Éxito de las labores de descontaminación: el telescopio Euclid recupera la visión
Científicos han logrado eliminar las partículas de hielo que habían hecho perder al telescopio Euclid más de un 10 % de su visión
Objetivo conseguido: los científicos de la Agencia Espacial Europea (AEE), coordinados por Ralf Kohley desde el Centro Europeo de Astronomía Espacial de Madrid, han logrado eliminar las partículas de hielo que habían hecho perder al telescopio Euclid más de un 10 % de su visión.
El procedimiento ideado por los investigadores para calentar los espejos individuales del complejo sistema óptico del telescopio, sin interferir en la calibración del mismo, ha funcionado.
Tras calentar uno de los espejos 34 grados, pasando de los -147 °C a los 113 °C, Euclid recuperó la visión, informa la AEE.
"Casi inmediatamente, recibimos un 15 % más de luz del Universo. Estaba seguro de que veríamos una mejora considerable, pero no de forma tan espectacular", señaló Kohley.
Tras meses de investigación por parte de científicos e ingenieros de toda Europa, noches enteras en el control de misión ESOC de la ESA y 100 minutos de calor selectivo, la visión de Euclid ha sido restaurada, y la experiencia ayudará a futuros satélites que se enfrenten al mismo problema.
El investigador explicó, en una entrevista con EFE, que la pérdida de visibilidad detectada el pasado noviembre se debía a que parte de las moléculas de agua absorbidas del aire durante el ensamblaje de la sonda, en la Tierra, no había sido eliminada por los procedimientos pensados para ello.
Posteriormente, estas moléculas acabaron congeladas en los espejos de la óptica de Euclid, dado el ambiente glacial en que se encuentra la sonda, a 1,5 millones de kilómetros de la Tierra.
La AEE lanzó la sonda Euclid al espacio el pasado 1 de julio con el objetivo de elaborar un mapa tridimensional del Universo, mediante la observación de miles de millones de galaxias a 10,000 millones de años-luz en más de un tercio del cielo, así como de arrojar luz sobre la materia y energía oscuras.
Para lograr su objetivo, el telescopio debe mantenerse estable y en plenas capacidades durante los seis años que durará su misión, en la que participan más de 2,000 científicos de 300 institutos de 13 países europeos.