No solo con las palabras
Las faltas ortográficas relacionadas con los signos de puntuación suelen pasarnos desapercibidas. Son mucho más llamativas las temidas haches o los deslices con las que suenan igual (la be y la uve, la ge y la jota, por ejemplo). Sin embargo, un uso inadecuado de los signos de puntuación puede dificultar la comprensión de lo escrito.
Aunque creo que lo hemos tratado alguna vez en estos años, no está de más refrescar lo que sabemos de los dos puntos (:). Este signo de puntuación supone un alto en lo que estamos expresando para hacer una llamada de atención precisamente sobre lo que vamos a decir a continuación. Lo que hemos dicho y lo que vamos a decir deben estar estrechamente relacionados. Los dos puntos funcionan como un anuncio de lo que diremos al hilo de lo que estamos diciendo.
Vayamos a un caso concreto que utilizamos con mucha frecuencia. Si necesitamos indicar que vamos a enumerar una serie de elementos, podemos recurrir a los dos puntos; no olvidemos que antes de los dos puntos debe haber una expresión que anuncie lo que vamos a enumerar. Estas son mis lecturas preferidas: poesía, novela y ensayo. Los dos puntos indican que voy a detallar las lecturas y la frase anterior anticipa cuál va a ser el contenido de esta enumeración. Si quieren expresar la misma idea de una forma diferente, pueden jugar con la estructura de la frase y mencionar primero los elementos que relacionamos y después introducir la conclusión de lo que hemos anunciado. Poesía, novela y ensayo: estas son mis lecturas preferidas. Opciones estilísticas que nos permite la lengua cuando la tratamos con cariño y respeto; porque la lengua no solo nos expresa con las palabras.