Inteligencia artificial: una espada de doble filo
La IA pudiera convertirse en un arma de doble filo, no por ella misma, sino por el mal uso que se pueda hacer de ella
La Inteligencia Artificial (IA) tiene sus inicios hace más de siete décadas, cuando apareció el primer software capaz de aprender a jugar ajedrez de manera automática, por sí solo. Y, ¿cuál es el temor? Ese precisamente, que estamos en un momento en el que una máquina puede tomar decisiones por sí misma y tener la posibilidad de dejar de lado a la persona, sus derechos, su dignidad e incluso vulnerar valores éticos. ¿Es mala la energía nuclear? Sí, si se usa para nuestra propia destrucción, pero si se usa, como de hecho se hace, en la industria, en la generación de electricidad limpia y en la medicina, es muy buena. Es el dilema con la IA que pudiera convertirse en un arma de doble filo, no por ella misma, sino, por el mal uso que se pueda hacer de ella.
¿Es correcto que en la R.D. un país con tantas limitaciones y precariedades se esté tratando el tema de la IA? Si, es correcto. Porque es una realidad mundial y no podemos estar ajenos a esa realidad, y porque de alguna manera y sin saberlo desde hace tiempo estamos usando esa tecnología: en las Inversiones en el mercado de valores, investigación científica, energías renovables, en el origen y control de epidemias, Siri, Alexa, reconocimiento facial, teléfonos inteligentes, en nuestra cuenta bancaria con la identificación personal de voz, etc. Por lo tanto, es correcto que apoyemos los foros, congresos, talleres y webinars que se están produciendo en nuestro país para conocer mejor el buen uso que le podemos dar a la IA.
New England Journal of Medicine, una de las publicaciones más importantes del mundo en la investigación y la difusión científica publicó una colección de artículos con los avances más relevantes de la IA, el aprendizaje automático en medicina y la educación superior, tomando en cuenta los avances de la tecnología, sus diversos usos y aplicaciones clínicas como: la interpretación de imágenes, la vigilancia epidemiológica, prevención y tratamiento oportuno de las infecciones y otras enfermedades, diagnósticos en tiempo real y sus consideraciones éticas.
Como profesionales, como país y como parte de la comunidad global a la que pertenecemos, no podemos estar de espaldas la IA, un elemento de primer orden de la revolución tecnológica que nos trajo este siglo. Sin olvidar que esta herramienta es BUENA, pero que puede ser MUY MALA, y no por ella per se, sino, por el mal uso que podamos darle.