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Preguntas que debes hacerle a tu pareja antes de casarte

Conversar ciertos temas con la pareja antes de dar este importante paso es clave para prevenir conflictos en el futuro y fortalecer la relación

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Preguntas que debes hacerle a tu pareja antes de casarte
Discutir estos aspectos con honestidad y apertura ayudará a construir un matrimonio sólido y satisfactorio, donde ambos se sientan valorados y comprendidos. (FUENTE EXTERNA)

Si bien es cierto que no hay una fórmula mágica que garantice el éxito de un matrimonio, conversar ciertos temas con la pareja antes de dar este importante paso es clave para prevenir conflictos en el futuro y fortalecer la relación.  

Así lo expresa la terapeuta sexual y de pareja Patria Santana (@psic.patriasantana), de @mentalmenterd, quien con base en lo que ve en su consulta comparte las preguntas que considera esenciales discutir en pareja antes del matrimonio. “Estas preguntas son útiles para considerarlas antes de casarse y a medida que el matrimonio avanza”, sostiene. 

¿Cómo resolveremos los conflictos y las diferencias?

Cada persona tiene una forma distinta de resolución de conflictos o de mostrar su enojo e incomodidad (algunos discuten, alzan la voz, se expresan en el instante; otros optan por aplicar la ley del hielo, tratar con indiferencia y reaccionan tiempo después).

Por esto, es necesario que sepas cómo reacciona tu pareja ante los conflictos y de qué forma en conjunto pueden empezar a comunicarse las diferencias una vez estén conviviendo. En este punto, pueden llegar a acuerdos sobre cómo pueden discutir de forma sana. Algunos ejemplos son:

  • ¿Hablaremos los temas en el momento o cuando ambos nos calmemos?
  • ¿Cuáles tonos, palabras o comentarios no son permitidos en una discusión? (por ejemplo, amenazar con separarse)
  • ¿Cuáles son las palabras claves para detener las discusiones si se están intensificando?
  • ¿Cuánto tiempo es el límite para hablar nuevamente de algún tema y llegar a acuerdos?
  • ¿Dónde tendremos las discusiones serias? (en la sala, la habitación o saldremos a algún lugar neutral)
  • ¿Podemos comentar con terceros nuestras situaciones?
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Infografía

¿Qué significa tiempo de calidad en pareja para cada uno?, ¿cuál es tu expectativa sobre el mismo?

El tiempo de calidad tiene una interpretación muy subjetiva. Esto no significa que una forma sea mejor que otra, solo que son diferentes. Por ello, es fundamental tenerlo claro antes de entrar en la convivencia. Durante el noviazgo, el tiempo de la pareja suele estar definido y generalmente se tienen citas y se realizan actividades variadas. 

Sin embargo, una vez en el matrimonio, al estar juntos todo el tiempo, uno de los dos podría considerar esta convivencia como tiempo de calidad, mientras que el otro no.

Conviene, además, distinguir entre el tiempo de calidad de ocio (salir con amigos, ver televisión, ir al cine) y el tiempo de calidad de conexión de pareja (hablar de temas profundos, salir a cenar solos, propiciar la intimidad, ir de viaje juntos, etc).

Es necesario traducir lo que cada uno considera importante y valora como tiempo de calidad. Puede ser ver televisión juntos, hablar de temas profundos con atención plena en el otro, o, por el contrario, estar sentados en el sofá cada uno con su celular. 

También se debe discutir si prefieren salir solos como pareja para sentirse más atendidos o si salir con otras personas cuenta como tiempo de calidad. Asimismo, deben comunicar las expectativas semanales para tener estos espacios y encontrar un punto medio que permita a ambos sentirse amados y satisfechos.

El libro “Los cinco lenguajes del amor” es una valiosa lectura, que más que limitar a cinco formas que nos demuestran cómo podemos sentirnos amados, nos ayuda a entender que las necesidades afectivas son muy particulares y que hay que tener empatía para entenderlas. 

¿Cómo manejaremos el tiempo individual de cada uno, con nuestras familias nucleares y amigos?

El ser humano está compuesto por varios roles en su vida, aparte de pareja es un hijo, hermano, amigo, empleado, un ente social e individual. No podemos pretender que una vez empecemos a convivir con nuestra pareja todos estos roles cambian o desaparecen (lo que sí se modifica es la prioridad y el tiempo que se le dedica a cada uno). 

Para evitar conflictos sobre lo que se desea hacer como individuo y las expectativas en cuanto al tiempo de pareja, es importante tener claridad al respecto.

