Pasar de amigos a pareja: ¿cómo lograrlo de forma exitosa?
Acudimos a la psicóloga Patria Santana para dar respuesta a preguntas como cuáles son los pros y los contras de pasar de la amistad al amor o si es posible continuar siendo amigos tras un noviazgo fallido
¿Cuántos se sienten identificados? Tienes ese amigo con el que disfrutas salir a un bar a tomarte unos tragos, pero también quedarte en casa a hablar de la vida. Todo parece mejor cuando está esa persona, siempre tiene tiempo para ti y te conoce tanto que hasta tú te asombras, y eso te gusta. Llega un momento en el que te preguntas ¿será que estoy empezando a sentir algo más que amistad?
Se trata de un escenario más común de lo que pensamos. De hecho, un estudio lo avala, al asegurar que la mayoría de las relaciones románticas comienzan como amistades. Contrario a la creencia de que el amor surge de manera más común de forma pasional, la investigación realizada por la Universidad de Victoria, en Canadá, descubrió que el 66 % de las parejas evaluadas comenzaron como amigos.
Si lo analizamos, es fácil entender la razón. Por lo regular, las amistades comparten aficiones e intereses comunes, por lo que no es extraño sentir una conexión y que surja una relación amorosa, según explica la psicóloga clínica Patria Santana (@psic.patriasantana), terapeuta sexual y de parejas.
Acudimos a ella para dar respuesta a preguntas como cuál es la mejor forma de declarársele a un amigo, cuáles son los pros y los contras de pasar de la amistad al amor o si es posible continuar siendo amigos tras un noviazgo fallido. Si sospechas que te has enamorado de un amigo, sigue leyendo.
Identifica lo que sientes
El primer paso es determinar si lo que sientes es amor de amistad o amor romántico. “Cuando empezamos a tener sentimientos de atracción o de enamoramiento nuestras actitudes hacia la otra persona cambian”, dice la profesional de @lotuscentrointegral. “Por lo regular, la mayor evidencia es la necesidad de acercamiento y de intimidad emocional, aumento del deseo de compartir juntos y la aparición de celos o incomodidad por comentarios sobre afinidad con otras personas”.
Si notas que no lo tratas igual que antes o que a otros amigos, o que cuando le gusta alguien, te comportas diferente a como lo harías si fuera un amigo cualquiera, es probable que tus sentimientos vayan más allá de la amistad. “Esto ocurre porque el enamoramiento cambia la forma en la que actuamos frente a la otra persona. Si antes no te molestaba que te hablara de sus conquistas, ahora podría lastimarte”, refiere.
Una vez estés seguro de tus sentimientos, puedes pasar al siguiente paso: dejárselo saber. Eso sí, ten presente que una vez te expreses corres el riesgo de no ser correspondido e incluso pudieras perder la amistad. La recomendación de la psicóloga es tomarte un tiempo de reflexión antes de lanzarte.
Si no quieres expresarte inmediatamente, una opción es sugerir la atracción por medio de coqueteos leves, comunicación más frecuente y pequeñas insinuaciones. Su receptividad te irá dando información sobre si estás siendo o no correspondido. En caso de que decidas hablar y expresar tus sentimientos, Santana aconseja buscar un momento adecuado.
Evita comunicar lo que sientes donde estén otros amigos en común, ya que una reacción puede ser motivo de burlas. De igual forma, puedes analizar previamente lo que dirás, así das un mensaje claro que no se preste a una mala interpretación.
Independientemente de cuál sea su respuesta, respétala. “Compartir tus sentimientos es una decisión muy valiente, pero la reacción y respuesta de la otra persona no dependen de ti”, explica. Puede ser que esto le tome por sorpresa y necesite un momento para analizar lo que está sucediendo. Ser empático es indispensable para entender que esa persona también tendrá miedo de perder la amistad.
Los pros y los contras
Si el sentimiento es correspondido, hay que tener presente que entablar una relación de pareja con un amigo tiene grandes ventajas. “Las parejas que también son mejores amigos, tienen la ventaja de disfrutar lo mejor de dos mundos”, apunta la terapeuta. “La amistad es un pilar fundamental para una relación saludable. Por lo regular las amistades comparten gustos, hobbies o intereses en común, lo cual facilita mucho la complicidad en la relación”.
Otro punto a favor es que, al conocer el pasado, las vivencias, los detonantes y las reacciones de esa persona, es más fácil evitar el conflicto, ser empático y saber cómo actuar ante un malentendido o diferencia. “Suelen ser parejas con lazos más estrechos y mayores índices de confianza”, agrega.
Lo compartido fuera de la dinámica del enamoramiento aporta herramientas para sobrellevar la relación y mejor adaptación cuando se sobrepasa la etapa del amor romántico y se entra en una etapa más rutinaria.
Al contrario de una relación que comenzó de forma muy pasional, donde se puede entender que una vez bajen los niveles pasionales, es porque se ha acabado el amor. Además, saben de sus virtudes y defectos y no existe la necesidad de aparentar o el miedo a decepcionar o no gustarle al otro.
Pero no todo es positivo. Entre los contras de entablar una relación amorosa con un amigo Santana cita el hecho de creer que no habrá sorpresas, porque se tiene la sensación de conocer todo sobre la otra persona, llevarse decepciones al no gustarles la dinámica de la nueva etapa o el miedo de perder tanto a una pareja como a un amigo, en caso de que fracase la relación.
“En general, conocerse previo a la relación amorosa tiene más ventajas que desventajas”, asegura. “Sin embargo, puede ser un arma de doble filo, sobre todo cuando el conocimiento de sus vivencias anteriores, parejas pasadas, errores cometidos, defectos, entre otros, se utiliza como justificante para celos o reclamos, es una desventaja mayúscula. Se debe tener conciencia de que la pareja anteriormente tenía una vida, por lo que cualquier reclamo sobre acciones pasadas sería irracional”.
Para que la relación funcione ella recomienda ir despacio, de forma gradual y comunicar con sinceridad cómo se va sintiendo cada uno con el cambio. Como se trata de un terreno desconocido para ambos, donde la dinámica que conocen cambiará, deben darse el tiempo de ir adaptándose.
¿Y si la relación no funciona?
La psicóloga advierte que nada garantiza al 100 % el éxito de una relación, ni siquiera tener una amistad de años como base. “Lamentablemente, existe la posibilidad de que el romance fracase y deban atravesar una ruptura”.
Ahora bien, reponerse y tratar de recuperar la amistad es difícil, pero no imposible, siempre y cuando se tenga presente que la relación nunca volverá a ser igual. Lo primero que se debe hacer, como en toda ruptura amorosa, es mantenerse un tiempo distanciados y sin comunicación. Este espacio servirá para poner en orden los sentimientos y pensamientos.
Si se comete el error de tratar de seguir la amistad como si nada ha pasado, alguno de los dos podría crearse falsas ilusiones, terminar decepcionado y lacerar aún más la relación. “Es por eso la importancia de estar seguros de los sentimientos antes de iniciar un romance”, concluye Santana, quien da como recomendación final buscar apoyo en grupos distintos a los de la persona tras una ruptura.