Emociones en Navidad ¿por qué se intensifican?
En esta época es válido no saber qué se siente ya que podemos experimentar muchas emociones al mismo tiempo
La Navidad es una época en la que afloran todas las emociones. Y aunque para muchos es un tiempo de alegría, para otros no lo es tanto. La psicóloga Eva Herbert explica que en esta época es válido no saber qué se siente ya que podemos experimentar muchas emociones al mismo tiempo y cambiar de sentimiento de un momento a otro.
“La Navidad puede ponerte nostálgica, sabes que este año va a ser diferente, que faltarán personas, pero también que puedes agradecer lo vivido y contemplar los lindos momentos de este año, por más pequeños que sean”, afirma la especialista, que también asegura que esta Navidad puede ser alegre porque quizás cumpliste metas y puedes celebrarlas, compartir con seres queridos y, a pesar de ser una Navidad distinta, en ésta pondrás tu esfuerzo para recordarla de forma especial.
Otra emoción que destaca Eva que puedes experimentar es la sorpresa porque, a diferencia de otras Navidades, ésta estará llena de situaciones que no esperabas y decidirás extraerle lo mejor a la situación, buscarás momentos de calma para equilibrar todo lo que has sentido.
La decepción es otra emoción que la psicóloga menciona que puedes sentir porque quizás tenías expectativas de algo que no fue posible y nada salió como querías. Sin embargo, afirma que tienes la opción de cambiar la forma de ver, ¿qué tal si tratas de mirar lo que sí tienes y sí lograste?
“Quizás esta época te llene de remordimiento por no haber podido acompañar a quienes querías o no haber hecho más por tu familia”, dice al mismo tiempo que te invita a preguntarte: ¿en qué momento se volvió ésta tu responsabilidad? ¿Qué es lo que sí está en tus manos hacer? ¿Qué es lo que sí puedes lograr?
Independientemente de la emoción que sientas en Navidad, puedes decidir si hacer de este un mes de provecho. Para esto es necesario, según la psicóloga, ponerle nombre a esa emoción y qué las produce para aprender a gestionarlas de la forma más adecuada.
¿Qué siento en Navidad?
Eva Herbert afirma que la mayoría de las personas ocultan sus emociones en cierta medida, pero si se lo preguntan pueden saber qué están sintiendo. “Por eso es tan importante que cada quién se pregunte cómo le hace sentir esta época del año de forma particular”, comenta.
Algo que influye mucho al momento de responder esta pregunta es la presión social. ¿Por qué? Según la psicóloga, diciembre parece ser una época de alegría y ha estado asociada a lo largo de la historia a celebración, fiesta, compartir y eso se supone que en teoría “debería” alegrarte, pero puede que no sea así. Y es que resulta que una misma época puede tener distintas formas de ser vista. Incluso, a pesar de generar la misma emoción en dos personas, puede producir conductas distintas. Por ejemplo, la tristeza en esta época puede llevarte a compartir con muchas personas para evitar conectar con esa emoción negativa y sentirte acompañada/o, o por el contrario hacerte aislarte y no querer celebrar.
¿Cómo gestionar las emociones?
Si te sientes más sensible de lo habitual, ahora estás bien, ahorita mal, quieres llorar sin motivo, o sientes una sensación que no te agrada y deseas gestionar esas emociones, el paso uno es identificarlas y para ello Eva recomienda recurrir a la teoría. “La rueda de las emociones de Robert Plutchik para los países de habla hispana y la cultura latinoamericana se adapta bastante bien. Esta teoría plantea que hay ocho emociones básicas: temor, sorpresa, tristeza, repugnancia, enojo, expectativa, alegría y aceptación y éstas a su vez varían en intensidad, llegando a convertirse en su forma más intensa en ira, vigilancia, éxtasis, adoración, terror, asombro, dolor y aversión. Si nos fijamos, conocer estas emociones nos permite ver la amplitud de experiencias que nuestros sentimientos nos pueden hacer sentir y al mismo tiempo, la complejidad para definirlas”, agrega.
¿Por qué es necesario ponerle nombre a lo que sientes?
Para la experta, identificar ese rango de sensaciones y mirar en qué situaciones suele activarse, qué te hace sentir y cómo te hace actuar es muy parecido a cuando queremos conocer a un amigo para saber cómo actuar frente a él en distintas situaciones.
Por ejemplo, si el temor fuera Carlos y la última vez que lo sentiste te paralizó con lo que hizo pues sabrás que cada vez que estés con él te pudieses paralizar. Y ahí vendría la segunda utilidad de conocer tus emociones, saber cómo quieres actuar frente a ellas, ¿quieres que el temor te paralice? ¿Qué reacción te gustaría tener frente a él? Así como con un amigo, nos gusta saber cómo es para poder actuar de la forma más apropiada en su presencia, pues de igual modo es importante hacerlo frente a tus emociones, según explica Eva, creadora de Beauty Value.
¿Puede una persona sola gestionar sus emociones?
Algo importante que destaca la profesional es saber que tú sí puedes gestionar cómo actúas de cara a las emociones que experimentas, aunque no puedas controlarlas a ellas. Y pone el ejemplo: un cantante que puede gestionar sus emociones de temor, alegría y sorpresa frente a una audiencia de millones de personas, se levanta en la tarima y esboza todas sus melodías. De no controlar sus emociones, probablemente ni llegaría a la locación del concierto. No puede prevenir sentirlas, pero sí gestionar la expresión de ellas.
“Es posible gestionar las emociones, pero debemos creernos capaces de ello. Si consideras que tienes las emociones revueltas, te recomiendo que te pasees por la rueda de las emociones de Plutchik e identifiques con cuáles de éstas te identificas, es como ir desenredando las luces de Navidad. Poco a poco irás viendo dónde están el principio y el fin, dónde se conectan y dónde se encienden las velocidades. Poco a poco puedes ir desenmarañando el revolú de emociones que sientes. Nadie dijo que sería fácil, pero no es imposible. Y si se complica demasiado, siempre es buena opción buscar ayuda profesional, aunque estemos en Navidad”, concluye Eva.