Proteger al adulto mayor
No extraña que el promedio de edad de las seis personas fallecidas en el país por COVID-19 sea de 64 años. Así es en todo el mundo, con los sistemas de salud desbordados por lo que es muy probable que República Dominicana no sea la excepción. En lo posible, en medio de esta emergencia, hay que dar prioridad al adulto mayor, al abuelo, al de arrugas en el cerebro cuando la torpeza de las piernas coincide con la palabra y el pensamiento, al decir del Nobel de Medicina Ramón y Cajal. Se impone, empezando por los familiares, acompañar al envejeciente, por estar en la etapa en la que más que abandono necesita apoyo y comprensión, y para no ver llegada la hora, como en Italia, de dejar morir a un viejo para salvar a un joven.