Qué es el alma para los científicos
Existen amplios y variados estudios científicos relacionados con el alma
El escritor dominicano Manuel Mora Serrano publicará, dos veces a la semana, fragmentos de dos conferencias, dictadas hace unos años, en las que extrapola ideas sobre poesía que alimentan el alma, para ponerlas al servicio de nuestros lectores dos días a la semana, jueves y sábados. Esta es la cuarta de ellas, que trata sobre lo que es el alma para los científicos.
Trabajos científicos
Una cosa son las fechas y las definiciones como vemos, otras muy diferentes son los trabajos científicos con esta idealidad propiamente humana. Unos científicos han creído explicar la forma como entra en nuestro cuerpo ese ente mágico y maravilloso que llamamos el alma.
La consciencia es el conocimiento inmediato que tenemos de nosotros mismos, de nuestros actos y reflexiones, pero también la capacidad del hombre de verse, reconocerse y de juzgar sobre esa visión. Su naturaleza causó muchas preguntas desde que tenemos memoria y posee implicaciones existenciales, médicas y espirituales.
Cuánto pesa el alma
El doctor Stuart Hameroff, emérito en el Departamento de Anestesiología y Psicología, así como directivo del Centro de los Estudios de Conciencia de la Universidad de Arizona, situado en Tucson (USA), y su colega Sir Roger Penrose, físico y matemático de la Universidad de Oxford, en el Reino Unido, llevan desde 1996 trabajando en una teoría cuántica de la conciencia que establece que nuestras almas están contenidas en unas estructuras denominadas microtúbulos que habitan nuestras células cerebrales.
Las deducciones provenientes de sus estudios apuntan que las experiencias de nuestra conciencia son el resultado de efectos de la gravedad cuántica en esos microtúbulos, en un proceso que han denominado reducción objetiva orquestada (Orch-OR).
«La idea nace de que el cerebro es una computadora biológica, con cien billones de neuronas cuyas conexiones sinápticas actúan como redes de información».
La consciencia
La consciencia es el conocimiento inmediato que tenemos de nosotros mismos, de nuestros pensamientos y nuestros actos, pero también la capacidad del ser humano de verse y reconocerse a sí mismo y de tener juicio sobre esa visión o reconocimiento. Su naturaleza nos otorga uno de los mayores misterios de la vida, vista desde varias perspectivas médicas, filosóficas o espirituales.
La comunicación entre neuronas se realiza mediante la secreción de neurotransmisores a través de vesículas sinápticas distribuidas a lo largo de sus axones. El citoesqueleto de las neuronas juega un papel clave en la dinámica de estas vesículas. Penrose y Hameroff postulan que los microtúbulos, las unidades más pequeñas del citoesqueleto, se comportan como canales para transferencia de información cuántica responsable de la consciencia.
Hasta este momento ha habido cierto consenso en la comunidad científica a la hora de considerar que la consciencia surgió como una propiedad de los organismos biológicos como proceso de la evolución. Se considera una adaptación beneficiosa de determinadas especies que les confiere una ventaja evolutiva. Sin embargo la teoría Orch-OR, afirma que la consciencia es una característica intrínseca de la acción de un universo no computable.
«Según un reportaje publicado por el Daily Mail, en una experiencia cercana a la muerte (ECM), por ejemplo, los microtúbulos pierden su estado cuántico, pero la información dentro de ellos, no se destruye. Es decir, que en términos comprensibles, el alma no muere, sino que vuelve al universo».
En el documental «Through the wormhole» (a través del agujero de gusano), narrado por Morgan Freeman, el Dr. Hameroff explica ampliamente su teoría. Ha sido emitido por el canal Science, en Estados Unidos. En este documental Hameroff declaró que «cuando el corazón deja de latir, la sangre deja de fluir y los microtúbulos pierden su estado cuántico». La información cuántica de los microtúbulos no se destruye; no puede ser destruida; simplemente se disipa y se distribuye por el universo.
Añade que «si el paciente es revivido, esta información cuántica puede volver a los microtúbulos» y el paciente expresará que ha vivido una ECM. Si el paciente muere, «sería posible que esta información cuántica exista fuera del cuerpo indefinidamente, como un alma».
El Dr. Hameroff teoriza que las nuevas ideas sobre el papel de la física cuántica en los procesos biológicos como la navegación en pájaros, ayudan a confirmar la teoría.
Existen amplios y variados estudios relacionados con esta investigación. Los dos científicos se unen a la idea de la existencia del alma como el Dr. Rick Strassman, que cree que la entrada de ésta en el cuerpo humano se produce a través de la glándula pineal. Las investigaciones del Profesor Michael Persinger, de la Laurentian University de Ontario, así como los libros de divulgación del médico, psiquiatra y especialista español José Miguel Gaona, apuntan en direcciones similares. Fuente: Revista Año Cero
Alma y tecnología
Así hablan científicos actuales armados de todos los artefactos que la tecnología ha puesto en sus manos.
Fíjense que ellos no entran en teorías religiosas del lugar adonde debería ir el alma. Eso está fuera de la ciencia, sencillamente, ese elemento mágico y eterno, fluye de nuevo en el universo. ¿Acaso no es poético este acontecimiento?
Poético y estremecedor al llevarnos a imaginar que si las almas son unas sustancias intangibles, eternas e indestructibles, no sería más lógico imaginar las transgresiones a través del espacio y del tiempo de ejércitos de almas que pueblan los espacios y por lo tanto pudieron habitar en planetas que creemos habitados por seres pensantes, es decir, almados y esa interacción de los avances de otras civilizaciones, en vez de venir en Ovinis, sencillamente entran en los túbulos y de pronto surgen genios como Albert Einstein o el inexplicable Stephen Hawking. Pero eso es meterse en lo hondo de la ciencia ficción, y sería mejor que dejáramos a los expertos en Dios o en los dioses, que determinen lo que le va a pasar luego a esa alma errante, tan preciosa, que de acuerdo con nuestras creencias, es buscada por el bueno y por el malo, por Dios y por el demonio.