Hay que abordar y llegar a acuerdos sobre las visitas a las familias de cada uno. Deben discutir expectativas y necesidades específicas, como si desean que su pareja los acompañe siempre, la frecuencia de las visitas (semanalmente o en días específicos).

Del mismo modo, hay que hablar sobre la vida social. Llegar a acuerdos justos sobre las horas de llegada a casa (recordando que se trata de una pareja, no de un hijo), la comunicación durante las salidas y cómo se sienten respecto a que la pareja salga con sus amigos un fin de semana, entre otros aspectos.

Otro aspecto a discutir son los hobbies y entretenimientos individuales. Estar casado no significa abandonar la vida pasada, pero es necesario encontrar un equilibrio entre las actividades personales y las nuevas responsabilidades que un hogar implica. Deben acordar cuántos días a la semana cada uno puede dedicar a sus hobbies sin que esto afecte la dinámica del hogar y el tiempo de calidad en pareja.

¿Cómo vamos a dividir las tareas del hogar de forma equitativa y cómo cada uno asumirá su compromiso con las mismas?

Este es uno de los conflictos más frecuentes y detonantes de situaciones e interpretaciones en las parejas, de acuerdo con la especialista. No colaborar en el hogar puede ser visto por la otra persona como una falta de respeto, de consideración o de compromiso. Llegar a acuerdos claros sobre las tareas domésticas y el nivel de responsabilidad con las mismas es un ‘check list’ que no puede saltarse, tomando en cuenta que gran parte de la dinámica de pareja se desarrolla en casa. 

La recomendación de Santana es que se establezcan acuerdos sobre las responsabilidades de cada uno, así como la frecuencia en la que consideran que deben realizarse (si toca lavar, ¿será semanal o quincenal?). 

De igual forma se debe abordar cómo se manejará el incumplimiento de estas tareas, qué tan estrictos serán con ellas y cómo se deben realizar (teniendo en cuenta que tu pareja no limpiará de la misma manera que tú o como desearías), preguntas como ¿qué tan abiertos estamos a reajustar las tareas?, ¿es posible contratar a alguien para que nos apoye?, ¿cuáles serían las consecuencias si uno no realiza sus tareas?, ayudan a definir la dinámica con respecto a este tema.

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"Discutir estos aspectos con honestidad y apertura ayudará a construir un matrimonio sólido y satisfactorio, donde ambos se sientan valorados y comprendidos"Patria SantanaPsicóloga clínica

¿Cómo llevaremos las finanzas, la división de los pagos y las deudas individuales y conjuntas?

El tema económico aun en estos tiempos representa un tabú. Conocer la situación financiera de la pareja es imprescindible para tomar decisiones y hacer planes en conjunto; hablar naturalmente de las finanzas hace que haya más complicidad y sensación de equipo, supone además un alto nivel de confianza y la creencia de que la información será utilizada para el bienestar de la relación.

Para abordar el tema económico, es necesario conocer la situación financiera de cada persona, incluyendo deudas individuales, ingresos, gastos y el manejo general de la economía. Es fundamental establecer un acuerdo conjunto sobre el presupuesto para los nuevos gastos del hogar, así como definir planes de ahorro e inversiones para metas futuras. 

También se debe decidir cómo se manejarán las cuentas bancarias y los pagos del hogar: si tendrán una cuenta común para estos gastos, si dividirán las responsabilidades financieras y cómo sería esta división.

Además, hay que hablar abiertamente sobre los límites económicos en la dinámica de pareja, como cuánto es lo máximo que se puede gastar sin informar y consultar (por ejemplo, comprar un carro sin consultar podría afectar la economía general del hogar), todo esto cuidándose de no ejercer ningún tipo de violencia económica y respetando la autonomía de cada uno dentro de la relación

Finalmente, es crucial discutir con confianza las metas de ahorro individuales y los planes relacionados.

¿Queremos hijos?, ¿cuándo empezaremos a buscar?, ¿y si uno de los dos no puede tener hijos?

La creencia de que estamos en sintonía respecto al tema de los hijos sin siquiera preguntar puede acarrear conflictos que lleven a una separación inminente, ya que en este asunto no hay puntos medios. Es esencial conocer estas expectativas desde el noviazgo, pero antes de entrar en el matrimonio es vital retomar el tema. 

Como pareja, hay que hablar sobre el tiempo en el que se desean los hijos, planes en conjunto e individuales, salud, edad, fertilidad y las posibles presiones sociales, que siempre están presentes.

