Mitos y realidades sobre la fertilidad masculina
"La edad en el hombre no es tan determinante en la fertilidad, como en el caso de la mujer, ya que la producción de espermatozoides se mantiene hasta edades bastante avanzadas", dice el urólogo Erick Grullón
La búsqueda de la paternidad es muy similar a la de ser madre; causa esperanza, entusiasmo y, hasta cierto punto, un orgullo bonito cuando por fin se logra. No así si su espera se hace larga y sin el resultado esperado y es por ello que hoy, Día de la Fertilidad, se hace propicio hablar de la fertilidad masculina, un tema que afecta a la población masculina, impactando tanto en el sentido físico como en lo emocional.
Mitos y realidades
En la salud existen muchos mitos que se traspasan de generación en generación creando confusión y desinformación, así que el doctor Grullón aclara algunos relativos a la fertilidad masculina
La masturbación afecta a la fertilidad: Mito. En realidad, esto no afecta la fertilidad, la calidad óptima del esperma se obtiene después de dos o tres días sin que se tenga una eyaculación.
El aumento de la temperatura en los testículos afecta a la fertilidad: Verdad. Los testículos tienen dos grados menos de temperatura que el resto de los órganos del cuerpo y por eso están en una bolsa fuera del cuerpo, ya que el incremento de calor afecta su eficacia reproductiva.
La infertilidad es hereditaria: ¡Totalmente falso! Existen enfermedades de carácter genético que luego pueden condicionar la capacidad de concebir.
Los problemas de fertilidad son más probables en mujeres que en hombres: Falso. Tanto hombres como mujeres pueden tener problemas para procrear. Los factores masculinos y los femeninos son responsables, cada uno, de alrededor de un tercio de las complicaciones. Ambos deben ser evaluados por igual.
Mientras más sexo tenga, mayores serán las probabilidades de embarazo: ¡Uhh, es relativo! Las relaciones sexuales frecuentes (interdiario o cada 2 días) son las que dan las tasas más altas de embarazo, pero se pueden lograr resultados casi equivalentes con relaciones menos frecuentes, como dos o tres veces por semana.
El especialista en Urología Erick Grullón revela algunos puntos de atención
Si buscas procrear y no lo has logrado, revisa estos síntomas:
En la actividad sexual. Problemas con la función sexual, como dificultad para eyacular o eyaculación de pequeñas cantidades de líquido, reducción del deseo sexual, o problemas para mantener la erección.
Anomalía en los testículos. Dolor, hinchazón o un bulto en el área del testículo.
Infecciones. En el sistema respiratorio de manera recurrente.
Cambios en el cuerpo. Crecimiento mamario anormal; disminución del vello facial o corporal, y otras anomalías cromosómicas u hormonales.
Recuento de espermatozoides. Un nivel más bajo de lo normal (menos de 15 millones de por mililitro de semen).