Cómo manejar la comida de perros y gatos juntos
Tanto gatos como perros tienen distintas necesidades y es por eso por lo que hay alimentos especialmente diseñados para cada uno de ellos
Pregunta: Buenas tardes doctor, en mi casa tenemos una chihuahua de 7 meses, la cual nunca ha tenido problemas para comer la Purina Puppy que le hemos dado desde el principio.
Hace una semana adoptamos un gato de dos meses para que se hicieran compañía mutua. Ellos se han llevado bastante bien y desde el primer día se han mantenido cerca.
El problema ha venido de que la Chihuahua probó la comida para el gato, y a pesar de que le ha provocado una ligera diarrea, está ya no quiere su comida y hay que monitorearla cuando se le sirve al gato para que no la coma.
El gato, por otro lado, también comió de la Purina y no sabemos si esto le provocó la diarrea que tiene desde la semana pasada.
Una comida con hormigas
Al gato le vacunamos y desparasitamos. Le indicaron metronidazol y un suero. A pesar de que ya no lo dejamos acercarse a la Purina y todos los medicamentos, aun así sigue su diarrea a la mañana de hoy.
¿Es normal esto? ¿Existe alguna comida que sea uniforme tanto para gatos como para perros?
Gracias de antemano.
Respuesta
Es muy común entre los dueños de mascotas, cuando tienen perros y gatos al mismo tiempo, que pase esta situación; y es casi 100 por ciento seguro que donde haya un perro y un gato, el perro tienda a inclinarse por la comida del gato.
Pero debes tener en cuenta algo muy importante: la comida de gatos y la comida de perros tienen un balance nutricional muy distinto. Tanto gatos como perros tienen distintas necesidades y es por eso por lo que hay alimentos especialmente diseñados para cada uno de ellos.
Los alimentos para gatos contienen una cantidad mucho mayor de proteínas y grasa. Esto hace que a los perros les encante el sabor, pero eso no significa que puedan comerla ya que, además de que no cubrirá sus requerimientos nutricionales, puede derivar en daño renal o hepático.
Así que trata de que no se convierta en un hábito, ya que puede generar numerosos problemas debido tanto a la carencia como al exceso de distintos nutrientes. También la comida de gato puede ocasionar problemas gastrointestinales que incluyen vómitos y diarrea.