Las bibliotecas, reto del Ministerio de Cultura
En consonancia con el interesante reportaje publicado en el Diario Libre el 17 agosto del año en curso sobre los retos en el área cultural del gobierno de Luis Abinader aprovecho para señalar, en calidad de profesional de la bibliotecología, otros de los retos que tiene el gobierno del cambio en el área de la cultura que es la implementación de políticas que promuevan la conservación y difusión del conocimiento, la investigación y la historia cultural de la nación así como de sus comunidades. Esta idea se recoge ampliamente en el pensamiento de Manfasani (2015) cuando señala: interpretar el pasado, comprender el presente y pensar en el futuro, contribuye a ampliar las fronteras de conocimiento y resguardar la cultura del país. En esta tarea deben participar activamente las bibliotecas y demás unidades de información.
La UNESCO, organismo que desarrolla campañas que promueven el cuidado y conservación del patrimonio documental contando con el auspicio de entidades como la Federación Internacional de Bibliotecas y Asociaciones Bibliotecarias (IFLA), enfatiza la importancia de las bibliotecas públicas y escolares, y señala que su misión es, promover e incentivar la lectura, desarrollar las competencias informacionales y tecnológicas para apoyar la educación, con el objetivo de ayudar a mejorar la calidad de vida de los miembros de una comunidad, para que las personas puedan alcanzar la libertad, prosperidad y desarrollo y, desempeñar un rol activo en la sociedad contribuyendo en la formación de ciudadanos íntegros, críticos y que, sean capaces de asumir responsabilidades y tomar decisiones inteligentes, en lo personal, social, económico y político.
Por tradición, las bibliotecas en la sociedad son las llamadas a rescatar, preservar, conservar, organizar y difundir el patrimonio bibliográfico y documental de la nación que incluye, entre otros, la información institucional, resoluciones, investigaciones, jurisprudencias, sitios web, twitter, entre otros, con el fin de dar a conocer las historia y cultura del país.
Son los profesionales bibliotecarios los encargados de organizar ese sistema informativo documental aplicando descriptores, conforme a normas internacionales que permiten recuperar la información con el fin de compartir ese conocimiento en red y apoyándose en las tecnologías de la información y de la comunicación disponibles.
Por ende las bibliotecas deben posicionarse como un eje transversal de la calidad de la educación y la cultura de los pueblos.
El gobierno del cambio, a través del Ministerio de Cultura, debe marcar la diferencia en el tratamiento y el reconocimiento de las bibliotecas. Esto, a través de la inversión en infraestructura física y tecnológica, adquisición de colecciones digitales y en formatos impresos, formación y contratación de recursos humanos calificados y muy especialmente impulsando la implementación de la Ley No. 502-08 sobre el Libro y la Biblioteca
La Biblioteca Nacional Pedro Henríquez Ureña (BNPHU) está llamada a ser el órgano rector de las bibliotecas públicas dominicanas, mediante la elaboración de políticas que permitan la creación de un Sistema Nacional de Bibliotecas, conforme a las leyes vigentes.
Es impostergable procurar que la Biblioteca Nacional, sea empoderada y asuma su función de rectora y que se implemente el Sistema Nacional de Bibliotecas Públicas, inexistente en República Dominicana en pleno siglo XXI, si se desea lograr calidad en la educación.