Una historia con secreto
Los diccionarios están para usarlos y, puesto que los hablantes de español ya tenemos a nuestra disposición muchas entradas del Nuevo diccionario histórico del español, les aconsejo que prueben a familiarizarse con su uso. Para ejemplificar la forma en que podemos aprovechar toda la información que nos ofrece busquemos una palabra.
En primer lugar, localice con su buscador de Internet preferido la página del Nuevo diccionario histórico de la lengua española (www.web.frl.es). Una vez en la página, escriba en el cuadro de búsquedas la palabra deseada. Yo he elegido añafil y, si la consulta, comprenderá que no ha sido al azar. En cualquier caso, recuerde que, aunque ya está avanzado, todavía no están todas las palabras que nos gustarían.
Una vez localizada la entrada podrá ver en el margen derecho una relación de las palabras ya incluidas que están relacionadas con la que hemos buscado; en nuestro caso, una familia corta: añafil y añafilero. Además encontrará las variantes gráficas de la palabra que se han podido documentar a lo largo de la historia: añafil, anafil, annafil, anyafil, añafyl. Así sabrá reconocerla siempre que se la encuentre, con independencia de la antigüedad del texto en el que la lea. En el apartado dedicado a la etimología, encontrará datos sobre su lengua y significado de origen.
El primer párrafo detalla la historia de la palabra, desde su primera documentación en los textos; en ella podemos conocer cómo se ha ampliado su significado y cómo se ha difundido o variado en distintas regiones de habla española. Si se atreve y consulta el diccionario, conocerá la razón de la elección de esta palabra en concreto. No desvelemos el secreto hasta la próxima semana.