¿Cómo lidiar con el estrés navideño?
Para muchos, esta fecha es sinónimo de estrés y ansiedad, convirtiendo lo que debería ser una época de alegría en una experiencia desafiante y abrumadora
La Navidad es una época de celebración. Para los más devotos, es una conmemoración de la llegada del Niño Jesús, un recordatorio de su fe y esperanza. Para muchos, es un tiempo de unión familiar, de compartir momentos de amor y gratitud; y para otros, es un periodo de fiesta, alegría y reflexión.
Sin embargo, hay quienes asocian esta fecha con estrés y ansiedad, lo que convierte lo que debería ser una época de alegría en una experiencia desafiante y abrumadora.
Principales causas de estrés
Según explica Cinthia Concepción, psicóloga clínica y de la salud de @mentalmenterd, durante esta época hay una sobrecarga significativa de estímulos a nuestro alrededor: más ruido, más tráfico, más gastos y, sobre todo, una mayor carga de felicidad y emoción, las cuales, en ocasiones, pueden resultar excesivas para muchas personas.
Entre las causas específicas que pueden contribuir a este estrés lista:
- Aumento de los gastos. Durante la Navidad, es común que las personas se excedan de su presupuesto mensual en compras de regalos, pagos por actividades recreativas y celebraciones. Este aumento inesperado de los gastos genera altos niveles de estrés al intentar mitigar los excesos, lo que puede afectar la estabilidad financiera y emocional de las personas.
- Falta de descanso. El exceso de celebraciones, las actividades laborales, las reuniones con amigos y familiares, entre otros compromisos, suelen saturar la agenda durante la Navidad. Esto deja poco espacio para descansar y desconectar, lo que puede generar síntomas de ansiedad o desregulación emocional cuando se alcanza un nivel de saturación.
- Idealización familiar. En muchos casos, la imagen idealizada de la Navidad que vemos en redes sociales, películas y anuncios no se corresponde con la realidad de algunas familias. Este contraste puede generar el deseo de que nuestra familia viva una dinámica similar, lo que no siempre es posible. Esto puede llevar a cuestionamientos internos sobre si estamos haciendo algo mal, o si somos los únicos que enfrentamos situaciones complicadas en nuestra dinámica familiar. En este contexto, fechas como el 24 y el 31 de diciembre, en las que se espera una unidad que no siempre se experimenta, pueden desencadenar sentimientos de ansiedad y depresión.
- Duelo: La Navidad es una época de celebración y unión, tanto familiar como de relaciones cercanas. Para las personas que han perdido a un ser querido o un miembro de su red de apoyo, estas fechas pueden ser muy dolorosas. La tristeza, el anhelo y el extrañar a esa persona se hacen más intensos, lo que puede generar un profundo desconcierto al ver la alegría que se refleja en su entorno. La falta de correspondencia entre su estado de ánimo y lo que observan a su alrededor puede desencadenar no solo ansiedad y estrés, sino también síntomas emocionales difíciles de manejar.
Además de estas razones, la profesional refiere que existen muchos otros factores que pueden generar malestar durante esta temporada, todos igual de válidos.
¿Quiénes son más propensos a sufrir estrés en Navidad?
Tanto hombres como mujeres pueden verse afectados por el estrés durante la Navidad, pero existen condiciones que pueden hacer que uno de los géneros sea más propenso al estrés que el otro.
"La realidad es que, aunque la manera de expresar las emociones y los sentimientos puede ser distinta entre hombres y mujeres, si hablamos de la media estándar, ambos son igualmente propensos a sufrir estrés y ansiedad durante estas fechas", comenta Concepción.
En el caso de las mujeres, explica, los síntomas de estrés y ansiedad pueden incrementarse por diversas razones. "A menudo, ellas se encargan de organizar las celebraciones, se preocupan por los detalles y se esfuerzan por ser las mejores anfitrionas. Todo esto, junto con sus otras responsabilidades, puede generar una gran carga emocional", dice.
