Celina Lesta: "El voluntariado corporativo potencia el sentido de propósito en los colaboradores"
Conversamos con la responsable para América Latina de la red Voluntare sobre cómo el voluntariado puede potenciar la retención de talento y atraer a nuevas generaciones, así como los retos que enfrenta este enfoque en países como República Dominicana
El voluntariado corporativo se ha consolidado como una herramienta clave para impulsar el desarrollo empresarial y el bienestar de los colaboradores.
Esta premisa es defendida por Celina Lesta, coordinadora para América Latina de la red española Voluntare, quien compartió su visión en la octava conferencia-taller anual sobre voluntariado corporativo organizada por el Servicio de Voluntariado Ignaciano de República Dominicana (Servir-D).
Aprovechamos la ocasión para conversar con la experta sobre cómo el voluntariado puede potenciar la retención de talento y atraer a nuevas generaciones, así como los retos que enfrenta este enfoque en países como República Dominicana.
¿Cómo impacta el voluntariado corporativo a las empresas?
Para las empresas está principalmente relacionado con temas de desarrollo, desarrollo de competencias de los colaboradores que al final ayuda a que la gente esté más preparada para cumplir con sus tareas internamente.
El tema es generar un compromiso de los colaboradores con su trabajo, con su empleador, en su empleo, que vayan más comprometidos, con mayor sentido del propósito.
Y luego también muchos beneficios en lo que es retención de talento. Al final la gente está más contenta de ir a trabajar porque tiene un propósito, porque tiene algo más por lo que ir, es más fácil que no quiera cambiar a otro empleo.
También de atraer más jóvenes que les interese participar y trabajar en un lugar donde se sientan a gusto, donde sientan que sus valores están representados.
¿Y a los colaboradores?
De cara al colaborador, también está mayor aprendizaje personal, mayor sentido de propósito en su vida, mayor satisfacción. Y también mayor salud mental, porque al relativizar un poco los problemas, poniendo en perspectiva los problemas propios, ayudando a otros, ayuda a reducir el estrés, contribuye a una mejora de la salud mental y también a una mejora de la salud física.
De acuerdo con un estudio realizado por Voluntare, de los empleados que participaron en eventos voluntarios corporativos grupales experimentaron un aumento del 20 % en su compromiso laboral respecto al grupo de control.
En su ponencia mencionó que existe cierto escepticismo hacia el voluntariado corporativo en los países de Latinoamérica y el Caribe. ¿A qué se debe?
Yo creo que, en realidad, en general, en todos los países, las cosas que son más nuevas toman su tiempo de mostrarse. Hace muchos años las empresas no hablaban de programas de bienestar para sus colaboradores, de ofrecerles bienestar, de hacer deporte, hacer actividad física, equilibrio entre la vida personal y la vida laboral. Y todo eso se fue demostrando que era necesario para que la gente esté mejor y que también pueda desempeñar mejor su rol.
Y es como que el voluntariado venía un poquito retrasado y recién ahora se están empezando a ver todos estos estudios que demuestran que todo eso es beneficioso. Entonces, sí hay muchas empresas que ya empezaron hace muchos años, de hecho, Servir-D tiene 20 años, pero hay otras a las que todavía les cuesta atreverse. Atreverse porque también es salir del entorno, digamos, de la empresa.
Al final, las empresas se dedican a producir sus bienes y servicios y no son expertos en solucionar problemas sociales. Entonces tienen que aliarse, trabajar con organizaciones sociales.
Es todo algo novedoso que les toca ir poco a poco, pero vemos que es la tendencia, porque en cada encuesta que hacemos todos nos responden que esto va a seguir creciendo, esto va a seguir creciendo y la verdad que sí vemos que sigue creciendo.
Así que más que quedarme con no se atreven, digo que se están atreviendo, están empezando y va en alza y creciendo.
¿Cuál es la situación actual del voluntariado corporativo en República Dominicana?
Se van dando los pasos: hay una ley de voluntariado, se están realizando formaciones, las ONGs están más preparadas y las empresas de a poco van descubriendo este mundo para que realmente esto pueda ir creciendo más.
Y lo que nos comentaban del equipo de Servir-D, que cada vez se apuntan más pequeñas y medianas empresas, o sea las grandes ya empezaron y ahora la apuesta y el desafío es que se sumen las medianas y pequeñas a los programas de voluntariado corporativo.
¿Cuáles cree que son los retos y los desafíos que enfrenta República Dominicana en comparación con otros países de la región?
Yo creo que todos los países enfrentan retos y al final son como bastante parecidos, porque al final en América Latina tenemos instituciones cambiantes, cambian los gobiernos, cambian a veces las políticas y eso siempre genera mayor dificultad de las empresas para decidir hacer cosas nuevas, para hacer cosas fuera de lo estrictamente obligatorio por saber si se va a poder sostener en el tiempo o si se va a poder mantener, ¿no?
Y eso siempre genera como un poco de miedo. Yo creo que a la larga las empresas que empiezan a hacer voluntariado corporativo se dan cuenta de que, aunque haya crisis, aunque cambien los gobiernos, aunque cambie la situación, este tipo de proyectos siempre recompensan.
A las empresas que desean dar el paso hacia el voluntariado, ¿qué recomendaciones les daría?
Si tienen la posibilidad de pensar más estratégicamente antes de empezar el programa, la verdad que recomendamos entender primero qué quieren los empleados, qué están dispuestos a dar, en qué cosas les interesa participar. Por otro lado, los directivos deben pensar qué quieren apoyar, qué causas consideran pertinentes para esa empresa.
Finalmente, por supuesto, conocer el entorno, conocer qué necesitan las comunidades, qué necesita la sociedad también, qué están haciendo otros para no hacer lo mismo o para colaborar juntos.
Entender un poco eso y a partir de ahí definir un objetivo, definir procedimientos, cómo lo vamos a hacer, qué es voluntariado, qué no es voluntariado, de qué manera lo hacemos, con qué tipo de proyectos.
Entonces, cuanto más estructurado y más definido esté, más fácil va a ser poder implementarlo y menos miedo va a dar de, digamos, cosas que puedan surgir en el camino que uno no haya previsto.
Es importante considerar el voluntariado corporativo como una iniciativa que beneficia tanto a la empresa como a los colaboradores, en lugar de verlo simplemente como una cuota que hay que cumplir, ¿no?
La responsabilidad social es todo lo que está por encima de la ley. O sea, que si cumples la ley, deja de ser voluntario. Esa es la base. Y después también es cómo se comunica, cómo se definen los mensajes. Creo que es bueno antes de empezar a comunicar externamente tratar de tener un proyecto sólido que uno se sienta, digamos, orgulloso como empresa de lo que tiene, de lo que está haciendo.
Primero trabajarlo fuertemente hacia adentro para desde ahí, cuando ya se tienen resultados, se tienen datos, se tienen cosas para contar, salir a contar. Empezar a hacer y contar a la misma vez como que no tiene mucho sentido.
Hay que dejarle un tiempo para poder tener esas experiencias, esos testimonios que den solidez a la narrativa. Porque realmente siempre hay mucho más por hacer.
Y las empresas deben tener la humildad de reconocer que siempre hay oportunidad de mejora...
En el voluntariado corporativo no es como que alguien ya lo hizo todo o ya llegó a la cúspide. Yo creo que eso es importante también, la humildad de saber que todavía se puede seguir mejorando.