Marc Masip: “La adicción al teléfono genera las mismas consecuencias que la adicción a las drogas”
La tecnología es la nueva adicción de nuestros hijos. Tanto así que la dependencia que han creado los videojuegos y las redes sociales superan las actividades sociales, la interacción con sus amigos o una relación familiar sana
En la actualidad el gran quebradero de los padres es lograr un uso responsable, sano y equilibrado de la tecnología. Si estás en este grupo mañana sábado 23 de abril, de 9:00 am a 12:30 pm, vía Zoom, podrás obtener muchas respuestas en el panel “Adolescencia. Etapa de oportunidades”, organizado por Didáctica RD, y que contará con la participación de los especialistas Vida Gaviria (Modomamá), Marc Masip (Psicólogo) y Miguel José Peña (Terapeuta Gestáltico). Un encuentro virtual, que llega con el apoyo de Mapfre Salud, Asociación Popular de Ahorros y Préstamos, Banco Popular, Unibe. ARS Universal y Pink Tree, que busca promover y reforzar las relaciones positivas y apropiadas de los padres con sus adolescentes, y en el que no se quedará un punto importante: los riesgos, la adicción y el uso adecuado que deben realizar los jóvenes de sus dispositivos electrónicos, redes sociales y tiempo de videojuegos. Y para tratarlo el panel contará con la intervención de Marc Masip, psicólogo y experto en adicción a las nuevas tecnologías, quien dará las claves para hacer un buen uso de éstas sin deteriorar nuestras relaciones personales ni crearnos dependencias o adicciones.
¿Cómo está afectando el mal uso de la tecnología a los niños y adolescentes de hoy en día?
Les está afectando muchísimo. Primero porque no saben utilizarla correctamente, y segundo porque les esta generando muchas consecuencias, siendo las principales el fracaso académico, el aislamiento del mundo real, el no poder gestionar emociones y frustraciones por la inmediatez y el hecho de comunicarse a través de una pantalla y no en persona, etc.
¿Qué sucede en el cerebro de una persona adicta a la tecnología?
Pues lo mismo que con cualquier otra adicción. Es verdad que no es lo mismo las drogas que el teléfono, porque el teléfono se puede utilizar bien, pero es verdad que las consecuencias pueden llegar a ser las mismas, que es tener una dependencia, que ya de por sí es algo que les genera un malestar, e incluso la muerte, en el caso de una conducción producto de un despiste por ejemplo. Pero lo que más nos preocupa son las consecuencias del día a día y, a pesar de no generar problemas físicos graves, sí lo hace en salud mental y por tanto les afecta muchísimo.
¿Cuáles son los primeros síntomas?
Que esté muchas horas con el teléfono móvil o usando las redes sociales, el aislamiento social, fracaso académico, conflictos familiares, irritabilidad, enfado, agresividad cuando les quitas el teléfono. Al final no deja de ser un potenciador de un problema existente que lo que hace es dar aún mas bombo a todo lo que esa persona tiene que asumir.
¿Cómo podemos saber, como padres, si nuestros hijos tienen un problema de exceso o abuso de tecnología?
Por los síntomas que ya he mencionado. Si hay un gasto extra, si tiene muchos cambios emocionales, si vemos que usa mucho la pantalla y su vida se ve afectada por este problema. Y al final, al hablar de adicción, hay que hablar de síndrome de abstinencia: el hecho de sentirnos diferentes genera un malestar al no poder consumir, hay sustitución de actividades: dejan de hacer algo por estar más pendientes del móvil que de otra cosa, como no dormir, no descansar, no estar con la familia, no salir con los amigos.
Dices que el teléfono móvil es la heroína del siglo XXI, ¿a qué edad es conveniente dar un celular a nuestros hijos?
