La "limpieza de la muerte" sueca, otro método para acabar con el desorden
Esta práctica, muy conocida en la cultura sueca, tiene como objetivo simplificar la vida y reducir la carga de los seres queridos después de la muerte
Beatriz Bienzobas
En un mundo donde el consumismo parece estar a la orden del día, hay un enfoque que, aunque no necesariamente nuevo, ha cobrado fuerza en los últimos años, especialmente entre aquellos que buscan simplificar su existencia: la "limpieza de la muerte" sueca, o döstädning.
A diferencia del KonMari, Bosou, Danshari o Move-Out, este método, originario de Suecia, no trata solo de ordenar la casa, sino de ordenar la vida misma, de reducir el peso material para no dejarlo a los demás.
Organiza tu hogar inspirad@ en el método de Marie Kondo
Digamos que es una invitación a repensar lo que realmente importa, a eliminar lo innecesario y a prepararnos para lo que inevitablemente llegará: la muerte.
El concepto puede parecer sombrío, pero, de alguna manera, tiene algo profundamente liberador. Se trata de soltar, de desapegarse y, sobre todo, de hacerle un favor a quienes nos rodean.
Y es que la idea es bastante simple, pero poderosa: eliminar los excesos y dejar atrás solo lo esencial, para que, cuando llegue el momento, nuestros seres queridos no tengan que cargar con el peso de nuestros objetos, recuerdos y papeles acumulados.
Margareta Magnusson, la artista y autora de "El arte sueco de ordenar antes de morir " (Reservoir Books, 2017) es la voz que popularizó este concepto.
Con más de noventa años, Magnusson no solo nos habla desde la experiencia, sino que nos invita a reflexionar sobre el valor de lo que acumulamos y el impacto emocional que puede tener el dejarlo ir.
Para ella, la limpieza para la muerte es una forma de amor, de respeto hacia los demás y, por supuesto, hacia uno mismo.
Es decir, un proceso en el que no se trata de eliminar todo lo que tenemos, sino de tomar decisiones conscientes sobre lo que realmente necesitamos y lo que ya no tiene cabida en nuestra vida.
Las claves del método
Si te animas a seguir el ejemplo de la limpieza sueca, el primer paso es ser consciente de lo que tienes.
¿Cuántos pares de zapatos que ya no usas descansan en tu armario? ¿Cuántas prendas del mismo color y talla permanecen olvidadas en el fondo del clóset? ¿Y esos libros que ya no vas a leer?
El objetivo no es solo deshacerte de cosas, sino crear un espacio de paz, un refugio sin sobrecarga de objetos que solo acumulan polvo y ocupan espacio mental.
Si la entrada de año te coge con el orden, y concretamente decides probar este, estas son las claves de debes seguir para conseguirlo:
- Comienza por lo fácil. Magnusson recomienda iniciar con las cosas que no tienen un valor emocional significativo. Esa chaqueta que nunca usas o ese libro que nunca terminaste de leer. Comienza por las cosas que ya no tienes intención de utilizar y avanza poco a poco hacia lo más desafiante.
- Piensa en los demás. La limpieza para la muerte no es solo para ti, sino también para aquellos que quedarán después de ti. Elige con cuidado lo que dejarás atrás, y si es posible, dona lo que aún tiene valor. Si algo te hace feliz, guárdalo, pero no te aferres a lo innecesario.
- Organiza por categorías. En lugar de tratar de ordenar toda la casa de una vez, clasifica tus pertenencias por tipos: ropa, libros, documentos. Eso hará que el proceso sea menos abrumador y más efectivo.
- Empieza con los lugares menos frecuentados. Sótanos, altillos o rincones olvidados de tu casa son el lugar perfecto para comenzar. Estos son los sitios donde se suelen acumular cosas que ni siquiera recordamos que tenemos.
- Prepara lo digital. En la era de la información, nuestros bienes digitales también deben ser considerados. Magnusson recomienda que anotemos las contraseñas y las claves de acceso a cuentas online importantes, para que quienes se queden atrás no tengan que enfrentar la pesadilla de cuentas cerradas o archivos perdidos.
- Regala de manera gradual. Si tienes objetos que otras personas puedan aprovechar, comienza a darlos. No esperes hasta el último minuto. La generosidad es también una forma de preparación.
- Deshazte de lo innecesario con sensibilidad. A veces, lo más difícil es enfrentarse a los recuerdos. ¿Cómo puedes deshacerte de fotos, cartas o recuerdos familiares? La clave está en hacerlo con respeto, guardando lo que realmente tiene un valor sentimental y liberándote del resto.
- Mantén el orden, incluso después de la limpieza. Una vez hayas reducido tus pertenencias, establece nuevos hábitos. Compra menos, acumula menos y, sobre todo, mantén la casa ordenada. La limpieza para la muerte no es un evento aislado, sino un cambio de mentalidad a largo plazo.
Toma el control gracias al döstädning
Si bien el döstädning tiene un trasfondo de inevitabilidad -el recordatorio de que la muerte es parte de la vida-, también ofrece una liberación inesperada. No se trata solo de eliminar objetos materiales, sino de tomar control sobre nuestra propia historia y compartir ese control con quienes amamos.
Es, en última instancia, un regalo tanto para ti como para los demás: la oportunidad de dejar atrás el caos y, en su lugar, crear un espacio más tranquilo y significativo.
En este proceso, la clave está en la conciencia. No es solo un acto físico, sino una reflexión profunda sobre lo que significa vivir con menos.
Y quién sabe, tal vez, en el camino, descubras que lo que realmente necesitas no es un armario lleno, sino un corazón y una casa ligeros, listos para lo que venga.
Beatriz BienzobasPeriodista, con más de 30 años de experiencia en revistas. Licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad de Navarra, España. Actualmente, dirige la sección Revista de Diario Libre en la República Dominicana.
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