Intensamente: las emociones y su función
Reflexión sobre emociones y su papel en la vida
El estreno de la segunda parte de la película "Intensamente" (Inside Out) ofrece una oportunidad única para reflexionar sobre las emociones y su papel crucial en nuestras vidas.
La película, que personifica las emociones básicas como personajes dentro de la mente de una niña, ha generado un interés renovado en cómo entendemos y manejamos nuestras propias emociones.
Las emociones son respuestas innatas que se desarrollan en los seres humanos como mecanismos de supervivencia.
La psicóloga y educadora Leslie Amell explica que "las emociones tienen origen en nuestro cerebro y detrás de ellas está la percepción, que más que la realidad objetiva, es nuestra interpretación de la realidad lo que da paso a nuestras emociones".
Esta perspectiva subraya que nuestras reacciones emocionales están más relacionadas con cómo percibimos los eventos que con los eventos mismos.
Emociones: fisiología y psicología
Según la coach personal y espiritual Stefanía Ospina Muñoz, las emociones son reacciones fisiológicas primarias, instintivas, involuntarias y no aprendidas en respuesta a estímulos externos. Laura Pichardo, psicóloga y terapeuta familiar, añade que "a nivel cerebral, las emociones son respuestas neuroquímicas que surgen en el sistema límbico".
Este sistema, responsable de nuestras respuestas emocionales básicas, asegura que las emociones sean parte integral de nuestra naturaleza humana.
Uno de los conceptos más importantes a entender es que las emociones no son inherentemente positivas o negativas.
Como explica Amell, "aunque una emoción parezca ´negativa´, en esencia no lo es; las emociones son parte inherente de la naturaleza humana". Es la expresión desproporcionada o inadecuada de las emociones lo que puede resultar problemático, no las emociones en sí mismas.
La emoción perfecta
Existe una idea errónea de que la perfección emocional se alcanza solo a través de la alegría o el bienestar constante. Sin embargo, Ospina enfatiza que "la perfección no es estar siempre alegres".
Aceptar y vivir todas nuestras emociones, desde el miedo hasta la alegría, nos hace auténticos y reales. Esta aceptación es clave para una vida emocionalmente saludable.
Expresión y gestión de las emociones
La forma en que expresamos nuestras emociones en la vida adulta depende de varios factores: cómo vivimos las emociones en la infancia, la gestión de estas por parte de nuestros cuidadores, los traumas experimentados y la forma en que fuimos acompañados durante esos momentos.
Amell ilustra esto con ejemplos prácticos: "el miedo nos permite huir del peligro; la ira nos puede ayudar a defendernos; la tristeza genera empatía o compasión".
La duración de las emociones
Las emociones suelen ser breves y experimentarse con intensidad. Pichardo explica que "las emociones van y vienen constantemente" y cada una tiene una función y un mensaje que debemos reconocer y validar.
Explorando las emociones
- Ira: Detrás de la ira se esconde una sensación de amenaza, ya sea física o a nuestra autoestima. Esta emoción a menudo revela una sensibilidad hacia la injusticia y puede ocultar otras emociones como tristeza o desilusión.
- Tristeza: La tristeza a menudo surge de la sensación de soledad, separación o pérdida. También puede aparecer cuando sentimos que no merecemos actos de amabilidad, reflejando una falta de amor propio.
- Alegría: La alegría es percibida como una emoción positiva que aporta plenitud y satisfacción. Sin embargo, en exceso, puede llevar a la falta de empatía y objetividad.
- Miedo: El miedo es una emoción protectora que nos alerta de amenazas. Aunque puede ser fugaz, también puede estar ligado a experiencias pasadas que continúan afectándonos.
- Desagrado: El desagrado protege contra peligros potenciales y puede ser tanto físico (alimentos, fluidos) como moral (ideologías, personas). Es una emoción aprendida que refleja nuestras percepciones del mundo.
Conectar con nuestras emociones es esencial para vivir en congruencia con nuestro presente y en conexión con nosotros mismos y los demás. Todas las emociones necesitan ser reconocidas y validadas. Como afirma Ospina, "no somos vulnerables, solo nos falta humanidad".
Reconocer y aceptar nuestras emociones, en toda su complejidad, es fundamental para una vida equilibrada y auténtica. El mensaje de "Intensamente" resuena aquí: nuestras emociones, en toda su diversidad, son parte integral de lo que nos hace humanos.