Por qué disfrutar de la vida nos hace ser más productivos
La disciplina y el esfuerzo han sido habitualmente las consignas para lograr los objetivos en muchas facetas de nuestra vida, pero ahora, un experto en productividad explica que el motor para ser más productivos y dinámicos es la felicidad, la sensación de bienestar diario, que nos conducirá a cualquiera de las metas que nos propongamos
Ali Abdaal estudió medicina en la universidad de Cambridge y estuvo trabajando un tiempo en el Servicio Nacional de Salud del Reino Unido, pero llegó un momento en que comenzó a darse cuenta de que debía buscar una vida más sana, feliz y también más productiva.
Sus investigaciones le han llevado a dejar su trabajo y convertirse en uno de los mayores expertos mundiales en el campo de la productividad.
Su trabajo le llevó a producir pódcast, vídeos y convertirse en un “influencer” y “youtuber”. Con 8 millones de seguidores en todo el mundo, también se dedica a impartir sus enseñanzas y a escribir artículos de divulgación sobre la mente humana.
La felicidad es la que nos lleva al éxito y no a la inversa
Ahora sus descubrimientos los ha plasmado en el libro “Productividad Feel Good”, un auténtico 'best seller' que presenta en español y que lo puede resumir en la frase “si la meta es el éxito, la felicidad es el camino”.
El autor también afirma: "la seriedad está sobrevalorada. Si quieres llegar más lejos sin arruinarte la vida, el primer paso es abordar el trabajo con predisposición al juego". Ubicado habitualmente en Reino Unido, Efe Reportajes ha contactado con él para que nos responda a algunas preguntas sobre su trabajo.
-En su libro dice que acostumbramos a entender mal la felicidad, ¿puede decirnos cómo debemos abordarla?
A menudo pensamos que el éxito nos hace felices, pero las investigaciones que he realizado demuestran que, de hecho, es lo contrario; la felicidad nos lleva al éxito.
-¿Puede ampliar la idea?
Emociones positivas como la alegría, no solo nos hacen sentir bien momentáneamente, sino que también amplían nuestra percepción y aumentan nuestros recursos cognitivos y sociales a lo largo del tiempo (algo llamado en inglés “Broaden and Build Theory” o “Modelo de ampliación-construcción”).
Poniendo el foco en cultivar emociones y experiencias positivas en nuestra vida diaria, más que en buscar logros externos, podemos crear un círculo virtuoso de positividad, crecimiento y éxito.
En su libro también explica que esa ampliación de percepción se refiere al efecto inmediato de las emociones positivas, y comenta que “cuando nos sentimos bien nuestra mente se abre, absorbemos más información y vemos más posibilidades en cuanto nos rodea”.
-¿Puede comentar brevemente las tres fuentes de energía que indica que son las que sustentan las emociones positivas y que usted identifica como el juego, el poder y las personas?
El juego implica abordar las tareas con un sentido de curiosidad, de aventura, de diversión, lo que hace que, incluso las actividades mundanas, sean más cautivadoras y energizantes.
El poder se refiere a experimentar una sensación de control y de autonomía sobre nuestros trabajos y nuestras vidas, lo que potencia nuestra confianza y nuestra motivación.
Las personas son una fuente fundamental de energía a través de las interacciones positivas, la colaboración y el apoyo que nos brindan.
Integrar de forma intencionada estos tres pilares en nuestras rutinas diarias puede potenciar de forma notable nuestro ánimo y nuestra productividad.
Estar bien nos llena de energía
Según indica en su libro, la mayoría de las personas hemos sentido alguna vez una energía que no es estrictamente física ni biológica, “que no procede solo del azúcar o los carbohidratos, sino que es una mezcla de motivación, concentración e inspiración”.
Completa la idea indicando que es el tipo de energía que sentimos cuando trabajamos en una tarea especialmente interesante o estamos rodeados de personas que nos inspiran.
“Esta energía recibe muchos nombres. Los psicólogos la han etiquetado como energía «emocional», «espiritual», «mental» o «motivadora» y los neurocientíficos como «disfrute», «vitalidad» o «excitación energética»”, indica en su obra.
También matiza que, aunque los investigadores no se pongan de acuerdo en cómo llamarla, sí coinciden “en que nos ayuda a concentrarnos, nos inspira y nos motiva a perseguir nuestros objetivos”.
¿Y cuál es la fuente de esa misteriosa energía? Para el experto la respuesta es muy sencilla: “sentirse bien” porque, según indica “las emociones positivas están muy relacionadas con un grupo de cuatro hormonas: endorfinas, serotonina, dopamina y oxitocina”.
También son conocidas como las hormonas del bienestar y, según el experto, todas nos ayudan a rendir mejor.
Abdaal indica que las endorfinas suelen liberarse durante la actividad física, en momentos de estrés o dolor, “y proporcionan una sensación de felicidad y de reducción del malestar”.
La serotonina se vincula con la regulación del estado de ánimo, el apetito y la sensación general de bienestar, y asegura que “es la base de la satisfacción y nos proporciona la energía necesaria para abordar las tareas con eficiencia”.
La dopamina, conocida habitualmente como la hormona de la recompensa, está relacionada con la motivación y el placer y, afirma que “su liberación nos aporta satisfacción, lo que nos permite concentrarnos durante más tiempo.
Por su parte la oxitocina, conocida como la hormona del amor, “se asocia con los vínculos sociales, la confianza y la construcción de relaciones, incrementando nuestra capacidad de conectar con los demás y mejorando nuestro estado de ánimo, lo que, a su vez, influye en nuestra productividad”, afirma en su libro.
En resumen, estas hormonas serían el punto de inicio de lo que él denomina un “círculo virtuoso que cuando nos sentimos bien generamos energía, lo que dispara nuestra productividad, y esta productividad nos proporciona la sensación de estar alcanzando logros, lo que, a su vez, nos hace sentir bien”.
-Para finalizar, señor Abdaal, ¿se puede trabajar internamente para adquirir un estado de ánimo positivo?.
Quiero pensar que sí. Una de mis técnicas favoritas es preguntarme “¿Cómo sería esto si fuese divertido?”.
Cuando estoy haciendo algo aburrido, como por ejemplo tareas administrativas, plantearme esta pregunta puede animarme a poner música de fondo y organizar una ‘fiesta administrativa’ en el entorno donde trabajo. Eso me ayuda a mantenerme positivo, incluso cuando aquello a lo que me enfrento no me parece divertido.