Los siete síndromes laborales más comunes: ¿estás padeciendo alguno?
Desde el burnout hasta el estocolmo, analizamos los siete síndromes laborales más comunes entre los trabajadores
En el dinámico mundo laboral actual, el bienestar de los empleados es más importante que nunca. Sin embargo, muchos enfrentan desafíos que impactan su salud mental y emocional en el trabajo.
Desde el agotamiento extremo hasta la sensación de no ser merecedores de su propio éxito, en este artículo analizamos los siete síndromes laborales más comunes. ¿Te identificas con alguno de ellos, o reconoces a un compañero que pueda estarlo sufriendo?
1. Síndrome de burnout
Es posiblemente el más conocido de todos. También llamado agotamiento profesional, es un estado de cansancio físico, emocional y mental que resulta de un estrés crónico en el trabajo.
Se caracteriza por una sensación de desgaste extremo, desmotivación y una disminución en la eficacia laboral. Los colaboradores que sufren de burnout a menudo se sienten abrumados, desconectados y pueden experimentar una disminución en su autoestima.
Este síndrome suele desarrollarse en entornos laborales exigentes, donde las demandas superan la capacidad de la persona para hacer frente a ellas. Los síntomas pueden incluir fatiga constante, irritabilidad, falta de concentración, insomnio y una sensación de desesperanza.
El burnout no solo afecta el bienestar personal, sino que también puede tener consecuencias negativas para las organizaciones, como una mayor rotación de personal, disminución de la productividad y un ambiente de trabajo tóxico.
2. Síndrome del impostor
También llamado síndrome del fraude, es un fenómeno que lleva a las personas que lo padecen a cuestionar sus propios logros a pesar de su éxito.
"Quienes tienen este síndrome se sienten inseguros y viven con un miedo interiorizado a fallar, a pesar de sus habilidades demostradas y tener las competencias necesarias para desempeñar un trabajo", explica la psicóloga Verónica Coste, experta en Recursos Humanos.
Muchas veces, estas personas piensan que sus logros se deben a factores externos, como golpes de buena suerte o la intervención de terceros, que en cualquier momento pueden desaparecer.
Asimismo, suelen minimizar sus logros, prepararse en exceso y hacer más de lo esperado, por el miedo a fracasar, y sienten miedo de cambiar de rol o empresa, porque les preocupa no desempeñarse bien en otros lugares.
3. Síndrome de Cronos
El síndrome de Cronos, en el ámbito laboral, se refiere a la percepción distorsionada del tiempo que afecta la productividad y el bienestar de los empleados.
Nombrado en honor a Cronos, el dios griego del tiempo, este síndrome se manifiesta cuando los profesionales sienten que el tiempo se les escapa, lo que genera ansiedad y estrés constante.
En entornos laborales, quienes sufren del síndrome de Cronos a menudo se ven atrapados en una rutina de prisa y presión, priorizando las tareas urgentes sobre lo importante.
Esto no solo limita su capacidad para disfrutar del presente, sino que también puede llevar a la disminución de la creatividad y el rendimiento, así como a un agotamiento emocional.
4. Síndrome de Hammurabi
El síndrome de Hammurabi es un fenómeno de liderazgo que se manifiesta a través de la creación de procesos complejos que dificultan la comunicación dentro de una organización.
Su nombre proviene del Código de Hammurabi, el primer conjunto de leyes conocido en la historia, famoso por su estricto sistema penal basado en la Ley del Talión.
Los líderes que padecen este síndrome se benefician de la falta de información resultante de esta parálisis comunicativa, lo que les permite mantener el control y evitar la flexibilidad y la adaptación necesarias para un entorno dinámico. Este tipo de liderazgo puede limitar el potencial de un equipo y obstaculizar el crecimiento de la organización.
5. Síndrome de Hubris
Este fenómeno psicológico, también relacionado con el liderazgo, se caracteriza por una confianza excesiva, arrogancia y una percepción distorsionada de la propia importancia.
El síndrome de hubris puede llevar a decisiones imprudentes y a la desestimación de consejos o críticas externas, ya que quienes lo padecen tienden a creer en su invulnerabilidad y en la superioridad de sus habilidades sobre las de los demás.
El término proviene de la antigua Grecia, donde "hubris" se refería a la soberbia y a la falta de respeto hacia los dioses. Este síndrome puede tener graves consecuencias, tanto para los individuos que lo experimentan como para las organizaciones que lideran, incluyendo fallos estratégicos, conflictos internos y una alarmante desconexión con la realidad.
6. Síndrome de Napoleón
El término se utiliza para referirse a aquellas personas que lideran equipos con ofensas y amenazas, llegando incluso a humillar públicamente. Quienes presentan este complejo suelen ser líderes descuidados y de bajo nivel, que se comportan de manera agresiva como forma de compensar su baja autoestima.
El síndrome recibe su nombre por el emperador francés Napoleón Bonaparte, de quien se dice que compensaba su baja estatura con la búsqueda del poder, la guerra y la conquista. En el ámbito laboral, la estatura baja es sustituida por un complejo de inferioridad que provoca ambientes tóxicos.
Debido a su baja autoestima, estas personas sienten la necesidad de tener el control de su entorno y de quienes los rodean generando miedo y no aceptan que sus compañeros tengan mejores opiniones ni ideas, por temor a perder poder o verse débiles.
"Suelen tener una fuerte sensación de control, hasta el punto de negarse a delegar tareas o compartir el poder", indica Coste.
7. Síndrome de Estocolmo
El síndrome de Estocolmo laboral ocurre cuando un colaborador se identifica de manera intensa con su empresa, a pesar de estar sufriendo una situación negativa recurrente, como un clima laboral tóxico, un estilo de liderazgo inadecuado o malas relaciones entre compañeros.
Así lo explica la psicóloga organizacional Gertrudis Ferreyra, quien agrega que este síndrome también contempla manifestaciones de violencia económicas, como amonestaciones que afectan el salario, y psicológicas (situaciones que generan estrés o ansiedad).
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