Vacunémonos
María José Rincón
El verbo en nuestra lengua cuenta con tres formas no personales – infinitivo, gerundio y participio– que tienen particularidades propias que conviene conocer. Hoy nos centraremos en el infinitivo, una forma no personal del verbo que carece de tiempo, de modo, de número y de aspecto, y con el que solemos cometer el error de usarlo como verbo principal en una oración. Son casos de lo que conocemos como infinitivo introductorio o infinitivo fático, que debemos evitar si deseamos mejorar nuestra expresión oral y escrita.
Es muy frecuente cuando empleamos verbos de decir: señalar, declarar, indicar, recordar, destacar, decir, afirmar, informar, manifestar, etc. Veamos algunos ejemplos de este infinitivo introductorio: En primer lugar, informar que debemos seguir cuidándonos; sobre todo, destacar el esfuerzo del sistema sanitario; por último, afirmar que las vacunas salvan vidas, muchas vidas. Si queremos mejorar notablemente nuestra redacción debemos emplear un verbo conjugado para introducir el infinitivo.
La elección de este verbo conjugado dependerá de lo que queremos decir. En el ejemplo anterior, si expreso una opinión personal o formo parte de los que la expresan, puedo optar por un verbo conjugado en primera persona: En primer lugar, informamos que debemos seguir cuidándonos; sobre todo, destacamos el esfuerzo del sistema sanitario; por último, recordamos que las vacunas salvan vidas, muchas vidas. En cambio, si quiero generalizar, puedo optar por un verbo introductorio en tercera persona: En primer lugar, hay que recordar que debemos seguir cuidándonos; sobre todo, debe destacarse el esfuerzo del sistema sanitario; por último, conviene recordar que las vacunas salvan vidas, muchas vidas.
Cómo decimos las cosas es muy importante para que el mensaje llegue correctamente a su destinatario. Hay mensajes tan vitales que están por encima de todo, incluso de la forma en que los expresemos. Vacúnate, vacúnense, vacunémonos.
María José RincónMaría José Rincón González, filóloga y lexicógrafa. Apasionada de las palabras, también desde la letra Zeta de la Academia Dominicana de la Lengua.
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