Actores centenarios que este 2025 habrían cumplido 100 años
El cine está de celebración en 2025. Una larga lista de actores legendarios como Paul Newman, Rock Hudson, Jack Lemmon, Richard Burton, Angela Lansbury, Tony Curtis o Peter Sellers, y directores como Sam Peckinpah y Robert Altman hubieran cumplido 100 años a lo largo de los próximos doce meses
El nuevo año 2025 viene cargado de efemérides. Se cumplirán 100 años del nacimiento de una serie de nombres que marcaron una época y dejaron una huella, tanto histórica como sentimental en términos globales, aunque en aquel 1925 el término globalización se desconociera.
En ese año llegaron a la vida personalidades como Margaret Thatcher (13 octubre), Malcolm X (19 mayo) o Robert F. Kennedy (20 noviembre). La música recibiría el talento de aquellos que venían al mundo como Celia Cruz (21 octubre) o B.B King (16 septiembre).
Pero fue el mundo de la cinematografía quien se vio especialmente nutrido de nombres que quedarían impresos, para siempre, en las retinas y el celuloide, traspasando y enamorando a diferentes generaciones.
Cineastas como Sam Peckinpah (21 febrero) y Robert Altman (20 febrero), y actores legendarios como Paul Newman (26 enero), Jack Lemmon (8 febrero), Tony Curtis (3 junio), Peter Sellers (8 septiembre), Angela Lansbury (16 octubre), Richard Burton (10 noviembre) y Rock Hudson (17 noviembre) cumplirían 100 años este 2025.
Una de estas celebridades puede aún soplar las velas, Dick Van Dyke (13 diciembre), el inolvidable deshollinador Bert, amigo de Mary Poppins.
Un repaso al perfil de dos de ellos, tan geniales como diferentes, permite además conocer el espíritu de una generación icónica.
La suerte Newman
Así consideraba, uno de los actores más carismáticos de la historia del cine, el origen de su éxito. Una suerte que comenzaba, según sus palabras, "por haber nacido blanco" en la América de 1925.
Paul Newman, hijo de su época, se alistó en la Armada cuando la 2ª Guerra Mundial sacudía el Globo.
Con la honestidad que le caracterizaba, contó en el libro autobiográfico "La extraordinaria vida de un hombre corriente", (Cúpula, 2022) cómo pasó sus días en la guerra, en las bases de Okinawa y Guam, donde fue destinado:
- "Sin sentimiento de asombro ni de supervivencia, algo de sentido del peligro y poca o ninguna impresión de haber madurado o aprendido algo. Fue como darse una ducha, nada más".
Llegó a la interpretación por casualidad, casi por vencer al aburrimiento en la facultad de Economía de la Universidad de Kenyon (Ohio).
"Estamos hablando de alguien que había resultado mediocre en prácticamente cualquier cosa, y que de repente da con algo que, como mínimo, es lo que mejor sabe hacer", comenta Newman en su autobiografía. Y fue esa chispa de certeza la que le llevaría a matricularse años más tarde en el Actors Studio de Lee Strasberg.
Sus primeras experiencias en la actuación no fueron precisamente memorables, pero allí estaba "la suerte de Newman" cuando el director Rober Wise se quedó sin el protagonista de "Marcado por el odio" (1956), después de que un Ford se incrustara en el Porsche de James Dean.
Paul Newman encarnó al boxeador Rocky Graziano y a partir de ahí no dejó de trabajar.
"La gata sobre el tejado de zinc" (Richard Brooks, 1958), junto a Elizabeth Taylor, "El largo y cálido verano" (Martin Rittt, 1958), al lado de la que se convertiría en la mujer de su vida, Joanne Woodward, "La leyenda del indomable" (Stuart Rosenberg, 1967) y "Dos hombres y un destino" (George Roy Hill, 1969), junto a Robert Redford, son solo algunos de los títulos que forman parte de la historia del cine y que hacen dudar de que el éxito de este legendario actor se debiera sólo a su suerte.
Paul Newman, además de numerosos galardones internacionales, recibiría un Óscar honorífico por la película "El color del dinero" dirigida por Martin Scorsese en 1986.
Jack Lemmon, el actor que nació en un ascensor
Diametralmente opuesto en cuanto a físico arrebatador, pero de talento interpretativo descomunal, Jack Lemmon forma parte indiscutible del Olimpo de Hollywood. Llegó al mundo prematuramente en el ascensor de un hospital en ese mismo 1925. Lugar donde, a día de hoy, sigue luciendo la placa: "Aquí nació Jack Lemmon".
De familia acomodada, tuvo clara su vocación, decía que quería ser actor desde que tenía ocho años y estudió Arte Dramático en Harvard. Destacó en sus dotes interpretativas, pero también en su talento natural al piano, que aprendió a tocar de oído.
La empatía del espectador por sus personajes de hombre corriente, le alzó a lo más alto. El éxito de crítica y público de las películas que protagonizaba, le harían merecedor de muchos premios internacionales y de ocho nominaciones a los Premios Óscar, consiguiendo dos.
Uno como mejor actor de reparto por "Escala en Hawaii" (John Ford, 1955) y otro como mejor actor por "Salvad al tigre" (John G. Avildsen, 1973).
"Con faldas y a lo loco" (Billy Wilder, 1959), "El apartamento" (Billy Wilder, 1960), "Días de vino y rosas" (Blake Edwards, 1962), "Irma la dulce" (Billy Wilder, 1963) son títulos que cualquier amante del cine no sólo recuerda, sino que revisa con placer.
La vida profesional de Jack Lemmon fue, feliz e indiscutiblemente, asociada a otros dos grandes nombres, Walter Matthau y Billy Wilder.
"En bandeja de plata" (Billy Wilder, 1966) fue la primera película en la que compartió protagonismo con Matthau. Los personajes antagonistas donde la trifulca y las desavenencias se sucedían, convertían a estas historias compartidas por los dos grandes actores, en éxitos fulminantes.
"La extraña pareja" (Gene Saks, 1968) fue la segunda película que compartieron y donde afianzaron su triunfo. Le seguirían "La primera plana" (Billy Wilder, 1974), "JFK" (Oliver Stone, 1991), "Dos viejos gruñones" (Donald Petrie, 1993) y la segunda parte de "La extraña pareja" (Howard Deuch, 1999).
Lemmon y Matthau se convirtieron en una auténtica pareja de Hollywood, enfrentados en pantalla e inseparables como amigos en su vida personal.
Walter Matthau falleció en el año 2000, un año antes que Jack Lemmon. Éste último muy afectado por la muerte de su amigo comentó que Matthau era "como esos juguetes de cuerda que tienen los niños".
Una amistad inquebrantable que comenzó en 1960 en un restaurante cuando Jack Lemmon pidió gambas fritas con chocolate helado y Matthau le reprochó: "¿Cómo puede pedir algo así en un restaurante judío?".