El frío de Valle Nuevo
Llamó la atención una expresión del Ministro Ceara sobre comentarios de sus funcionarios respecto a que "hay personas apostando al fracaso del plan de rescate".
La reunión convocada por el Ministro Ceara Hatton el jueves 22 de diciembre fue una suerte de catarsis: desde el 28 de julio pasado la Coalición para la Defensa de las Áreas Protegidas había puesto en su conocimiento una lista muy concreta de inquietudes y debilidades del sistema que entendíamos debía superarse.
Para esta reunión se entregó una nueva comunicación que no sólo recogía las mismas inquietudes, sino también otras que se han agregado y una voz de alerta sobre algunas que se han empeorado: como el caso del tan anunciado rescate del Parque Nacional de Valle Nuevo.
Llamó la atención una expresión del Ministro Ceara sobre comentarios de sus funcionarios respecto a que "hay personas apostando al fracaso del plan de rescate". En ese sentido coincido con esa apreciación, pero aclarando que si alguien "ha apostado al fracaso" son aquellos funcionarios que (teniendo la responsabilidad de actuar) se pasaron años y meses "en inercia casi total", aquellos que ralentizaron procesos y que esperaron incluso el vencimiento del plazo (renovado una y otra vez) para hacer lo que debieron hacer desde el día "uno" de la resolución emitida.
Apuestan al fracaso los que permitieron que se siguiera sembrando cultivos de ciclo corto, los que no han actuado contra los que tienen el parque como su finca ganadera particular: criando ovejos, cerdos y vacas en zonas "rescatadas". Esos mismos, que a pesar de haberles pagado más de 100 millones de pesos, aún siguen "operando" en Valle Nuevo.
Vamos a estar claros: si el plan de rescate de valle nuevo fracasa, no se deberá para nada al "pensamiento pesimista del sector ambiental", sino a las decisiones erradas que se han adoptado, como el pago sin depurar a ocupantes "de mala fe" (sin sustento legal de ningún tipo), junto a aquellos "con derechos adquiridos", sentando un precedente terrible, que se revertirá negativamente en contra del plan presidencia de sanear y titular el sistema de áreas protegidas.
Ahora lo que queda (más que un falso optimismo) es que aunemos esfuerzos para cerrar de una vez y por todas ese capítulo, que sólo será posible con voluntad férrea: cumpliendo y haciendo cumplir las resoluciones emitidas, brindando apoyo y acompañamiento los ocupantes más vulnerables y sobre todo, siempre de la mano de la Ley, devolverle al país uno de sus patrimonios más valiosos que por décadas
ha sido explotado sin piedad.
El sueño de Miguel Ceara Hatton
El actual ministro de medio ambiente confesaba a los ambientalistas que ya logra dormir, desde que recibió el ministerio de medio ambiente en julio pasado.
No hay que esforzarse mucho por imaginarse tremendo problema que recibió, con un ministerio descalabrandose entre el luto, la falta de institucionalidad y corrupción.
Termina el año con más problemas que soluciones, pero he de confesar en que la reunión del pasado jueves se le vio muy seguro y empoderado del tema ambiental.
Duerma bien estimado ministro, que el 2023 viene con fuerza. Lo necesitamos descansado para afrontar los problemas ambientales que tanto preocupan a la sociedad civil y que necesitan atención urgente.
Descanse mucho, porque sabemos que este año es pre-electoral y las cosas se complican.
Sueñe tranquilo, porque todavía tiene un grupo de ambientalistas que tienen la esperanza que usted hará el trabajo bien hecho.
Pero no duerma de más, y que no lo agarre otro plazo vencido como el de la Madre de las Aguas, que a muchos de nosotros nos sigue quitando el sueño.