La Agenda 2030
Igualdad de género y sostenibilidad ambiental: los pilares de la Agenda 2030 más atacados
Mucho se habla de la Agenda 2030. Los sectores conservadores han convertido ese acuerdo global en el enemigo a odiar, atacando específicamente a dos de sus pilares: la igualdad de género y el cuidado del planeta como garantía de sobrevivencia de la raza humana.
¿Y por qué esa estrategia? Para entender las razones, hay que comprender, de inicio, que la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible fue adoptada en septiembre de 2015 por la Asamblea General de las Naciones Unidas, en la cual los países miembros reconocen que el mayor desafío del mundo actual es la erradicación de la pobreza, por lo que se requiere de un desarrollo sostenible para poder acabarla. El documento contiene 17 objetivos de desarrollo para conseguir que la pobreza acabe y la igualdad se dé, por lo que defiende la tesis de que hay que tener un planeta sano, para tener recursos naturales sanos, que puedan sostener y crear a seres humanos sanos, que puedan gozar equitativamente de la riqueza de la cual disponemos. Ese mensaje no le ha gustado nunca a la elite económica global, que entiende incorrecta y vilmente que la Agenda 2030 es una suerte de "nuevo comunismo", por lo que se ha dedicado a combatirla férreamente en la trastienda. Es por eso que vemos un discurso en distintas partes del mundo, encabezado por el sector ultraconservador de Estados Unidos, que ha demonizado las intenciones de lo acordado en la ONU, pues eso de un mundo equitativo no les cuadra mucho.
Para buscar apoyo en el mundo entero, esta ultraderecha ha recurrido a una estrategia de comunicación genial, solamente comparable a la usada por el nacional-socialismo alemán: les han vendido a todos los xenófobos, homófobos, machistas, misóginos, racistas, extremistas religiosos, ricos y clase media del mundo, que la Agenda 2030 busca desarmar la estructura de la familia tradicional, darles a las minorías el control sobre los medios de producción e instaurar una suerte de dictadura ultraliberal para destruir su modo de vida. Nada más lejos de la verdad. Pero lo cierto es que en comunicación pública la percepción es realidad y hoy la percepción es que la Agenda 2030 es el enemigo a odiar. Una pena, porque al final lo que pasará es la pobreza seguirá viva y coleando.