Las razones por las que deberías seguir una dieta antiinflamatoria
Varios estudios han evidenciado la relación que existe entre la dieta y la nutrición con la inflamación del cuerpo
Al pensar en dieta, muchas personas, al instante, asocian el término con la pérdida de peso. Sin embargo, hay algunas, como la dieta antiinflamatoria, que además de ayudar a adelgazar, permiten reducir los niveles de inflamación del cuerpo y, de este modo, prevenir ciertos tipos de enfermedades.
La dieta antiinflamatoria consiste en un patrón alimentario en el que la ingesta se basa en alimentos que combaten la inflamación y se limitan aquellos que la causan, según explica la médico nutrióloga Pilar Cuello.
Cómo afecta la inflamación
Si bien se trata de un proceso normal en el que intervienen múltiples mecanismos hormonales, vasculares y celulares que nos ayudan a enfrentarnos a una enfermedad, una herida o un traumatismo, cuando los mecanismos de la inflamación permanecen, lejos de ser beneficioso, pasa a ser perjudicial.
Así lo refieren desde la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición. La inflamación que se prolonga por mucho tiempo puede causar enfermedades crónicas como la diabetes, la obesidad, el Alzheimer y diferentes tipos de cáncer.
Varios estudios han evidenciado la relación que existe entre la dieta y la nutrición con la inflamación del cuerpo. Es por esto que expertos en nutrición recomiendan incluir alimentos antiinflamatorios en el día a día, haya o no un problema de salud preexistente.
Pero ¿cuáles son esos alimentos? "Los más recomendados para seguir una dieta antiinflamatoria es consumir alimentos naturales y frescos", comenta Cuello. En ese sentido hay que destacar que no se recomienda incluir productos químicos antioxidantes extraídos de los alimentos como suplementos, ya que su eficacia aún no ha sido comprobada.
Los principales alimentos que se incluyen en este tipo de dietas son:
- Las frutas, principalmente la piña, que se considera una de las más antinflamatorias. Esto debido a su alto contenido de bromelina, una enzima que ayuda a asimilar los aminoácidos y favorece, además, el proceso de digestión.
- Las verduras ricas en antioxidantes y flavonoides que ayudan a reducir la inflamación.
- Las grasas saludables como las aceitunas y el aceite de oliva, el pescado azul (por ser fuente de Omega 3 y vitamina D), aceite de coco (por ser un antioxidante que contiene oleocantal).
- Los alimentos ricos en fibras, como los cereales integrales.
Entre los que se deben evitar Cuello menciona las carnes procesadas, como el tocino, las salchichas, las hamburguesas y algunos embutidos; el azúcar, carbohidratos como harinas, pan, pasta, galletas, etc., así como el alcohol, ya que contribuye a la permeabilidad intestinal, por lo que facilita que las toxinas intestinales pasen al torrente sanguíneo.
¿Quiénes pueden seguirla?
Dado que se trata de un régimen alimenticio que no solo busca la pérdida de peso, sino también mantener la salud y prevenir o mejorar enfermedades crónicas, la nutrióloga deja claro que cualquier persona puede llevar una dieta antiinflamatoria.
Eso sí, advierte que, al igual que con todos los planes alimenticios existentes, antes de iniciarla es necesario acudir a un profesional en nutrición a fin de ser evaluado y saber si hay alguna carencia de algún grupo de alimento que necesite ser suplida para determinar las proporciones a consumir.
La profesional define la dieta antiinflamatoria como un estilo de vida, por lo que no se corre el riesgo de que haya efecto rebote. "Aunque es una dieta que ayuda a la pérdida de peso, el objetivo principal no es ese", sostiene.
"Ahora bien, si el paciente decide dejar esta dieta para tener una ingesta libre, obviamente habrá un aumento de peso, inflamación y todo lo demás consecuente a una alimentación no saludable", concluye.