Nada es lo bastante pequeño
Todos sabemos que la gramática, cuando nos acercamos a ella con interés, siempre tiene algo más que enseñarnos
Si han leído las Eñes de estas últimas semanas ya saben que la gramática y el corazón tienen mucho que ver. Y si creían que con lo escrito hasta ahora habíamos terminado, no se hagan muchas ilusiones. Todos sabemos que la gramática, cuando nos acercamos a ella con interés, siempre tiene algo más que enseñarnos. Hoy vamos a tratar uno de esos casos especiales que a veces nos vuelven locos a la hora de escribir.
Cuando coordinamos dos o más nombres que se refieran a cosas concretas y distintas entre sí, cada uno de esos nombres debe estar introducido por su propio determinante, con independencia del tipo de determinante que sea. Bajemos a la tierra todos estos conceptos gramaticales con algunos ejemplos. Si menciono que «Mi hermano y mi sobrina vienen conmigo al cine», el determinante posesivo mi se repite en los dos nombres (hermano y sobrina); eviten «comerse» uno de los determinantes. Siempre se me olvidan la cartera y los lentes; nunca deben olvidárseme *la cartera y lentes. En cambio siempre podemos suprimir la repetición del determinante si los sustantivos que coordinamos se refieren a la misma cosa: Siempre se me olvidan los lentes o gafas. Se aplica la misma regla en el caso de los dos sustantivos se refieran a las partes de un mismo todo (Tu carácter y comportamiento la han enamorado).
Aunque parezca un detalle sin importancia, fíjense en el cambio de significado de estas dos frases, que solo se diferencian en una cosa, si los dos sustantivos se refieren o no a la misma persona: Mi marido y mejor amigo está invitado/Mi marido y mi mejor amigo están invitados. Como ven, nada es lo bastante pequeño para la gramática. No dejen que les pase desapercibido.