Apnea, un reto para el control de peso
La apnea tiene que ver con la obesidad
Realice de forma autoevaluativa las siguientes preguntas
• ¿Se siente fatigado durante el día?
• ¿Se despierta con sensación de no haber dormido?
• ¿Siente la necesidad de tomar siestas durante el día?
• ¿Le han dicho si ronca mientras duerme o si hace pausas para respirar?
• ¿Tiene dificultad para dormir?
Si la respuesta es positiva a dos o más preguntas, probablemente tenga el trastorno de apnea obstructiva del sueño.
El término apnea se define como el cese de la respiración por al menos 20 segundos o más, y esto tiene relación con un trastorno en el que la obesidad representa aproximadamente un 60% de los casos.
La obesidad particularmente es un patrón en el que se aumenta la distribución grasa a nivel de cuello y cavidad torácica, tiene un rol importante en el desarrollo de la apnea del sueño. Esto sucede porque obstruye las vías respiratorias y evita la expansión pulmonar adecuada.
¿Quiénes tienen mayor predisposición? Puede ocurrir en niños.
• Edad. A medida que avanzamos en edad, conseguimos mayor riesgo.
• Sexo masculino (4% en hombres y 2% en mujeres)
• Historia familiar (genética)
• Abuso de alcohol, sedantes
• Fumadores
• Obstrucción de vías respiratorias (por desviación del tabique, pólipos, etc)
Entre sus complicaciones podemos mencionar:
• Fatiga crónica, presión arterial elevada, intolerancia a la glucosa, hígado graso. En niños podría manifestarse con dificultad para concentrarse y pobre desarrollo intelectual entre otras.
¿Cuáles son las recomendaciones?
Asista a un especialista (neumólogo u otorrinolaringólogo) para el correcto diagnóstico mediante un estudio especializado.
Posteriormente, el manejo del peso será crucial para mejorar de los síntomas y evitar que recurra en el trastorno.
Una dieta equilibrada que le permita perder peso de forma saludable, y más importante, sostener la pérdida de peso, podría prevenir la aparición de las complicaciones antes mencionadas y eliminar los síntomas secundarios al trastorno.