Floren Hernández: "En la educación actual lo fundamental es poder desarrollar habilidades y destrezas"
Las metodologías educativas modernas se deben de enfocar más en enseñar destrezas y habilidades
El mundo ha cambiado rotundamente gracias a la pandemia causada por el covid-19, y una de las áreas que en las que más se han sentido estos cambios es en el aula de clases. Institutos académicos y docentes se están esforzando para aclimatarse al contexto actual de los estudiantes, mientras que expertos pedagogos internacionales como Floren Hernández, quien visitó República Dominicana como parte de una actividad realizada por el Grupo Mentora-Progrentis, han ido analizando estás nuevas tendencias para así tratar de proporcionar consejos y estrategias para ayudar a adaptarse a estos cambios.
¿Cuáles cree que son los cambios más grandes que causó la pandemia en la forma que se educa en las aulas de clase?
Lo primero, realmente, es el contenido. Nos hemos dado cuenta de que el contenido no es fundamental hoy en día en la educación, sino que lo importante es poder desarrollar habilidades y destrezas. El contenido es un medio, no es un fin. La pandemia nos puso un problema y lo hemos tenido que resolver con lo que ya sabíamos. Segundo, la información. Antiguamente la información siempre estaba en texto escrito, pero ahora aparece en diferentes formatos como podcasts, videos o juegos. Todo eso puede ser información, por lo tanto, esa capacidad de información y cómo el alumno puede enfrentarse a ese texto es totalmente diferente, así que la comprensión es algo fundamental en todos los aspectos. Tercero, la tecnología. Vivimos en un momento donde hay mucha tecnología, pero al mismo tiempo no sabemos utilizarla de una manera efectiva. ¿El principal problema? No sabemos buscar en internet. Todos utilizamos internet, pero nadie nos ha enseñado a utilizarlo de una manera efectiva y de ahí también creemos que es un pilar importante el poder desarrollar destrezas necesarias, sobre todo, a nivel informacional y de investigación. Y, por último, la resolución. Al fin y al cabo, el objetivo de la educación es educar para la vida y eso es educar para resolver problemas y, ante un problema, poder darle esa comprensión, pensar, poder ejecutar y dar una respuesta es esencial para los estudiantes.
Con todas la técnicas, tecnologías y metodologías educativas que se actualizan constantemente, ¿existen algunas que deben permanecer inmutables o que no deben de ser influenciadas por tendencias?
Evidentemente ahora hay muchas tendencias como las de la robótica y el bilingüismo, pero, al fin y al cabo, son modas y eso no se sostiene sobre una base con unos cimientos fuertes, no tiene ningún tipo de sentido. Lo fundamental es empezar por el estudiante, saber que cada uno de ellos es diferente. Hay una teoría de inteligencias múltiples, hay personas que están de acuerdo y otras que no, pero sí sabemos que cada uno es inteligente de manera diferente. A partir de ahí, hay que desarrollar habilidades y destrezas. Ahí, Progrentis lo que quiere permitir también es que los estudiantes puedan desarrollar más de 90 destrezas cognitivas en el área de comprensión, de atención, de resolución y de investigación, las cuales les ayuden a fomentar después un trabajo. Como escuela, la estructura del aula también es esencial para poder generar un aprendizaje cooperativo, somos seres sociales que aprendemos con los demás. Hay que poder darle cabida a espacios donde trabajamos con los demás porque a nivel laboral es lo que se vive hoy en día. Después ahí están las metodologías como el Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP), Aprendizaje Basado en Problemas (ABP), todo lo que tiene que ver con herramientas y con inteligencias múltiples para poder fomentarlo y llevarlo a cabo.
¿En qué consiste el Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP) y cuáles son sus ventajas?
