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VIDEO | El rabijunco coliblanco: Un viajero elegante que surca los cielos del Malecón de Santo Domingo

Este viajero se deja ver en acantilados remotos, aguas abiertas

Ligero, sutil y casi irreal. Esta sensación es justamente la que transmite ver volar al Phaethon lepturus, conocido localmente como rabijunco coliblanco. Su figura, blanca como la espuma del mar, con plumas alargadas que se desprenden de su cola como pinceladas en el cielo, dibuja siluetas inconfundibles sobre las costas del Caribe.

Aunque más reservado que otros habitantes del mar, este elegante viajero se deja ver en acantilados remotos, aguas abiertas y, de forma más inesperada, en espacios urbanos como el Malecón de Santo Domingo.

Un habitante distinguido del Caribe

El rabijunco coliblanco mide entre 60 y 80 centímetros de largo, incluyendo las largas plumas centrales de su cola, que pueden alcanzar entre 30 y 40 centímetros. Su plumaje es completamente blanco, con una estrecha franja negra que atraviesa los ojos, una gruesa barra negra sobre las coberteras del ala superior y marcas negras en las primarias externas. Su pico, llamativo y fuerte, varía entre el naranja y el rojo anaranjado.

Los ejemplares jóvenes tienen un aspecto muy diferente: el dorso está barrado de negro y blanco de forma más tosca, las plumas centrales de la cola son cortas y el pico es amarillento, a veces con un anillo negro cerca de la punta.

A diferencia de otras especies similares, como el rabijunco de pico rojo (Phaethon aethereus), los juveniles del coliblanco no tienen la banda negra en la nuca y su patrón es más contrastante. 

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Infografía
(MARVIN DEL CID)

Esta especie es residente reproductiva en la isla La Española y está presente todo el año. Puede observarse regularmente en acantilados costeros apropiados, tanto en la isla principal como en varios islotes satélite.

Aunque es común encontrarlo sobre aguas marinas o volando cerca de la costa, solo anida en sitios muy localizados. Se ha reportado en Navaza y en las islas de la Vaca, la Gonave, la Tortuga, Alto Velo y Beata.

Su reproducción ocurre principalmente entre marzo y julio. Las colonias registradas en la República Dominicana incluyen aproximadamente 20 parejas en Cabo Cabrón (Samaná, 1996), unas 60 entre Cabo Rojo y Bahía de las Águilas (Pedernales, 1998) y una pequeña colonia activa cerca del Acuario Nacional de Santo Domingo desde 1999.

Se sospecha que también anida en lugares como Punta Martín García e Isla Alto Velo.

Construyen sus nidos en acantilados verticales y, a veces, los adultos necesitan varios intentos para aterrizar en estos riscos escarpados. Las exhibiciones de cortejo aéreo son comunes: el macho vuela con la cola baja mientras sigue a la hembra. Ponen un único huevo color canela con manchas oscuras.

Se le puede ver solo o en pareja, realizando acrobacias sobre el agua y los puntos de anidación, mientras emite vocalizaciones al interactuar.

Un dato interesante es que el rabijunco es mencionado como una de las primeras especies de aves identificadas en el continente americano; Cristóbal Colón la cita con frecuencia en el Diario de a bordo de su primer viaje (septiembre de 1492).

Una sorpresa en Santo Domingo

Aunque en la región del Caribe el rabijunco es más común en islas remotas y acantilados costeros, desde hace años se han registrado avistamientos en la ciudad de Santo Domingo, mayormente entre el Acuario Nacional y la salida a la autopista de las Américas, por la avenida España.

Este comportamiento es notable, ya que tradicionalmente el rabijunco prefiere anidar en islotes deshabitados o en riscos de difícil acceso, lo que sugiere que se ha adaptado al crecimiento urbano, encontrando zonas aún aptas para su reproducción. 

El hecho de que el rabijunco haya elegido el Malecón como sitio de anidación podría indicar varias cosas: una mayor adaptabilidad de la especie, cambios en su distribución debido a factores ambientales o incluso la escasez de hábitats naturales adecuados.

Sea cual sea la razón, su presencia en la capital dominicana es una oportunidad única para la observación de aves y un recordatorio de que la biodiversidad encuentra formas de coexistir con el paisaje urbano.

Si deseas observar estas interesantes aves, puedes hacerlo dentro del Acuario Nacional, frente a la cerca de protección hacia el mar. Puedes pedir información al personal para que te guíe en el lugar. Es preferible intentarlo a primera hora del día. 

Conservación y retos

A pesar de su amplia distribución, el rabijunco enfrenta amenazas como la pérdida de hábitat y la depredación por especies introducidas, como ratas y gatos, que atacan sus nidos, y actualmente la iguana verde, ya común en las rocas del Malecón.

La conservación de las zonas donde anidan es vital para garantizar su supervivencia. Su resiliencia en entornos urbanos plantea nuevos desafíos en la protección de estas aves.

Además, la presencia del rabijunco representa una oportunidad para fomentar el aviturismo y promover los atractivos naturales de la ciudad. La observación de estas majestuosas aves puede atraer a entusiastas de la ornitología y amantes de la naturaleza, generando conciencia sobre la importancia de conservar su hábitat y promoviendo un enfoque más sostenible del turismo en Santo Domingo.

TEMAS -

Guatemalteco con estudios en Ciencias de la Comunicación y amplia experiencia en el campo visual y multimedia. Ha trabajado para varios medios de comunicación en Guatemala y República Dominicana, y sus fotografías han aparecido en importantes publicaciones en diferentes partes del mundo.

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