Lactancia materna, presión social y culpa
El bombardeo hacia la madre puede lacerar la autoestima y bloquear totalmente el poco deseo que pueda sentir la misma
Del 1 al 7 de agosto se conmemora la semana mundial de la lactancia materna. Según la Organización Panamericana de Salud la lactancia materna es una forma óptima de alimentar al bebé, un factor fundamental de protección contra las enfermedades, además, promueve el apego, previene el cáncer, la diabetes tipo 2 en la niñez, el alzhéimer, ayuda a prevenir el sobrepeso, es más que nutrición, protege contra la muerte súbita del lactante, entre otros, de igual manera la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda leche materna exclusiva hasta los 6 meses y además que hasta los 2 años sea combinado con otra alimentación adecuada para su edad.
Tanto el estado, instituciones diversas como personas en general exponen el beneficio de lactar, sin embargo, pocos presentan la importancia de la salud mental de las madres para lograrlo, es insuficiente la información que encontramos acerca de la agitación por amamantamiento lo cual significa rechazo a dar el pecho a su hijo; según Alba Padró Arocas asesora de lactancia, IBCLC y autora de ¨Somos la Leche¨ definió este fenómeno como una necesidad inmensa de terminar la toma o que se aleje, unido a un deseo irracional de que se hagan mayores, este sentimiento visceral (no es un cuadro patológico) se presenta de forma repentina con la necesidad de echarlo a un lado y apartarlo, es un tema que se vive en silencio porque las madres temen que sean juzgadas como malas madres y ser incomprendidas, existe poca evidencia por falta de investigaciones que avalen su realidad, sin embargo, quienes trabajamos en el campo de la salud mental perinatal escuchamos en consulta sobre este fenómeno que se caracteriza en ocasiones por ansiedad, estrés, calambres, angustia, hormigueos, tristeza, vergüenza y un gran sentimiento de culpa.
Es difícil constatar la razón por el cual se puede producir el rechazo de amamantar, sin embargo, se presenta en partos múltiples, cuando se lacta a niños mayores, por la sensibilidad de los pezones, por la demanda excesiva del bebé, por agotamiento o estrés excesivo de la madre o también por un tema relacionado a la sexualidad (un ejemplo también seria si la madre fue víctima de abuso sexual). La presión familiar, social y médica relacionada a la lactancia materna en determinadas ocasiones genera repercusión en las madres, lacera la autoestima y además bloquea totalmente el poco deseo que pueda sentir la misma, pues esta ambivalencia emocional inconsciente, incómoda y difícil de afrontar en vez de ser placentera se convierte en la peor experiencia.
Para contrarrestar el malestar que genera la agitación por amamantamiento es recomendable hacer ejercicios de respiración, identificar cuando ocurre y tomar en consideración posibles detonantes, escuchar música mientras amamanta, planificar las tomas de leche, tomar tiempo de descanso, conversarlo en grupos con otras madres, contactar un profesional de la salud mental perinatal, en una última instancia comenzar el destete parcial, como terapeuta en el área de salud mental materna recomiendo que la lactancia no se analice como un proceso aislado, debe ser un proceso integral ya que la misma re relaciona con el maternaje, los aspectos psicológicos y psicosociales para que pueda ser exitosa de lo contrario si la angustia continua pudiera ser indicador de depresión postparto.
Finalmente, la lactancia materna aporta múltiples beneficios a la díada, sin embargo, en determinadas ocasiones se convierte en un gran desafío, para que esta pueda ser posible deberá considerarse un sistema de apoyo consolidado, técnicas de relajación, sesiones terapéuticas, alimentación sana y actividad física favorecerá considerablemente su puesta en marcha y evolución.
por Angy Estévez Abreu,
presidenta de la Asociación Dominicana de Psicología Perinatal