El Aprendizaje Basado en Proyectos es una metodología en la que se intenta partir de un centro de interés del alumno. Una vez partimos de un centro de interés del alumno lo conectamos con aprendizajes esperados que tenemos en nuestros currículums escolares. A partir de ahí está la primera fase, donde lo que queremos es activar, que ellos comiencen de sus conocimientos previos, eso una activación, lo cual genera una motivación; y la segunda de las partes es una investigación en la que, como docentes, lo que hacemos es ser guías, pero los actores principales de este proceso son los alumnos. Es un cambio totalmente diferente a lo que antes era la escuela, donde parecía que el profesor era el actor principal y el alumno un receptor. Aquí cambia, el agente activo es el estudiante, él investiga y el profesor es un guía que va mediando. Algo muy importante del proyecto es que se puede integrar con muchas materias y, sobre todo, que después va haber un producto final. Ese producto puede ser tangible o intangible, pero siempre va a generar que el alumno cree algo que al final lo pueda mostrar. Durante ese proceso lo importante no será el resultado final, sino el proceso. El resultado final va a ser bueno si el proceso ha sido bueno. Esta es la tendencia por donde debería ir la escuela actual, porque es un poco a lo que se asemeja la vida, un oficio, un trabajo, una orden laboral e incluso toda nuestra vida está llena de proyectos.
¿Cuáles son las ventajas de que la tecnología tenga una mayor presencia en la metodología educativa?
Una de las mayores ventajas que tiene la tecnología es que nos da una fuente de información muy amplia. Poder utilizar la tecnología nos abre muchísimas más vertientes a nivel informacional y a nivel actual. Hoy en día es muy complicado encontrar un oficio que no se trabaje con tecnología. Por muy poco que sea, siempre hay que tener también esas destrezas digitales. También la tecnología es fundamental porque se puede personalizar al alumno. Por ejemplo, Progrentis trabaja también un algoritmo interno que personaliza cada ruta al aprendizaje de un alumno. ¿Cómo podemos hacer eso? Gracias a la inteligencia artificial, gracias al machine learning también, que permite al docente adaptarse a 20 o 30 alumnos en un salón a la misma vez. Para nosotros sería imposible porque al final somos humanos, pero la tecnología sí nos permite abrir todos esos espacios y personalizar ese aprendizaje con cada uno de ellos.
¿Cuáles son los cambios más urgentes que hay que hacer en las metodologías educativas utilizadas en los centros educativos latinoamericanos?
Creo que deberíamos de partir de la base de la escuela post pandemia, así que lo que primero será poder crear un curriculum que se desarrolle por habilidades. Lo cognitivo y el contenido es importante, pero no es lo más importante. Actualmente lo que se necesita es un currículum por habilidades y por destrezas, que los estudiantes sean buenos comunicadores, que dominen la tecnología, que dominen los idiomas, que tengan pensamientos creativos y que sean pensamientos críticos es algo fundamental. Por un lado, poder trabajar con las tecnologías no es algo que tenemos que prohibir, sino educar para poder trabajarlo con ellos, Al fin y al cabo, estamos en un proceso en el que hay muchísima tecnología, no tenemos que ser expertos en todo, pero sí que debemos saber darle uso. También es fundamental poder investigar y ver cómo son los nuevos procesos psicológicos de los niños, cuáles son esas conductas. El tiempo de pandemia nos ha cambiado, los contextos han cambiado, no son iguales que hace dos y tres años atrás, por lo tanto, también tenemos que generar procesos totalmente diferentes y un modelo de enseñanza centrado en el alumno. Cuando nos centramos en el alumno todo cambia y creo que esta es la base fundamental.
¿Qué pueden hacer los centros educativos y profesores con un acceso limitado a la tecnología ante estas nuevas tendencias tecnológicas en la educación?
Lo primero es hacer un plan de formación. Tienen que saber dónde están y hacia dónde van, porque si no, todo será por moda. Si no tenemos una meta, no tendremos esa brújula y da igual el camino que vayas tomando porque no tienes un objetivo claro. Entonces, lo primero es crear un plan de formación en el cual veamos qué necesitamos y hacia dónde vamos. Una vez sabemos a dónde vamos, hay que elegir qué metodología se va a utilizar, qué tipo de profesorado se necesita para poder generar todo este proceso que es mucho más complejo. Lo primero es una reflexión y cada escuela, de un ámbito diferente, se tiene que adecuar a su contexto, a sus niños, y darle respuesta también a ese proyecto educativo que piensan para cada uno de ellos.