nada menos que tratar de ortografía, lengua y palabras con una sonrisa en la cara y en la pluma. Todo un reto viniendo de la gran columnista con la que nos desayunábamos cada día.
Cuando le pedí que prologara mi libro De la eñe a la zeta, que recopilaba más de cuatrocientas de estas pequeñas columnas semanales en Diario Libre, me regaló esta reflexión: «Porque la lengua importa. Y su buen uso cada vez más. Hablamos mucho de la brecha digital y tecnológica, pero poco de la profunda desigualdad que supone manejar un vocabulario rico frente a comunicarse con cuatrocientas palabras». Aizpún siendo Aizpún; consciente de la realidad que nos toca vivir y de la importancia de su análisis certero para intentar, al menos, mejorarla. Y continuó con toda una declaración de intenciones: «Porque las palabras importan. Son entes vivos que evolucionan sin aferrarse al pasado, pero pidiendo el respeto que merecen, porque quieren tener futuro. Las necesitamos sanas y enteras para vivir un futuro más rico en matices. Más libre, menos uniforme, más inteligente, creativo y veraz». Y así es el mundo que busca Inés.
Mi querida Inés, cuántas palabras compartidas; y también cuántas charlas sobre las palabras y cómo dominarlas. Echaremos de menos las tuyas en Diario Libre, pero recuerda que queremos seguir disfrutándolas donde tú prefieras, más pronto que tarde.