Para abordar este tema, la psicóloga aconseja que ambos aclaren en primer lugar si desean tener hijos y cuántos desean tener (idealmente desde la etapa del noviazgo). Antes de comenzar la convivencia, establezcan un consenso sobre cuándo empezar a buscar hijos, ya que uno puede querer tenerlos de inmediato, mientras que el otro puede preferir disfrutar unos años de matrimonio.

Asimismo, es esencial discutir y llegar a acuerdos sobre el estilo de crianza deseado, incluyendo el tipo de colegios, actividades extracurriculares, la intervención de familiares, estrategias de crianza (positiva o tradicional), y aspectos religiosos, entre otros.

No se debe subestimar el tema de la fertilidad, considerando posibles complicaciones o infertilidad. Se debe conversar sobre los tratamientos que estarían dispuestos a seguir, la opción de adoptar y considerar si realmente serían felices si no logran concebir.

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¿Cuáles son tus expectativas en cuanto a la intimidad y sexualidad?

Otro tema tabú que a menudo no se aborda y que causa mucha frustración e insatisfacción es la sexualidad y la intimidad. Cada persona tiene necesidades sexuales distintas, por lo que es fundamental hablar abiertamente sobre ellas.

En este tema es importante, en primer lugar, abordar las expectativas de cada uno respecto a la frecuencia de las relaciones sexuales. Hay que discutir qué considera cada uno como sexualidad, ya que algunas personas encuentran satisfactorios los juegos previos, mientras que otras asumen únicamente el coito como sexualidad.  

La pareja debe considerar la necesidad de explorar otras formas de intimidad que incluya conocer qué juegos les gustan, qué les ayuda a aumentar el deseo y la importancia de los besos, entre otros aspectos. También es necesario conversar abiertamente sobre cómo innovar y evitar caer en la rutina y la monotonía sexual.

¿Cuáles son nuestras metas y planes a futuro, tanto individuales como en conjunto?

Suponer que nuestras metas y planes están alineados sin siquiera preguntar es un error significativo. Por eso, hay que llegar a acuerdos sobre los planes de vida tanto individuales como en pareja, para identificar en qué aspectos podemos ceder y qué aspectos debemos acordar.

Empieza por preguntar cuáles son los sueños y metas de cada uno como individuos. Por ejemplo, ¿quieren estudiar una maestría en el extranjero, vivir en otro país, tener una boda grande, comprar un apartamento en el centro de la ciudad o tener una villa en el campo? Luego, deben analizar qué tan alineadas están estas metas con los planes que tienen como pareja.

Hay que hablar de forma clara sobre los aspectos innegociables de cada uno (como mudarse a otro país) y aquellos aspectos que podrían considerarse flexibles (como tener una boda pequeña).

También deben discutir el estilo de vida al que aspiran, ya que algunos estilos de vida requieren más sacrificios que otros, como trabajar largas horas o emprender sin un ingreso fijo. ¿Qué metas están dispuestos a ceder o posponer? Por ejemplo, pueden considerar la posibilidad de comprar una casa o vivir alquilados, cambiar de vehículo o planificar algún viaje de manera diferente.

¿Cuáles serán nuestros límites, acuerdos y normas innegociables como pareja?

Muchas personas pueden interpretar los límites y normas en el matrimonio como una forma de control, cuando en realidad son una manera saludable de definir hasta dónde podemos llegar sin dañar o irrespetar a nuestra pareja. Al tener acuerdos claros, podemos proteger nuestra relación, aumentar la confianza mutua y prevenir malentendidos y discusiones innecesarias.

Algunos límites innegociables podrían incluir decisiones sobre nunca dormir en habitaciones separadas, evitar palabras inapropiadas o irrespetuosas. Los acuerdos también pueden abarcar cómo resolver conflictos familiares, los aspectos económicos, la dinámica del hogar, con quién pasar las festividades, la tolerancia al alcohol o drogas, cuestiones de religión y la salud de cada uno. Es crucial también discutir y establecer lo que cada uno considera como infidelidad o comportamientos irrespetuosos hacia la pareja.

“Las parejas deben hacerse estas y otras preguntas antes de casarse para asegurarse de que están alineadas en sus expectativas y valores. Abordar temas como límites, metas y normas no solo previene conflictos futuros, sino que también fortalece la relación al establecer una base de respeto mutuo y comprensión”, concluye la psicóloga Patria Santana

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