Pérdida, duelo perinatal y bebé arcoíris
El concepto de duelo perinatal hace referencia al proceso psicoemocional normal que ocurre tras el fallecimiento de un bebé antes o después de nacer
El ser humano necesita vincularse para desarrollarse y cuando este vínculo se rompe con el fallecimiento del bebé produce una intensa reacción emocional, de hecho, este acontecimiento se considera como un evento vital traumático que desencadena la evolución del duelo Worden, indica la psicóloga clínica Angy Estévez.
Ella cita a la Real Academia Española define pérdida como carencia o privación de lo que se poseía, igualmente, otros autores indican que, aunque la pérdida sea real, tangible o simbólica producirá una experiencia de vacío, considerándolo en diversas ocasiones como un dolor inexplicable.
Para los padres el peso o la etapa gestacional no convierte al bebé en hijo o persona, lo que le otorga esta dimensión es el lugar que afectivamente han dispuesto para su bebé junto a los múltiples fantasías y planes que han tenido como pareja, el duelo perinatal tiene un curso natural y no patológico y abarca una serie de emociones, sentimientos y conductas, explica la también Fundadora Asociación Dominicana de Psicología Perinatal.
La psicóloga indica que "el concepto de duelo perinatal hace referencia al proceso psicoemocional normal que ocurre tras el fallecimiento de un bebé antes o después de nacer; aunque la OMS destaca que la etapa perinatal se extiende desde las 22 semanas de gestación hasta una semana de vida, diversas literaturas señalan que el duelo perinatal se amplía pues abarca el aborto provocado e involuntario, embarazo ectópico, mortalidad neonatal precoz, bebés nacidos con anomalías congénitas, hijos cedidos en adopción, muerte fetal tardía, muerte del prematuro, entre otros, de manera que, cualquiera de estas pérdidas genera un impacto emocional, aunque es importante mencionar que la actitud hacia la pérdida varía en función de las expectativas que cada madre o padre tenga".
El duelo perinatal sigue siendo un tema tabú, de hecho, se suele llamar silenciado, menospreciado y no reconocido socialmente lo que hace que se experimente en soledad y con mayor sufrimiento, de la misma manera, los dolientes en diversas ocasiones se sienten en la encrucijada al sentirse padres cuando la sociedad les niega el derecho, un dato interesante y positivo que muestra la ciencia es acerca del microquimerismo fetal porque valida el sentimiento de estos y muestra cómo el vínculo entre mamá y bebé es más profundo de lo que imaginamos, parte de los mitos entornos al duelo perinatal es que existe la creencia que cuanto más avanzado está el embarazo mayor es el duelo, asimismo, de que solo la madre experimenta el sufrimiento, las investigaciones en torno al tema han desmentido ambos planteamientos, dice Estévez.
En ocasiones pasa desapercibido la forma, cómo y dónde se comunica la noticia del fallecimiento, asimismo, la manera de mostrarlo, las frases utilizadas y la creación de recuerdos, estas situaciones hacen que se convierta o no en una respuesta traumática mayor, dependerá del contexto en el cual se realicen.
Detalla que lo primero que debemos tener claro es que independientemente de la etapa perinatal que se encuentre el bebé es su hijo y las fantasías creadas con su llegada tienen mayor peso, la forma de comunicar este acontecimiento debe ser en un espacio íntimo, de respeto y de contención que les permita a los padres expresar sus emociones sin ser juzgados, informándoles sobre sus derechos, utilizando palabras claras y siendo estos protagonistas de las decisiones que se deben tomar en todo el proceso, evitar decir que ya tienen un angelito y que son jóvenes para tener otro, si quiere decir algo exprese que usted está dispuesta a escucharles cuando gusten y que comprende cuanto querrían a su bebé, acompañe a los padres a vestirlo y muéstrelo en un mantita delicada y sosténgalo de una manera amorosa.
Respecto a la carencia de rituales como por ejemplo el entierro tradicional, Angy Estévez dice que algunos no son capaces de resolver con sus propios recursos su proceso de duelo y adaptarse a las nuevas circunstancias, de manera que, el profesional de la salud debe guiarlos en todo el proceso, en caso de que los padres decidan que el hospital sepulte al bebé el mismo dentro de su estructura debe contar con un espacio como ¨Jardín Colibrí¨(habitación de despedida que hemos creado desde la Asociación Dominicana de Psicología Perinatal) y conceder un tiempo prudente para que ambos puedan cargar, besar, abrazar y despedirse del mismo, de la misma manera que, fotografiarlo y entregar a los padres una cajita de recuerdo con algunos ajuares que usó el bebé, diversas investigaciones sustentan que todo esto favorece el restablecimiento emocional posterior.
Para ella es preciso destacar que se deben integrar a los hermanitos en caso de tener otros hijos, pues estos han estado en el proceso del embarazo y esperando la llegada, es importante explicarles lo ocurrido de acuerdo a su edad, los niños tienen su forma de expresar el duelo y cuando ocultamos la situación expresando ¨Dios se lo llevó¨ o tal vez ¨tu hermanito se quedó dormido¨ somos participes de una gran confusión y problemática mayor ya que el mismo verá a Dios como malo porque se llevó a su hermanito y además no querrá dormir para no quedarse dormido.
Por otro lado, sobre al bebé arcoíris, considera que es importante respetar el tiempo entre una pérdida y un nuevo embarazo, sanar la pérdida anterior para estar prestos para la nueva llegada, utilizar un nombre diferente para el nuevo bebé, una frase muy conocida es ¨después de la tormenta viene la calma¨ y es que luego de experimentar este acontecimiento vital estresante este nuevo embarazo supone una gran ilusión para los padres y la familia, los bebés arcoíris vienen a iluminar y unir con su brillantez y esplendor.
También es de relevancia concienciar a la población sobre el tema y capacitar a los profesionales del área con la finalidad de que logren las competencias necesarias para el adecuado acompañamiento, de la misma manera, potenciar acciones que contribuyan a humanizar la muerte perinatal, respetar el derecho de los padres y visibilizarlo como una forma de erradicar la indiferencia y honrar la memoria de los bebés que ya no están físicamente.