Yo creo que es la heroína del siglo XXI porque, como pasó con la heroína, el consumo no sabe todavía a nivel social lo malo que es; a nivel clínico ya estamos viendo evidencias claras de lo peligrosísimo que es, pero la sociedad parece no darse cuenta. Por eso estamos regalando un celular a los 12 o 14 años, cuando la edad recomendada es los 16, sin ninguna duda, porque no tienen el cerebro suficientemente desarrollado a nivel madurativo, ni tampoco lo necesitan para nada, ni para tener amigos (porque todos lo tengan) ni para cualquier cosa que necesita hacer un chico por su bien (estudiar, estar con su familia, tener amigos)… nada de esto depende en absoluto de tener un teléfono móvil.
¿Y dejarlos jugar a los videojuegos? ¿Cuáles son los más dañiños o adictivos?
Para mí está claro que no hay que dejarlos jugar a videojuegos. Estamos hablando de que la OMS ya ha catalogado los videojuegos como causantes de enfermedad y patología, por lo tanto estaríamos alimentando algo no positivo. Mi recomendación es que no jueguen a videojuegos online, ni violentos, aunque esos sean a los que más juegan. Los más dañinos y adictivos ya los conocemos: Fortnite, Call of Duty, GTA, Fifa, Clash Royale… Actualmente todos los que están en el top tienen todos los elementos adictivos posibles para que el adolescente juegue lo máximo posible y además gaste dinero.
¿Quiénes se enganchan más a los videojuegos / redes sociales: ellos o ellas?
A los videojuegos juegan igual chicos y chicas, pero los chicos son más adictos; y en el caso de las redes sociales al revés, las usan por igual chicos y chicas, pero las que sufren más adicción son ellas.
Preocupa mucho a los padres el hecho de que hay adolescentes que atentan hasta contra su vida si se les quita el celular como castigo.
Sí, es cierto que hay chicos que dicen a sus padres que si les quitan el celular se van a suicidar, o se harán daño; realmente ocurre poco, aunque hay casos, pero creo que, como en toda adicción, cuando hay un mono, o síndrome de abstinencia, puede haber agresiones violentas y agresiones límite, y lo que hemos de intentar es de no llegar a este punto, y si llegamos a ese punto evidentemente hay que sacar asumiendo las consecuencias y ahí se necesita un proceso clínico.
Hay un problema: y es que los adolescentes dominan más las nuevas tecnologías que sus padres. ¿Cómo pueden entonces estos enseñarles a usarlas correctamente?
Los padres no tienen que enseñar de tecnología, debería haber una asignatura en el colegio, o cursos de formación para padres para poder ayudar a sus hijos. Hay una brecha digital tremenda, los padres deben formarse sobre cómo utilizar bien la tecnología, y nosotros como adultos, a los profesores y profesionales de salud mental y pedagogos, explicarles cómo utilizar la tecnología para así poder educar a los más jóvenes. Al final estamos hablando de un elemento que, como la droga, se utiliza donde más en la cama y en el baño, a escondidas, sin vigilancia y en intimidad, y se le esta dando una absoluta libertad sin ningún conocimiento, y hasta que no pongamos leyes estatales que rijan el buen uso de las tecnologías, y a la vez haya muchísima formación, este problema no va a quedar solventado.
Margarita Heinsen. Moderadora. Educadora, madre, esposa y Licenciada en educación por la Universidad Católica de Santo Domingo. Doctora en educación en la Universidad de Murcia, tiene dos maestrías. Certificada en coaching educativo y en dinámica de grupos.
Vida Gaviria. "Mi adolescente me reta y no me escucha". Family Coach, comunicadora, educadora, autora y divulgadora de temas de familia desde la mirada de la Crianza Respetuosa.
Miguel José Peña. "La familia y el adolescente: una nueva identidad". Psicólogo clínico por la Universidad Católica de Santo Domingo. Enfocado en la intervención psicológica para la atención de la salud mental dentro del ámbito clínico con el objetivo de generar resultados a través de la eficiencia diagnóstico y terapéutica.
Para participar busque el link en www.didactica.edu.do