Siria: un ejemplo
Creo que la libertad no va a llegar a Siria
¿Qué pasará en Siria? Esa es la pregunta que permea en el ambiente político internacional, ante la incertidumbre que plantea la llegada al poder de unos rebeldes islamistas que una vez fueron parte de Al Qaeda. Para dar una respuesta concreta, hay que entender un poco del contexto.
Primero hay que saber que, aunque parezca increíble, la presencia por unos 50 años de la familia Al Asad dio a este país, con una posición estratégica envidiable en el Oriente Medio, una estabilidad política, económica y religiosa por décadas. Esa relativa calma, en una zona que es un polvorín, acabó en pura inestabilidad, encendida en gran parte por la llamada primavera árabe, la guerra civil en Irak y los intereses geopolíticos de las potencias globales y regionales, que buscaban repartirse el botín.
Como segundo punto es importante conocer que si bien Bashar al Asad era un dictador muy sanguinario en sus mecanismos de represión, lo cierto es que procuró sostener un gobierno secular, que mantuvo por años en control al extremismo religioso que permea en la zona. Esa era su mayor ventaja y la razón por la cual las potencias de la zona dejaron al país relativamente tranquilo por varias décadas, a pesar de su gobierno de mano dura.
Y, en tercer lugar, hay que entender que, tras el fracaso de occidente en Irak y Afganistán, Siria se convirtió en la tierra más preciada para las facciones musulmanas en pugna, los suníes y los chiítias, las cuales, a su vez, representan los intereses de los actores geopolíticos globales.
Así que, al final, más que una búsqueda de derrumbar una dictadura por parte de los propios sirios, la lucha contra ese gobierno siempre estuvo motivada en la trastienda por poderes religiosos que buscan continuar con la instauración de gobiernos de corte islamista por todo Oriente Medio. Entonces, ¿qué pasara en Siria? ¿Es la tempestuosa salida de Bashar al Asad lo mejor para su futuro?
Creo que la libertad no va a llegar a Siria. Me huele que el pueblo será engañado y en poco tiempo veremos un sistema integrista religioso gobernando allí, como pasa en Afganistán, Irán, Gaza y parte de El Líbano. Pienso que Siria será el ejemplo de los peligros que representa una falsa libertad y el escenario de un lobo vestido de oveja.