Noruega da un paso hacia la minería submarina, a pesar de las críticas de los ecologistas
En varios países se observa un interés creciente por la extracción de minerales a miles de metros de profundidad en el fondo de los océanos donde existen grandes reservas de materias primas que podrían destinarse a la transición energética.
Noruega se ha convertido en el primer país en autorizar la prospección minera en aguas profundas. El país escandinavo buscar extraer de sus aguas materias primas esenciales para responder al boom de las energías renovables. Pero los ambientalistas temen una destrucción de los fondos marinos.
Una nueva fiebre del oro podría contagiar al mundo. En varios países se observa un interés creciente por la extracción de minerales a miles de metros de profundidad en el fondo de los océanos donde existen grandes reservas de materias primas que podrían destinarse a la transición energética.
En Europa, la semana pasada, Noruega, autorizó la prospección minera en sus aguas territoriales, en una superficie que equivale a un país como Italia. A pesar de las críticas de organizaciones ecologistas y de la Unión Europea, el país escandinavo, que ya es el mayor productor de petróleo de Europa occidental, quiere ahora ser líder en la minería submarina.
Estudios preliminares reportan la presencia de varios minerales en las profundidades de las aguas territoriales noruegas, explica el geógrafo noruego Lars-Kristian Trellevik, doctor de la universidad de Bergen, y ahora asesor de la empresa minera Adepth Minerals. Se trata de concentraciones "muy elevadas, quizá hasta 10 veces superiores a las que encontramos en las actuales explotaciones mineras en tierra, sobre todo de cobre, cobalto, níquel, manganeso, oro, plata y una amplia gama de elementos de tierras raras. Minerales críticos que actualmente se están agotando en tierra y que van a escasear con la electrificación y la proliferación de las tecnologías verdes", detalla el geógrafo.
El día en que el parlamento noruego dio luz verde a la explotación comercial de los fondos marinos, sin embargo, representantes de ONG ambientalistas protestaron contra esta decisión.
Los ecologistas, así como 120 legisladores de la Unión Europea temen que la minería submarina perturbe los ecosistemas de los fondos oceánicos. El gobierno noruego asegura por su parte que sólo se permitirá la extracción de minerales si la industria puede demostrar sostenibilidad y prácticas responsables, sin dar más detalles. es posible explotar minerales sin dañar el fondo del océano?
La respuesta es incierta, debido a la falta de conocimiento de los fondos marinos, reconoce Trellevik, entrevistado por RFI.
"Por supuesto, no se puede extraer nada sin perturbaciones y devastación local. Literalmente, se trata de extraer roca. Entonces todo lo que vive en esa roca o muy cerca de ella se verá afectado", admite el geógrafo quien sin embargo esgrime argumentos a favor de la minería submarina. "Los yacimientos de sulfitos son muy, muy limitados en su extensión geográfica en las aguas de Noruega. Esta no es la historia que se oye en los medios de comunicación y de los críticos de la minería profunda. Constantemente oímos hablar de un área de apertura del tamaño de Alemania, lo cual es muy cierto. Ese es el tamaño del área que se abrió para la exploración. Pero, obviamente, la extracción sólo tendría lugar allí donde hay minerales y los minerales están depositados en extensiones geográficas muy pequeñas y limitadas. Se espera que mucho menos del 1% de la zona de apertura contenga realmente los minerales que se extraerían", apunta Trellevik.
Otro argumento de los promotores de la minería en aguas profundas es de índole estratégica: Europa consume grandes cantidades de metales para su industria, pero las reservas están concentradas en países como China, República democrática del Congo o Suramérica.
Entonces explotar directamente las reservas en aguas territoriales permitiría al país ser más independiente, afirma Lars-Kristian Trellevick. "Cuando se habla de minerales marinos, hay que tomar en cuenta las preocupaciones de seguridad global, de estrategia geopolítica, de quién posee y controla las cadenas de suministro críticas: hoy en día es muy importante. ¿Cómo preservamos nuestras ideas occidentales de democracias liberales si no podemos controlar nuestras propias cadenas de suministro? Y por qué cerramos los ojos ante las prácticas muy, muy problemáticas que vemos en la minería mundial. Actualmente explotamos zonas precarias y de riesgo, como focos de biodiversidad y selvas tropicales. Además, muchas prácticas mineras actuales se basan en condiciones laborales que no aceptaríamos. Lo que hay que considerar es el impacto que generamos por kilo de metal extraído", insiste el geógrafo.
Permanecen muchas incógnitas sobre los métodos de explotación de estos minerales. Las empresas mineras no disponen realmente de la tecnología para explotarlas. Existen prototipos de robots para excavar la roca a miles de metros de profundidad, pero con el reto de extraer esta roca, sacarla en la superficie del agua, y llevarla en tierra. A esta incertidumbre tecnológica se agregan inquietudes para los ecosistemas de las aguas profundas que poco se han explorado.
¿Sería aceptable reproducir en el fondo de los océanos el modelo extractivista que tanto daño ecológico ha causado en tierra? Para Marta Martín-Borregón Gómez, responsable de la campaña de océanos de Greenpeace España, la respuesta es negativa. La ONG ambientalistas aboga por una moratoria sobre la minería submarina y rechaza el argumento de la transición energética.
"Tenemos un montón de materiales que ya se han extraído con anterioridad. Lo que hay que hacer es enfocar todos los esfuerzos en reutilizar y reciclar estos materiales de forma óptima", dijo a RFI.
"A nivel individual, es muy importante que cada persona sea responsable. No se puede estar cambiando de teléfono cada vez que sale un modelo nuevo, ni cambiar de coche cada dos por tres".
Si bien cada país es soberano en sus aguas territoriales, las aguas internacionales están sometidas a una jurisdicción internacional que de momento no autoriza, ni regula, ni prohíbe la minería submarina.
La comunidad internacional lleva actualmente negociaciones en el marco de la Autoridad internacional de los fondos marinos para decidir si se impulsa o no está actividad controvertida. Países como Alemania, Francia, España, Brasil, Canadá, Costa Rica o Chile piden una moratoria sobre la explotación de los fondos marinos, debido a los riesgos para el medioambiente. Las negociaciones continuarán hasta 2025. Pero la empresa The Metal Company por ejemplo quiere aprovechar el vacío legal para obtener licencias de explotación y perforar el suelo en el océano Pacífico.