¿Qué significa ser una persona auténtica?
Las preguntas de autodescubrimiento se pueden convertir en una posibilidad de explorar el propio interior
Resulta paradójico que en una era interconectada, donde la velocidad de la información moldea y define nuestra realidad, surja una constante cadena de preguntas acerca de nuestra propia identidad. Para muchos, estos interrogantes se convierten en un enigma sin respuesta, creándoles un vacío.
¿Se imagina un mundo en el que elijamos seguir el camino que nos hace sentir bien, sintonizando con las verdaderas necesidades de nuestro cuerpo y nuestra mente? Aunque no sea una tarea sencilla, ¿por qué no considerar la posibilidad de intentarlo? Este viaje hacia nuestro interior podría reconectarnos con nuestra auténtica identidad.
Las preguntas de autodescubrimiento se convierten en un enigma sin respuesta aparente, pero dentro de este misterio emocional surge la posibilidad de explorar el propio interior. Herramientas psicológicas como la terapia centrada en la persona, en la que profundizaremos más adelante, pueden ayudarnos en la tarea.
Cómo coger el timón de nuestra vida
En los momentos en los que los desafíos de la vida nos desestabilizan, acudimos a nuestros recursos internos y habilidades para mantener el equilibrio. En algunas ocasiones, logramos superar exitosamente esos obstáculos, pero en otras nos sumergimos en un mar de dificultades.
Todas nuestras experiencias pasadas se convierten en una influencia de confusión. Es como si estuviéramos navegando en un océano de dudas, sin un mapa claro, sin brújula.
Incluso podemos llegar a sentirnos a la deriva, alienados y extranjeros en nuestra propia experiencia. Entonces, debemos coger el timón. Y ser nosotros mismos puede proporcionarnos la brújula, la guía dentro del mapa.
Estas cuestiones ya fueron planteadas por el psicólogo estadounidense Carl Rogers (1902–1987). Su búsqueda de respuestas permitió desarrollar la terapia centrada en la persona.
La premisa fundamental de este enfoque es que cada individuo alberga la capacidad de crecer y convertirse en la mejor versión de sí mismo y encontrar la esencia de su autenticidad. Es un viaje emocionante de autodescubrimiento.
Así pues, la terapia es como una caja de herramientas para mejorar nuestra vida. Si no somos capaces de vencer los propios obstáculos por nosotros mismos, debemos buscar ayuda profesional. Pero además de la terapia, Carl Rogers nos dejó un mar de conocimiento que podemos explorar y aplicar en nuestro día a día.
El camino hacia la autenticidad
Cuando logramos establecer una relación en la que somos auténticos y sinceros, sin ocultar nuestros sentimientos ni juicios, podemos estar seguros de que esa relación será enriquecedora y beneficiosa. Estos dos elementos clave del proceso terapéutico nos ayudarán a descubrir aspectos de nosotros mismos que tal vez habíamos mantenido ocultos.
La clave podría ser obvia y, a la vez, extremadamente desconocida: la aceptación y la congruencia. O en otras palabras, el amor y la verdad.
Este enfoque ha influido en la comprensión actual de la autoestima y la autoaceptación. Todos necesitamos, en cierta medida, sentir que nuestra experiencia es aceptada. En ocasiones, esta necesidad de aceptación es tan fundamental que supera incluso las necesidades básicas. Intentemos, entonces, ser nuestro yo verdadero.
Descubriendo nuestro yo
"Ser uno mismo de verdad". Este proceso de exploración de nuestra verdadera naturaleza no se limita al contexto terapéutico, sino que puede extenderse a todos los aspectos de la vida. Implica comprometernos plenamente con la vida, siendo auténticos y coherentes.
Elegir un camino de autodescubrimiento puede ser liberador y gratificante. Sólo debemos encontrar un momento para practicar estos sencillos ejercicios:
- Autoexploración. Dedique tiempo para reflexionar sobre quién es realmente y qué le hace único. Recuerde sus valores, piense en sus pasiones, reconozca sus fortalezas y acepte sus debilidades. Escríbalo todo: puede tener beneficios insospechados.
- Autenticidad. Practique la honestidad primero consigo mismo, pero pruebe también con los demás. La sinceridad será un gran tesoro.
- Aceptación. Acepte las experiencias y emociones, incluso las negativas. No significa que deba estar de acuerdo, simplemente acepte. No tiene que estar siempre en un estado de alegría: llore si el cuerpo se lo pide, pero tampoco se culpabilice por estar contento.
- Relaciones personales. Preste atención y escuche de forma activa a quién le hable. Atienda a sus palabras y, también, a sus sentimientos. Trate de ponerse en el lugar de los demás y comprender su perspectiva. Sea congruente en su comunicación, refleje sus pensamientos y sentimientos con respeto. Construya relaciones saludables, no cambie su argumento por influencia externa. Sea honesto consigo mismo y respétese para que los demás también lo hagan.
Si afronta desafíos emocionales o psicológicos significativos, considere buscar la ayuda de un terapeuta.
Y, en definitiva, atrévase a ser usted mismo.