El valor de la libertad y la democracia
No se puede hablar de democracia y libertad en la República Dominicana sin mencionar a destacadas figuras cuyos ascendientes eran italianos, y sembraron raíces y apostaron por el desarrollo y futuro de este país.
Durante la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo, fueron muchos los italianos que sufrieron en carne propia la represión, y pagaron las consecuencias de oponerse al régimen.
Podemos mencionar a Amadeo Barletta, nacido en San Nicola de Arcella, Calabria, al Sur de Italia, quien fundó la empresa Santo Domingo Motors, con la representación de General Motors. En abril de 1935, el también Cónsul Honorario de Italia fue arrestado y condenado a cuatro años de prisión por el régimen de Trujillo por un asunto relacionado a una compañía tabacalera de interés del dictador. Barletta fue excarcelado gracias a las fuertes presiones norteamericanas e italianas, convirtiéndose así en protagonista de una página de la historia de aquella época.
Igual suerte corrió Antonio Laureano Pellerano Sardá, presidente y editor del periódico Listín Diario, quien fue encarcelado en la dictadura, por supuestamente violar la ley de prensa. Las presiones económicas y políticas llevaron al cierre del periódico en 1942, y no fue hasta 1963, tras la caída del Trujillo, que el periódico volvió a circular.
El mismo Antonio Imbert Barrera, uno de los principales artífices del ajusticiamiento de Trujillo, estaba casado con una italiana, Yolanda Rainieri. Y fue precisamente una familia italiana quien le escondió los meses posteriores al asesinato del dictador.
Mario y Dirce Cavagliano estaban casados y eran diplomáticos de la Embajada de Italia. Horas después del asesinato del dictador, y por solicitud del Cónsul Honorario de Italia para la época, Francisco Rainieri Franceschini, escondieron en su casa, por meses, a Antonio Imbert. No pidieron nada a cambio. Lo hicieron por solidaridad y compromiso con la libertad. “Los italianos también vivimos y experimentamos dictaduras y represión”, le dijo Mario Cavagliano a Imbert cuando éste le preguntó por qué le ayudaba.
En fin, el legado y la huella de Italia en la República Dominicana es imborrable, desde la Conquista, ambos pueblos hemos estado unidos con lazos de hermandad. Hoy, son muchos los descendientes de italianos, nuevas generaciones, que luchan y trabajan para el desarrollo y prosperidad del país.
Les invito a leer el libro “El Legado Italiano en la República Dominicana. Historia, Arquitectura, Economía y Sociedad”, que relata la historia de muchos personajes icónicos italianos, así como el valor del aporte y los lazos entre ambos países. Este libro lo puede descargar en su versión digital en el sitio web www.ciaosantodomingo.com