Un mismo latido
Saber manejar esta concordancia exige que tengamos en cuenta varias cosas, entre ellas el género y el número de los sustantivos
Cuando de adjetivos se trata, la concordancia con los sustantivos empieza a complicarse bastante, especialmente si hay varios sustantivos a los que queremos aplicarles el mismo adjetivo. Saber manejar esta concordancia exige que tengamos en cuenta varias cosas, entre ellas el género y el número de los sustantivos a los que vamos a aplicar el adjetivo o la posición del adjetivo respecto a estos. Para no enredar demasiado la cabuya, hoy nos vamos a fijar en ciertos casos muy frecuentes. Si quieren seguir profundizando, siempre pueden consultar en línea y de forma gratuita el Diccionario panhispánico de dudas de la Asociación de Academias de la lengua: www.rae.es/dpd.
Para entrar en materia, pensemos en aplicar un adjetivo a varios sustantivos coordinados y queremos que el adjetivo vaya pospuesto. Usaremos este adjetivo siempre en plural; en femenino, si ambos sustantivos son femeninos: Ha elegido la falda y la blusa blancas; y en masculino si ambos sustantivos son masculinos: Ha elegido el pantalón y el saco negros; o si los sustantivos son de distinto género: Ha elegido el saco y la corbata oscuros.
En cambio, si anteponemos el adjetivo a los sustantivos, lo adecuado es que este adjetivo concuerde en género y número solo con el primer sustantivo, el más cercano: una preciosa falda y blusa blancas; un elegante saco y corbata negros.
Concordar es hacer corresponder una cosa con otra. Cuando de gramática se trata, la concordancia establece reglas para relacionar sintácticamente las palabras que pueden variar de género, de número o de persona. Por su etimología concordar nos remite al corazón; poéticamente podríamos decir que se trata de lograr que los corazones de las palabras latan al unísono.