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Efecto Hemingway
Efecto Hemingway

Cómo puedes aplicar el "efecto Hemingway" para ser más productivo en el trabajo

Cuando dejamos algo sin terminar, se crea un "gancho mental" que nos impulsa a volver y concluirlo

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Cómo puedes aplicar el efecto Hemingway para ser más productivo en el trabajo
El "efecto Hemingway" ayuda a mantener viva la motivación en el trabajo y mejora la calidad de la vida laboral. (SHUTTERSTOCK)

Dicen que la creatividad necesita su espacio, que la productividad no es cuestión de velocidad, sino de pausa. Y, como si de una novela se tratara, el escritor, periodista Ernest Hemingway nos regaló un truco sencillo y brillante para mantenernos motivados: el efecto Hemingway.

Este método, nacido de la experiencia del Nobel de Literatura, nos invita a dejar algo sin terminar, justo cuando todo se pone interesante. ¿El resultado? Un cerebro impaciente por regresar al trabajo con un entusiasmo renovado.

La sabiduría de Hemingway en pocas palabras

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Imagina a Hemingway escribiendo de pie, observando cómo los rayos del sol se filtran por la ventana de su estudio. Su rutina era clara: 500 palabras al día, sin excesos, sin trabajar de noche.

Pero su verdadero secreto lo compartió con el escritor Arnold Samuelson en 1934: "Lo principal es saber cuándo parar. Detente cuando todavía te entusiasme lo que haces y sepas qué sucederá después. Así será más fácil volver mañana".

Esta idea, aparentemente sencilla, encierra un poderoso mecanismo mental. Nuestro cerebro no soporta dejar cabos sueltos. Esa "tarea incompleta" se convierte en un anzuelo que nos atrae de vuelta, listos para cerrar el círculo.

Y es que el efecto Hemingway es una estrategia de sana productividad que ayuda a mantener viva la motivación, a que no decaiga la productividad y a mejorar, en todos los sentidos, la calidad de la vida laboral.

¿Cómo funciona?

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El efecto Hemingway no es solo poesía para los amantes de la productividad. Yoshinori Oyama, de la Universidad de Chiba, y Emmanuel Manalo, de la Universidad de Kioto, lo estudiaron desde la psicología y concluyeron que la clave para mantener la motivación reside en dos aspectos:

  1. Sentir que estás cerca de terminar algo.
  2. Dividir el trabajo en pequeñas metas alcanzables.

A ellos se sumó la neurocientífica Mithu Storoni, quien afirma que el cerebro trabaja mejor con descansos estratégicos. No necesitas maratones agotadores, lo que precisas son pausas que te dejen con ganas de más.

Debemos recordar que nuestro cerebro está diseñado para resolver problemas y completar ciclos. Cuando dejamos algo sin terminar, se crea un "gancho mental" que nos impulsa a volver y concluirlo.

Para ello, la autora de "Hiperefficient" asegura quenecesitamos adaptar el trabajo al cerebro y no el cerebro al trabajo.

Y, con el fin de aprovechar estos momentos de máxima concentración, aconseja estructurar el trabajo en bloques de 90 minutos, alternando con descansos de 10 a 20 minutos para despejar la mente y volver a centrarse. "Esto te permite mantenerte en una zona óptima y seguir trabajando durante 90 minutos seguidos".

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Así, en lugar de agotar nuestra energía en un maratón laboral, el efecto Hemingway propone detenernos estratégicamente, justo en el punto donde aún sentimos interés y claridad sobre lo que sigue.

Y es que encontrar la motivación en el trabajo puede ser un desafío, especialmente cuando las tareas parecen no tener fin.

Sin embargo, este sencillo enfoque, aunque poderoso, puede ayudar a redescubrir nuestro entusiasmo promoviendo no solo una productividad sana, sino mejorando también la calidad de la vida laboral, al mantener la motivación al máximo y aumentar nuestra expectativa de que nuestro trabajo eventualmente conducirá al éxito.

Aplicar el efecto Hemingway en tu día a día

Si Hemingway escribió grandes obras bajo esta filosofía, tú también puedes transformar tu rutina. Te decimos cómo:

  • Empieza donde es difícil: afronta primero las tareas que más temes, pero detente antes de terminarlas. Así, tendrás un punto de partida claro al día siguiente.
  • Divide tu trabajo: cada tarea es una historia. Escríbela en capítulos breves y manejables.
  • Deja un "gancho" para el futuro: Si estás trabajando en algo importante, detente en ese momento en el que sabes exactamente qué hacer después. Ese "gancho" hará que no puedas esperar para retomar.
  • Cierra el día con inspiración, no con agotamiento: nunca termines cuando te sientas exhausto. Hazlo cuando aún quede energía en el tanque.

Y, como todo en la vida, el equilibrio es clave. El efecto Hemingway no debe usarse como excusa para procrastinar. Aplícalo en tareas estratégicas, desafiantes o largas, esas que realmente desafían tu capacidad. Completa lo que sea urgente y deja las pausas para lo que puede esperar.

El secreto: saber detenerse

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El efecto Hemingway no se trata de huir del trabajo, procrastinar o dejar todo para el último momento, sino de construir un puente hacia el siguiente día. Esa pausa en el momento correcto no solo te hará más productivo, también convertirá el proceso en algo que disfrutas.

Al aprender a detenerte en el momento adecuado, estarás construyendo un puente hacia un día más productivo y satisfactorio.

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