Dos minutos de odio
Cómo los medios han amplificado el caso de Sudiksha Konanki y transformado una tragedia en espectáculo
Durante dos semanas, la búsqueda de Sudiksha Konanki ha captado la atención de las redes sociales y los medios de comunicación, tanto en República Dominicana como a nivel internacional.
La cobertura ha sido intensa y, en muchos casos, sensacionalista, marcada por una carga inusitada de especulación. Este fenómeno puede explicarse por la voracidad por generar "views" o por aquellos que construyen su presencia pública a partir de la creación de crisis.
La reacción mediática recuerda la escena de los "Dos Minutos de Odio" descritos por George Orwell en su novela 1984, en la que se manipulan las emociones colectivas para dirigir el odio hacia un enemigo designado. Sin embargo, a diferencia del superestado de Oceanía, que tenía claro a quién debía señalar, en este caso se ha construido una narrativa en la que se busca dotar a un hecho de características criminales, sin que existan aún pruebas concluyentes.
Esta construcción ha servido para mantener a Riibe en un estado de prisión domiciliaria de facto, bajo el argumento de que se encuentra en un hotel con su pasaporte retenido y que es testigo clave en la investigación. No obstante, la conducción del proceso deja dudas.
Los hechos y las evidencias deberían ser los que guíen la investigación. La procuradora general de la República visitó La Altagracia para investigar personalmente el caso, pero, días después, se desconoce el resultado de ese ejercicio, que concluyó la madrugada del domingo. La incertidumbre persiste sobre si finalmente se presentarán cargos o no.
Por otro lado, los familiares de Konanki han dado por hecho que la joven se ahogó y consideran que Riibe es inocente de este trágico incidente, que ha afectado a dos familias.
A pesar de que se trata de un caso aislado, la cobertura mediática ha amplificado su impacto, contribuyendo a la repetida difusión de una imagen negativa del país. Y hemos visto escenas como las de Fox News reportando el caso desde las playas de República Dominicana, que puede reforzar la narrativa de escándalo con titulares que evocan una supuesta amenaza en "el paraíso", como indicaron sus títulos.