"Las mujeres también suelen ser consideradas las figuras encargadas de mantener la unión y la armonía familiar, lo que las convierte en el ´pegamento´ que une a la familia, creándose una expectativa implícita de que sean ellas quienes gestionen la dinámica familiar de estas fechas, lo cual implica asumir roles que no siempre les corresponden", agrega.
Por otro lado, destaca que los hombres también enfrentan retos emocionales durante estas fechas, ya que, en una sociedad donde son vistos como proveedores, las consecuencias económicas pueden recaer en mayor porcentaje sobre sus hombros, lo que los obliga a hacerse cargo de los gastos e imprevistos y de los excesos que surgen.
Otro aspecto relevante es el hecho de que se espera que los hombres sean figuras de fortaleza extrema, lo que les dificulta expresar sus emociones.
Aunque pueda parecer que no estén pasando por un momento complicado, algunas veces están lidiando con una gran carga, y esta falta de expresión emocional puede manifestarse de manera especial en esta época del año, con síntomas físicos, psicológicos y orgánicos.
"Aunque el mundo emocional de las mujeres suele ser más visible, ya que ellas tienden a ser más expresivas sobre lo que sienten y experimentan, es importante reconocer que los hombres también atraviesan una montaña rusa de emociones, que no siempre se nota o se expresa de la misma manera", sostiene Concepción.
Y añade: "La diferencia radica en que las mujeres, socialmente, tienen más permiso y apoyo para ser abiertas, honestas y expresivas con respecto a sus emociones, mientras que los hombres a menudo enfrentan restricciones sociales que dificultan su expresión emocional".
Consejos de la experta
La psicóloga Cinthia Concepción comparte algunas estrategias y sugerencias que pueden ser útiles para manejar el estrés de estas fechas:
- Programar tiempo de descanso. Es válido decir que no porque necesitas descansar, es válido ser intencional con ese periodo de recomposición emocional.
- Hacer introspección todos los días. Validar contigo mismo cómo te estás sintiendo en el día, qué necesitas, qué quieres, cuál es tu estado actual y ser consciente de ese mundo interno que cargas.
- Hacer un presupuesto. Elaborar una planificación económica contemplando las variaciones típicas de la época, evaluar cuáles suelen ser tus motivos de exceso y buscar la manera de reducirlos o eliminarlos, buscar alternativas para velar por la estabilidad de tu economía.
- Planificar tus salidas con antelación. Organizar las rutas, elegir los horarios y días adecuados para tus compras te permitirá reducir el impacto del tráfico y las multitudes en los establecimientos. Al salir en momentos menos concurridos y trazar un recorrido eficiente, podrás ahorrar tiempo y evitar el estrés asociado con la congestión.
- Expresar tus emociones. Externar las emociones y sentimientos suele ser una actividad muy poderosa, ya sea contándoselo a una persona cercana, escribiéndolo, cantándolo o como te sientas más cómodo, abraza esas emociones que te acompañan y escúchalas, ellas siempre te quieren comunicar algo importante sobre ti mismo.
- Crear tradiciones nuevas. En ocasiones nos vemos abrumados años tras año con tradiciones con las que no nos sentimos cómodos, en otros casos la persona o las circunstancias que hacían que esas tradiciones se sintieran bien ya no están, en todos los casos es válido reinventar las tradiciones y maneras en las que celebras la Navidad.
- Darte la oportunidad de extrañar. El duelo es amor y es algo que te mantiene cerca, aunque en muchas ocasiones se siente muy incómodo, date el chance de extrañar a ese ser querido o a esa circunstancia de la vida que ya no está, crea rituales que te hagan sentir en conexión y traigan recuerdos agradables.
"No hay que olvidar que la Navidad es una época de reflexión, celebración y unión, pero también puede ser un momento desafiante. Es fundamental recordar que el verdadero espíritu de estas fiestas radica en disfrutar de los momentos con nuestros seres queridos y en cultivar la paz interior", concluye.