"Vermiglio", una pequeña sorpresa en Venecia sobre los efectos más íntimos de la guerra
La película ha recogido un gran aplauso al final de la proyección oficial ante la prensa
La película 'Vermiglio', de la italiana Maura Delpero, ha sorprendido este lunes en el Festival de Venecia por su profunda mirada a las consecuencias más íntimas de la guerra, capaz de alcanzar a una familia de un aislado pueblo de montaña y de cambiar profundamente su vida y la de sus componentes.
La idea era "mostrar a un lugar aislado mientras algo grande ocurre fuera y exponer cómo la guerra llega como esquirlas para tocar a ese mundo en su parte más privada", explicó en rueda de prensa la cineasta, que compite por el León de Oro con esta obra, su segundo largometraje de ficción después de 'Maternal' (2019).
'Vermiglio', pueblo natal del difunto padre de Delpero, es una aldea de los Alpes que hacia 1944, en el último año de la II Guerra Mundial, parecía de otro tiempo, un lugar entre valles gélidos y cimas de roca en el que rigen tradiciones ancestrales.
La familia del venerado maestro del pueblo (Tommaso Ragno) es una de las moradoras de este lugar sin tiempo. Su vida es como la de cualquier otra, sometida eso sí a las estrecheces del conflicto, pero la repentina llegada de un soldado desertor empieza a desequilibrar la -aparente- armonía de ese hogar.
Sus muros de piedra albergan en realidad pensamientos y secretos que las bocas callan, sobre sexualidad, religiosidad, aspiraciones, temores o vidas ocultas... tanto en la cabeza de los dos padres como en la de su numerosa prole o del recién llegado del frente.
Es, en definitiva, la historia de una familia que pierde la paz y la calma justo en el momento en el que el mundo la recobra.
La película -una de las seis dirigidas por mujeres en una Sección Oficial de 21 cintas- ha recogido un gran aplauso al final de la proyección oficial ante la prensa.
Delpero aseguró que la idea de rodar esta historia intimista surgió tras una noche en la que soñó con su difunto padre de niño en ese pueblo. "Normalmente son los movimientos del alma los que me llevan a perseguir hilos narrativos", afirmó.